¿Recuerdas cuando nos conocimos?
Fue de una manera muy extraña, yo era tan sólo una niña y tú te negaste a darme tu edad, pero por suerte tu primo me la dijo; eras 15 años mayor que yo.
Siempre peleaba contigo, discutíamos por todo, te ignoraba, no me caías bien, te creías el "Romeo" de todas las chicas y yo odiaba eso.
Buscaste miles de maneras para acercarte a mí, pero yo no caía fácil, sin embargo, encontraste mi punto débil: "Ayudar a las personas".
Me pediste ayuda, aparentemente tenías problemas con una chica; ella se lastimaba cortando su piel.
En todo ese tiempo nunca me hice una pregunta muy importante: ¿por qué yo? Si nunca habíamos hablado lo suficiente como para tener la confianza de pedir algo así.
Ahora tengo la respuesta a eso: yo era tu próxima víctima; una niña inocente, pero difícil.
Te ayudé con esa chica y tú te aprovechaste de eso y comenzaste a hablarme de otra manera, una demasiado cariñosa; dijiste que era el amor de tu vida y que me amabas. ¿Cómo podías amarme?
No me conocías.