Iniciativa Oblivion: Sobrenatural

Archivo Épsilon 7

 

Dos niños que hacían cosplay de superhéroes utilizaron sus piernas para realizar un salto incapaz de llevar acabo por cualquier ser humano ordinario, ellos se lanzaron sobre el Segundo Portador aunque este reacciono al instante cortándolos a la mitad con su espada hecha de luz.

En realidad ellos dos solo se sacrificaron para crear una distracción y que los demás de su camada lo atacaran por la espalda, aunque en ese momento una ametralladora de grado militar les disparo a los parásitos ubicados detrás de Lucas.

El alto chico de cabello rubio sucio se volteo y vio a los cadáveres de los parásitos con forma de niños llenos de agujeros de los cuales salía sangre y un líquido blanco, aunque lo intentara él ya no podía sentirse mal al respecto. Aunque la apariencia de estas cosas sea igual a la de un humano eso no le afectaba al momento de asesinarlos, gracias a haber perdido su humanidad y gran parte de las emociones hace mucho tiempo.

No obstante el hecho de no sentir una falsa empatía o lastima por estos seres no le quitaban el hecho de su misión principal, como miembro de OCCI su trabajo fundamental es proteger a los verdaderos humanos de cualquier amenaza Sobrenatural. Por ese motivo cuando el Segundo Portador sintió a alguien acercándose desde más arriba en el cerro él se preparó para atacar aunque no hizo ningún movimiento, se trataba de un anciano y que por sus ropas parecía ser un turista que se perdió en la zona.

Después de tanto tiempo Lucas ya ni siquiera recordaba cómo actuar sorprendido por lo que no sintió una emoción de sorpresa y su cuerpo tampoco reaccionó como tal, ignorando el caos a su alrededor lo que él hizo fue bajar sus armas y acercarse al hombre mayor -¿Se encuentra bien señor?

El adulto mayor con escaso cabello canoso no contestó, él observaba a su alrededor demasiado confundido <Es sorprendente que para su edad no se haya desmayado por todo lo que presencio> pensó el miembro de la Iniciativa Oblivion para sujetarlo de la espalda y ayudar a levantarlo –No se preocupe, todo estará bien ahora. Yo lo ayudare.

Para su suerte Lucas podía relajarse un poco de esos parásitos ya que el sistema de defensa automático controlado por Acrep lo estaba cubriendo de todos esos seres miméticos que se lanzaban para matarlo. Sin embargo, una duda más floreció rápidamente en la cabeza del portador de apariencia joven <Aun para su edad me parece sorprendente que haya sobrevivido desde hace rato sin un solo rasguño>

Un temblor sacudió todo el cerro lo que llamó la atención de Lucas, él levantó la vista y presenció como los lanzamisiles y metralletas militares se desactivaron –No puede ser ¿Cómo pudo pasar? Si esas cosas no lograron ingresas a las instalaciones –en ese momento de distracción un tentáculo gris con una afilada punta salió disparado directo a sus ojos. Pero estos ya no eran orgánicos asi que solo flagelo solo reboto.

Lucas bajó la mirada y presencio como la cabeza del anciano junto a sus abrazos se abrieron de par en par similar a una planta carnívora, y del interior salieron flagelos que se movían para todos lados. Sin ningún ápice de duda el portador colocó los mangos de sus armas en la espalda del anciano acostado delante de él y las activó para partir al parasito en la mitad –Ya me pareció demasiado extraño, pero ese temblor y lo que le sucedió a Acrep me descolocan todavía más.

Llevando su mano al oído el joven intentó comunicarse con la sala de comando pero solo escuchó estática –Maldición – observó para la inclinada ladera del cerro y parecía que hasta venían más de esos parásitos que antes.

-----O-----

Al tratarse de un día de semana la cantidad de gente que podía encontrarse en la calle a la tarde noche baja drásticamente, el sol ya se había ocultado y las lámparas de las calles sumado a la luz de los bares ayudaba a disipar la oscuridad lo que en un principio podría habernos jugado en contra.

Ezequiel se encontraba conducción en automóvil último modelo en muy mal estado por la calle principal de la ciudad de Salta “El Paseo Güemes” pero como dije antes la falta de gente debió a que era un día de semana era más tranquilizador para pasar desapercibido.

Ignorando los semáforos en rojo y el hecho de que casi chocamos contra un colectivo este otro muchacho también fusionado con una Llave Centient llegó hasta el monumento al general Martin Miguel de Güemes para seguido doblar a la derecha y después en la izquierda, en la calle Cortázar, y mientras lo hacía algo llamó mi atención desde el asiento del conductor.

Por momento el cielo se iluminaba y grandes bolas de fuego y humo podían apreciarse en la ladera del cerro San Bernardo –Sin duda hay todo un caos ahí arriba, me pregunto cómo hará OCCI para ocultar eso.

-Seguramente el Equipo de Desinformación dirá que fue una práctica o prueba de fuegos artificiales –contestó rápidamente Ezequiel. No creo que él se haya hecho portador mucho antes que yo, y aun asi demostraba tener más experiencia que hasta Emma me atrevería a decir.

El auto se frenó de golpe y fue ahí que me percaté de que llegamos al museo de antropología de la ciudad, ubicado en la entrada de la subida al cerro –Creo que deberíamos ir por otro lugar –hable antes de bajarme del auto –No creo que podamos llegar subiendo las escaleras, y menos con alguien en una situación tan delicada –observe a la mujer adulta recostada en el asiento de atrás y en un estado crítico.

Antes de que el Quinto Portador llegara a responder un temblor sacudió todo el lugar lo que me preocupó de sobremanera mientras él se mantuvo indiferente -¡¿Qué fue eso?! –lo observe alterado por los nervios.

Sin decir una sola palabra el utilizó una de sus manos para tapar mi boca y otra para tocar el asiento del auto, intente hablar y sacarme su mano pero él me agarraba con fuerza y señaló con su mirada a la entrada del museo. Unas escaleras dividían un camino en dos: si se seguía derecho se llegaba al museo mientras que si doblabas a la derecha en un pequeño puente entraban a la base para subir el cerro, debajo del puente se encontraba una gran entrada circular de la cual salió muy poca agua y permitía entrar al sistema de alcantarillado de la ciudad.




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