—Así no... tienes que poner tanto fuerza como resistencia en tu puño.
John jadeaba mientras escuchaba las instrucciones de Mike.
La técnica que había ideado Mike se enfocaba en destruir tanto al enemigo como los alrededores y la había llamado "Destrucción del Gobernante Ardiente", aunque en opinión de John era un nombre tan absurdo como imposible, pero a Mike le encantaba tanto el nombre como el efecto que debería tener.
Para que John la usara debía condensar todas las llamas que pudiera en su puño y cuando golpeara tenía que hacer el mismo efecto que aplastar algo o alguien con un peso de varias miles de toneladas, de ahí que John creyera que era imposible.
Según Mike, John también tenía que añadir resistencia al golpe si no quería perder su brazo debido a la presión, haciendo que John pensara que estaba bien en teoría, pero sólo en teoría ya que ejecutarlo era algo humanamente imposible.
—Tú puedes decir lo que quieras Mike, pero por mas que lo intente es imposible.
—Nenaza... y encima de todo no sabes siquiera como usar la Forma Dragón Armado o la Forma Dragón Completo.
En efecto, Mike también había puesto un nombre a la forma que usó John contra Sundrac, aunque en el paso de cinco horas completas John ni siquiera podía recordar cómo las usó.
Aunque Mike tenía un leve atisbo de como activar ambas formas, él creía que para usar al Dragón Armado necesitaba la ayuda de Liliana, y para el Dragón Completo tenía que enfurecer a John.
—No es que no sepa como usarlas, es que no me acuerdo de cómo las usé... lo único que recuerdo es que estaba lleno de adrenalina, casi como si fuera lo suficientemente fuerte como para destrozar cualquier cosa.
John replicó, aunque Mike simplemente resopló y miró el sol en el horizonte.
—Deberían ser alrededor de las ocho o nueve, ¿volvemos?
John asintió, en su interior creía que estaba pasando por un entrenamiento infernal que era equiparable a lo que le hizo pasar el psicótico de su antepasado.
Cuando atravesaron la puerta de la casa, John seguía quejándose de Mike.
—Eres un desalmado... un desalmado y un descerebrado... hacerme destrozar muros toda la noche... no eres humano...
—Me lo dice el que tiene sangre de un dragón.
Mike se paró de golpe cuando recordó al hombre que discutía con Lucifer y Uriel, aunque una parte suya creía que si los dos se juntaban podían matarlo fácilmente, otra parte suya pensaba que ese hombre podría destruir todas sus investigaciones.
—Tengo hambre... ¡Uriel, Luci, quiero tostadas con galletas y café... también un buen tazón de cereales!
A John le rugía el estómago, aunque era comprensible, ya que el entrenamiento espartano de Mike ni siquiera le permitió beber agua o descansar unos minutos.
—¡Hazlo por ti mismo, vago!
A los pocos segundos, Uriel le respondió a gritos desde la cocina, y John se dejó caer en una silla del comedor.
—¿Luci?
John miró a Lucifer que salía de la puerta de la cocina con un café en su mano al que le añadió alcohol de su petaca. Al terminar, Lucifer miró a John, que lo miraba con ojos de cordero.
—A mi no me lo pidas John.
—Te doy mi alma...
—Es un trato interesante el que me estás ofreciendo.
Lucifer sonrió de manera macabra, aunque pronto se dio cuenta de que Uriel salió de la cocina y lo miraba seriamente. Al darse cuenta de la mirada de Uriel, Lucifer se retractó de sus palabras.
—Pero debo darle la razón a Uriel, hazlo tú mismo.
John suspiró, y forzándose a sí mismo, se levantó dirigiéndose a la cocina.
Uriel aprovechó el momento que John se fue para hablar dirigiéndose a Mike.
—¿Cuánto falta para que el universo muera?
Mike, que estaba de pie frente a la mesa, miró a Uriel sin comprender.
—No te lo pregunto a ti Mike, sino al artefacto.
Mike mostró de la gabardina el brazalete y dirigió hacia Uriel y Lucifer el espejo, Liliana estaba siendo reflejada en él.
—Éste John es casi igual que el original, aunque no es tan espontáneo... diría que es cuestión de meses, quizá semanas. Además...
Liliana se quedó en silencio por un momento, sopesando si debía o no decirle sus pensamientos a Uriel.
—Se está reescribiendo la historia de éste universo, creo que Ouroboros está jugando.
—Es imposible, por más fuerte que sea ese niñato hermano tuyo no puede crear una paradoja de ese calibre.
Mike resopló mientras daba su opinión, aunque Uriel miró a Lucifer.
—Verás Mike, de hecho, es posible para él... En nuestro universo, una vez John fue a cazar un alma prófuga y ésta dijo que su torturador era Morax, aunque después todos pensamos que su torturador era Beelzebub... créeme Mike, Ouroboros puede crear ese tipo de paradojas fácilmente y no darnos cuenta de ello.
Mike volvió a resoplar, para él, que era el descendiente de un gran científico, creía que era imposible reescribir la historia tan fácilmente.
—Mike, Ouroboros se mueve más lentamente en el tiempo, y cuando le da la gana, cambia algún hecho en el tiempo. Usualmente no hay manera de saber esos cambios a menos que se viaje en el tiempo a un punto anterior al cambio, aunque también hay otra posibilidad, tener Resonancia, ya que es como si tu alma estuviera conectada a otro universo, por lo que los cambios no te afectan.
—Dime algo más interesante y con más lógica, además, ¿eres capaz de detectar esos cambios pero no saber qué ha cambiado? Pues vaya artefacto...
Liliana suspiró y le contestó.
—Puede que sea un artefacto, pero mi poder no es ilimitado como el de Ouroboros, incluso mis otros hermanos tienen limitaciones. Además, ya sé cuál es el cambio Mike. ¿No notas algo extraño aquí?
Mike se rascó la cabeza antes de recordar al hombre de anoche, el padre de John, comprendiendo la pregunta de Liliana.
—Uriel, Lucifer, ¿de qué hablasteis con el padre de John? ¿A dónde ha ido?
Uriel y Lucifer pudieron recordar a Caín cuando Mike les preguntó, pero no recordaron qué hablaron con él. Liliana, por su parte, supo al instante en qué punto en el tiempo se encontraba su hermano Ouroboros.