Capitulo 17
2 días después.
Y si efectivamente, esa noche no durmió, en realidad ninguno lo hizo. Los dos días siguientes, Oliver fue insistente, la llamaba constantemente, le escribía mensajes e iba a verla a su casa e incluso al trabajo, pero se le negó de forma rotunda, por otro lado Gabriela después de pasar toda la noche del viernes llorando y recibir varios comentarios de sus compañeras acerca de las bolsas bajo sus ojos decidió no llorar más, le costaba horrores, pero lo había logrado, así como también ignorarlo, no pensaba volver a verlo y tampoco hablarle por eso llegó al punto de pasar todo el día con el teléfono apagado, y ella todo el tiempo estaba enojada, sería o triste, podía decir con orgullo que había resistido la tentación de tener contacto con él.
El lunes en la tarde cuando Gabriela salía del trabajo sintió como alguien la tomaba por la cintura chocando contra un cuerpo fuerte y más alto que ella. Al mirar quién era quedó prendada con esos ojos verdes que tanto le gustaban. Oliver se había propuesto recuperar a su Gaby y ya que ella no le recibía o aceptaba sus llamadas optó por raptarla luego del trabajo.
Cuando la miro a los ojos y noto esa mirada de furia le parecío aún más hermosa que siempre, había estado más de una semana sin verla frente a frente, y cuando lo hizo se sintió el hombre más feliz del mundo, tenía la mandíbula tensa y sus ojitos chispeantes de enojo con una combinación de sorpresa, resaltado por su maquillaje sutil.
- Que haces aquí Oliver? - su tono fue frío y tajante.
- Vine a raptarte, necesito hablar contigo - dijo tranquilo.
- No tenemos nada de que hablar - se nego - tu vete con tu novia y a mí me dejas en paz.
- Ella no es mi novia - quitó un mechon de cabello de su cara - estás celosa? - pregunto con una sonrisa insinuado en los labios.
- No te creo nada, y no, no estoy celosa solo muy enojada - intento sacarse de su agarre, pero él no lo permitió - sueltame.
- Deberías creerme, y si, esos son celos - beso su mejilla rápidamente, Gabriela sentía que ya no podía resistir más, toda su fuerza de voluntad y decisión se estaban disolviendo.
- Eres un estúpido, y no, no te creo - repitió - y de ser así por qué ella tendría la llave de tu departamento? - " buena pregunta " penso ella.
- Las dejé con el portero para ti y por error se las entregó a ella, al igual que el código de acceso - explico - ella fue la primera que pregunto por mi.
- Quien es ella, y si no es tu novia por qué entró en tu departamento y fingió serlo? - arqueo una ceja y cruzó los brazos entre el cuerpo de ambos dejando que él la mantuviera en pie.
- Es mi ex, hija de unos amigos de mis padres, hablo con mi mamá - dijo encantado por su expresión.
- Es tu ex - repitió y este asintió - y por qué tu ex querría volver contigo? casualidad? - Oliver sonrió.
- Acaso no soy un buen partido? - bromeó viendo la mala cara que ponía su novia de nuevo
- Oliver! - uso de nuevo su tono de enojo.
- Dice que quiere enmendar su error - suspiro rodando los ojos - 2 meses antes de conocerte me separé de ella, me engaño con mi abogado quien me robó por ella - conto brevemente su historia - ahora volvió de España y dice que quiere volver conmigo, pero yo te amo a ti - sonrió de nuevo.
- Te... te engaño con tu abogado? - estaba atonita, aún no lo creía, Oliver asintió - con razón te comportabas como idiota - murmuró haciendo que él frunciera el ceño y arqueaba una ceja, pero ella lo ignoro - por qué no lo sabía? no me lo contaste.
- Nunca te lo conté por qué soy muy reservado con mi vida, ni siquiera mis padres lo saben - confesó - ellos creen que, ya no hay amor y creen también que dónde fuego hubo cenizas quedan, por ello no te aceptan,pero este no es el caso.
- Oliver soy tu novia, debí haberlo sabido - lo regaño.
- Eres mi novia y por eso considere que no tenías por qué saber de mis relaciones anteriores - beso su nariz - pero no te engañe y tampoco jugue contigo, se lo que se siente - era cierto, pero ella...
- Pase toda una noche llorando por ti idiota - golpeó su pecho ligeramente - y sentía rabia, celos, dolor... me había resignado a qué eras un traídor, mentiroso y estúpido - el reía.
- Calma mi amor - acaricio su mejilla con el pulgar - ya vez que no soy como todos y al saber lo que se siente no podía hacertelo. Yo a ti te amo.
- Lo prometes? - sonrió mirándolo emocionada.
- Lo prometo - susurro.
- Entonces yo también te amo.