Juntos por siempre

 Capitulo 20

   2 semanas después.

Un domingo en la mañana, Oliver paso por Gabriela, el día anterior le había dicho que le había dicho que le daría una sorpresa, ella emocionada y sin poder sonsacarle información se preparó, pero cuando se iban le coloco una venda en los ojos y a pesar de las protestas y su cara de enojo logro convencerla y partieron rumbo a su destino.

- Eso no es justo - se quejo ella más de una vez durante la hora y media de camino - por qué tu sabes dónde vamos y yo no? - parecía una niña a lo que Oliver solo respondía con una hermosa sonrisa que Gabriela no vio.

-Yo soy el de la sorpresa - susurro - tu eres la sorprendida, así que espera un momento que ya llegamos.

Gabriela siguió preguntando cada cinco  minutos a dónde iban, y diciéndole que no la fuera a raptar de nuevo, que confiaba en él pero que no quería que la llevara a China, a lo que Oliver solo respondia que no la raptaria, pero que irían a una zona fuera de la ciudad, y deduciendo que ella lo que quería era sacarle información calló escuchándola durante todo el camino repetir lo mismo, conociendo su lado ansioso.

Al estacionar el auto, Oliver la ayudo a bajar de el auto con sumo cuidado y caminaron unos metros más allá, lo que Gabriela sintió como una eternidad por lo ansiosa que estaba. Unos segundos después de recorrer un trecho del área donde estaban le quitó con sutileza la venda dejando frente a su vista una enorme y hermosa casa dentro de un gran muro lo que lo hacía parecer una fortaleza con la decoración más linda que había visto jamás.

- Está preciosa! - dijo Gabriela impactada con el porche frente a sus ojos, era una espectacular obra arquitectónica,que reflejaba lo antiguo y moderno, elegancia y sencillez todo en uno.

- Te parece? - pregunto Oliver fascinado por la cara de su novia, ella asíntio.

- Es maravillosa - susurro mirándolo.

- Entonces supongo que quieres ver el interior - dijo con una sonrisa.

- Eso se puede? - pregunto extrañada de que el dueño de esa casa le permitiera entrada a ellos en su hogar, ahora fue Oliver quien asíntio - vamos - acepto. Entraron en la mansión y él con mucha cordialidad le dió un recorrido por las estancias, diciéndole que era una obra que había hecho su empresa pero sin decirle quién era el propietario.

- Y que te parecio el recorrido - la observo a los ojos.

- Está bellísima - admitió de nuevo, encantada tanto por el interior como por el exterior  - pero de quién es? y por qué me trajiste hasta acá? - miro a su alrededor el casi mágico jardín con flores de todos los colores y diferentes tipos de verdes en los árboles.

- Es solo que considere que debias conocer tu futuro hogar - dijo Oliver, Gabriela extrañada por el comentario dió la vuelta a su cara encontrandolo incado ante ella, y en su manos tenía una cajita de terciopelo negro con un presioso anillo de compromiso con un enorme diamante dentro de esta - si aceptas ser mi esposa - finalizó sonriente, ella estaba atonita - quieres casarte conmigo? - Gabriela no tenía palabras, estaba sorprendida, emocionada, nerviosa y tenía un montón de sentimientos encontrados. Puso los ojos en el anillo y luego lo paso a los ojos a los de su novio, parpadeando muda de asombro, después reaccionó y supo enseguida que responder.

- Si, acepto casarme contigo - sonrió correspondiendo, Oliver se puso de pie y colocándole el anillo en su mano izquierda se acercó y la beso. Al separarse ella se dió cuenta de que a su alrededor habían varias personas, sus padres, algunos conocidos, compañeros de trabajo y los padres de Oliver para su sorpresa.

Después de un montón de felicitaciones y abrazos por el nuevo compromiso llegó el momento difícil, hablar con los padres de su prometido, Lucia y Roberto.

- Felicidades por su compromiso - dijo la señora acercándole dándole un abrazo a Gaby.

- Gracias - susurro incómoda por aquel gesto de cariño inentendible por parte de su suegra.

- Gabriela - comenzó a decir la mujer - se que esto es difícil de creer pero mi marido y yo te debemos una disculpa - Gaby escuchaba sin emitir sonido entre los brazos de Oliver - hace unas semanas mi hijo fue a la casa y nos contó todo lo que pasó con Samantha, como se conocieron y la historia de lo que han vivido, y admito que la forma en la que te tratamos el día que fuiste presentada no fue la correcta, más que nada de mi parte - suspiro - así que por ello te pido encarecidamente que me perdones - dijo, tomando sus manos Gabriela le sonrió.

- No tiene por que preocuparse - dijo Gaby, no quería tener una mala relación con la madre de su futura esposo, con la abuela de sus futuros hijos, así que decidió olvidar todo - yo no le guardo rencor - aseguro - y como lo haría? es la madre del hombre que amo - rieron - y usted señor Roberto igual - este asíntio suspiro - gracias por aceptarme en su familia.

- No hay de que linda - Lucia la abrazo de nuevo - es un privilegio que seas la esposa de mi hijo, ahora podrán estar junto por muchos años.

- No mamá - nego él con una sonrisa igual a la de su padre - mucho tiempo es muy poco - beso la mejilla de su Gaby - nosotros vamos a estar juntos por siempre, verdad mi amor? - rieron nuevamente por el comentario de Oliver, y luego Gabriela asíntio.

- Por supuesto que sí - susurro.

- Si hijo, esperemos que así sea - dijo Roberto comentando por primera vez en aquella conversación.

- Montenegro! - escucharon a Harry el hermano de Gabriela llamar a Oliver - tengo que hablar contigo - los padres de este con un gesto amable decidieron retirarse y se despidieron, la pareja se acercó a el joven.

- Dime que necesitas? - le dijo con una voz serena a el niño hermano de su prometida.

- No Montenegro, no me trates como un niño y escúchame lo que te voy a decir - hablo en tono poco amable y serio - no tengo idea como te vas a casar con mi hermana - Gabriela lo miro sorprendida por su tono despectivo y el jovencito le sonrió - no tengo idea de cómo una mujer como ella te acepto a ti - eso los hizo sonreír - pero tal parece que te ama, así que voy a dejar que se case contigo, por qué creo que tú también la amas, pero te advierto algo - lo apunto con el dedo - no la lastimes por qué te la verás conmigo y te aseguro que eso no te gustará - abrazo a Gaby por la cintura - me dices si te hace daño - y besando la frente de su hermana se fue.