Archivo Alfa 4

13:00 PM.

Una vez que el tiempo en la cuenta regresiva llegó a cero la chica que vestía un traje de baño sobre una campera rosada se despidió de las 12.236 personas que la estaban viendo en directo. El chat de la plataforma morada se llenó de emoticonos con corazones y despedidas.

Ella mantuvo esa sonrisa unos segundos más antes de presionar el botón de "Acabar" en su programa de transmisión en vivo. Luego de que la cantidad de viewers bajara a cero y que su canal desapareciera de la barra de "En Vivo" fue que Sofía hizo desaparecer su sonrisa.

Utilizando sus piernas separó su silla gamer con rueditas del escritorio de la computadora para estirar sus músculos. –A este paso lograré llenar la barra de donaciones para antes de mitad de semana –se dijo así misma por el éxito de la transmisión de hoy.

Levantando sus manos la chica streamer sacó sus costosos auriculares de arriba de su cabeza para dejarlos en el escritorio, estos tenían un par de orejas de gato negras con rosado y estaban recubiertos de papel aluminio para que el gobierno no pudiera interceptar sus pensamientos con ondas satelitales.

Un rugido proveniente de su estómago indicó cuál sería su siguiente acción. –Que rápido se hicieron las 13 PM –Observó el reloj de su monitor–. Me pregunto si el tonto de Mateo se habrá puesto a cocinar como mínimo.

Sofía abrió la puerta de su habitación para dirigirse a las escaleras hacia la planta baja. –Escúchame tonto, como para mi sorpresa estuviste muy tranquilo durante mi transmisión puedo pedir comida si tienes flojera de cocinar. –A la joven chica con un mechón de su frente teñido de rosa le pareció muy extraño no recibir una respuesta, más sabiendo que su hermano mayor adora ese tipo de comida chatarra.

Ya en el primer piso ella analizó de reojo su alrededor pero no se encontró con nadie. –¿Estará en la cocina? –habló en voz más baja para sí misma. Pero después de dar unos pasos y antes de atravesar el comedor ella se detuvo de repente cuando algo extraño llamó su atención.

La alfombra ubicada entre el televisor y el sillón estaba totalmente manchada de una sangre algo oscuro, aunque lo más llamativo eran los pequeños microchips y circuitos electrónicos decorando la sangrienta escena. Los ojos de Sofía se abrieron de la impresión, sus pulmones tomaron aire pero antes de poder decir algo un extraño gas fue arrojado sobre su rostro.

–Que lastima, no me esperaba que ese chico tuviera una hermana –habló Emma, una chica de cabello castaño claro que llegaba hasta su pecho y usaba lentes–. Ahora no solo debo encargarme de la escena del incidente sino también desmerorizar a esta chica, solo espero llegar antes de que ese chico se despierte en su celda.

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No podía entender que era todo lo que sucedía a mi alrededor pero eso solo me hacía pensar que era lo que estaba mal conmigo, sin duda imaginé que ya habría sufrido un colapso y que mi cerebro se derretiría por todo lo que pasé. Y aun asi aquí estaba, acostado en el suelo en posición fetal dentro de una extraña esfera totalmente blanca que arruinaba mis sentidos de orientación aunque aún podía procesar todo y pensar con normalidad.

–Te queda muy bien esa trenza –soltó ese comentario aleatorio la figura humanoide y traslucida que se apareció donde me encontraba. Sus ojos eran completamente negros y su cabello igual de blanco que su cuerpo se movía como si estuviera debajo del agua.

Yo no pude contenerme, tenía que distraerme con algo para no caer en la locura y expresarle las dudas de mi interior a alguien serviría. Aunque no pude controlar la desesperación con la que lo hice. –¿Qué es todo esto? ¿Qué es lo que me paso? ¿Qué eres tú? Tengo demasiadas preguntas. –Llevé mis manos a la cabeza para tirarme desesperadamente de los pelos, con la fuerza suficiente para sentir dolor aunque me sorprendió mas no sentirlo.

Aquella figura fantasmal a la que le faltaba la parte inferior de su cuerpo se acercó un poco más a mí. –Oye tranquilo, tranquilo. Para eso estoy aquí. –Intenté hacerle caso y tranquilizarme, por lo que inhalé y exhalé aire varias veces seguidas mientras esa cosa seguía hablando–. Como te dije hace un momento mi nombre es Acrep, soy una Inteligencia Artificial que ayuda a administrar el Sistema Operativo de estas instalaciones.

Dejé de estar en posición fetal para colocarme de rodillas. –¿Esto es una base secreta de la Metrópolis Auroa acaso o son aliens? –solté esa pregunta mientras pensaba en la sonrisa de Sofía al decirme que tenía razón si todo esto llegaba a ser verdad.

–Oh pero que tontería jajajaja, los aliens están en otra de nuestras instalaciones, tú te encuentras en las instalaciones Sudamericanas de O.C.C.I. –Me quedé mirándolo confundido al no haber escuchado nunca antes ese acrónimo–. Es la abreviación de Organización de Contención y Corrección de Irregularidades. Aunque para pasar desapercibidos ante el público usamos el seudónimo del Conglomerado Empresarial InnovaTech.

Mis ojos se quedaron abierto a la par que procesaba esa información <Irregularidad, de esa forma me había llamado antes esta IA> sumado a ese término recordé por un instante lo que pasó cuando me desperté atado a esa silla. –Mi cuerpo –reaccioné de golpe viendo cada extremidad con el temor de que me fuera a faltar alguna–. No es el de un humano, pero hasta donde tengo memoria siempre fui un humano.

–Las Irregularidades son fenómenos o entes sobrenaturales que atentan potencialmente contra la estructura de la sociedad humana como la conocemos en la actualidad –explicó esa Inteligencia Artificial todo seguido sin tomar aire, aunque en realidad no creo que lo necesitaba–. Estas pueden surgir de esa forma “natural” o volverse en una como es tu caso.

–¿Mi caso? –intentaba entender toda la información que estaba recibiendo de golpe.

Una de las esferas azules que flotaban alrededor de esta especie de holograma se separó del resto para acercarse a la palma de su mano. –Por supuesto, después de que activaras y te fusionaras con una Llave Centient ayer a la noche te volviste una Irregularidad.