Sentía que mi cuerpo se encontraba mucho mejor que antes, como si ahora estuviera bien descansado y cargado de energías. Pero para mí mala suerte el lugar donde desperté era en el que menos quería hacerlo. Después de abrir los ojos solo me tomo un instante pararme y reconocer donde había estado durmiendo, la habitación en la cual me encontraba tenía un piso de madera vieja cubierto de trigo, un viejo y sucio colchón que funcionaba como cama y un hoyo donde uno debía hacer sus necesidades; sumado a eso el tamaño del cuarto era menor a 12 metros por 12 metros y el estilo de construcción recordaba al de la edad media.
-¿Una celda? –me pregunte a mí mismo después de ponerme de pie. Observando el lugar me encontré con que tirado en una esquina se encontraba el libro de tapa dura hecha con escamas rojas de dragón, el dibujo de un dragón en el centro rodeaba una gema roja que brillaba intensamente. Lleve una mano a mi cabeza confundido –Ahora que lo pienso… ¿Qué fue lo que paso? ¿Qué hago aquí? – comencé a esforzar mi cabeza en búsqueda del ultimo recuerdo que tenía, no obstante, parecía que mi cerebro lo había reprimido y no encontré nada; solamente me topé con emociones de desesperación, miedo, terror y al final de todo, tranquilidad.
<Se supone que estaría aquí encerrado hasta que muera por fusionarme con ese libro, pero firme un contrato para formar parte de la Iniciativa Oblivion y no tener que pasar justamente por esto ¿Acaso Maricruz y yo fallamos en la misión?> pensar sobre eso hizo encender un foco sobre mi cabeza lo que provocó que mis ojos se abrieran con sorpresa –Maricruz ¿Dónde está? ¿Dónde? –la habitación era pequeña y no tenía ventanas, toda la luz provenía de dos velas, pero aun así revise de arriba abajo todo el lugar en búsqueda de alguna señal de ella.
Lastimosamente no encontré nada, solo estábamos yo y el libro. Pegue mi mirada en el grimorio y este permanecía igual que siempre, aunque observarlo detenidamente unos segundos detono un recuerdo de mi interior –Cierto –comencé a recordar un poco –Ese libro, fue el núcleo para hacer el exorcismo…pero ¿este salió mal? ¿Qué fue lo que había sucedido? – similar a un efecto mariposa recordar ese hecho desencadeno más memorias guardadas en lo profundo de la mente por mi propio bien.
Recuerdo que ambos viajamos a la estación de tren, preparamos el encantamiento, lo estábamos llevando a cabo. Sin embargo, en ese instante algo salió mal y no sé qué fue, aunque puedo recordar como todo se volvió oscuro y estuvimos a punto de morir antes de que saliera el ángel guardián del libro -¡Samael! –grite el nombre de ese ser angelical al recordar que desapareció del libro junto al demonio, ninguno de los dos se manifestó cuando lo abrí antes de desmayarme.
Sin perder tiempo tomé el Albanum Maleficarum entre mis manos y lo abrí, si me adentraba entre sus páginas tenía que terminar en el espacio interior del libro donde habitan sus guardianes. No obstante, movía página por página y continuaba en la celda. Comenzaba a preocuparme y desesperarme hasta que me detuve a mitad del libro, en cada una de las dos páginas se encontraban dos mándalas extrañamente complejas. No entendía ninguno de los dos circuitos mágicos, parecían ser más complejos que los que usa Maricruz, que los que usaba Astur y que los que usa Samara.
Ambas mándalas comenzaron a brillar de repente y de cada una se generó un extraño humo: uno era blanco como la nieve y el otro negro como el resultado de un fuego. Los dos humos de colores opuestos se acumularon en el espacio hasta formar la apariencia de los dos guardianes del libro, un ser angelical y otro demoniaco.
Estirando sus seis alas y sus dos brazos el ángel parecía haberse despertado de un largo sueño al igual que yo –Ese sí que fue un letargo pesado, aunque algo rejuvenecedor. Tengo que admitir que soy demasiado genial – en comparación su contraparte demoniaca permaneció volando gracias a sus alas de murciélago, en completo silencio y solo expectante. Algo muy fuera de personaje para él.
-¿Qué fue lo que sucedió? ¿Qué paso? ¿Qué salió mal? ¿Qué les paso a ustedes? ¿Qué rayos hizo mal Maricruz? ¿Qué me ocurrió a mí? –estaba tan ansioso por entender todo lo que sucedió que no pude contenerme en soltar todas mis inquietudes.
-Esos son demasiados “Que” –contesto Samael observando por encima con superioridad –Pero tranquilo, todo está resuelto ya…eso creo.
-No entiendo a qué te quieres referir con eso.
El ambiente de la celda se tornó más serio y frio de lo normal –Veras Damien, lo que sucedió fue algo muy inesperado. Deduzco que ni esa Beata se esperaba esto, las almas perdidas no suelen ser tan agresivas a menos que murieran de formas muy horribles y de todas formas no tienen las energías suficientes para manifestarse en este plano de la realidad. Pero el espectro que ustedes fueron mandados a exorcizar era diferente, estaba contaminado con la esencia de un Arconte que se filtraba de algún lugar.
Escuchar esa palabra en específico “Arconte” detono otro recuerdo en mi interior, cuando el símbolo de OCCI y la Orden Fossanova se transformó en un pentagrama que genero un líquido ovoide del cual comenzó a salir un extraño ser deforme, solo recordar todo eso provoco un escalofrió terrorífico en mi ser.
-¡No entiendo qué demonios era esa cosa! Tampoco porque salió.
El ángel hizo una posee como si se estuviera sentando, pero en medio del aire –Tu y ella hicieron todo bien, no tenían forma de saber que eso pasaría y en vez de teletransportar el alma perdida al mundo sublalunar, el encantamiento se transformó en una puerta dimensional que iba a traer terrores interdimensionales.
<ósea que sin darnos cuenta estábamos invocando a una pesadilla cósmica, fabuloso> Pero una cosa no tenía sentido en todo eso –Igual hay algo que no me cuadra todavía, pensé que solo actuabas para proteger el libro. Agradezco que nos salvaras, pero no comprendo porque lo hiciste ¿Qué no eras imparcial?
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Editado: 12.02.2022