Inmarcesible

Capítulo (17)


Zack me llevo al hospital en donde me atendió un doctor el cual fue muy amable, este dijo que el golpe no fue nada grave pero que si me había dejado un morado del cual no tenía que preocuparme.

Me indicó que me tomara los medicamentos que me recomendó para calmar un poco el dolor y que en pocos días volvería a estar como nueva.

Ahora nos dirigimos a una farmacia que queda a solo unas cuadras del hospital para poder comprar las pastillas.

Zack está conduciendo y solo se limita a mirar al frente mientras que yo aún sigo procesando todo lo que dijo pero ahi algo que me tiene un poco confundida y es que no se a que se refería con "Empezar de nuevo", ¿empezaremos de nuevo como amigos o como novios?.

Se que soy estupida, no debería de estar pensando es esto pero...

—¿En que estás pensando?— pregunta interrumpiendo mis pensamientos.

Giro mi cabeza para verlo y noto que este me esta mirando con esos ojos tan hermosos, me quedo mirándolo inconscientemente unos segundos y sin querer  lamo mis labios haciendo que esté  baje la vista hacia ellos.

Me incorporó en el asiento del coche y desvió la mirada a la calle y niego con la cabeza.

— No estaba pensando nada—murmuro respondiéndole.

—Estas segura?— pregunta y me giro a verlo.

— Sip— digo poniéndole la "P"

—Bueno— dice estacionando el coche— espérame aquí, yo compraré la pastilla.

•••
 

—Gracias —digo cuando Zack me pasa la pastilla y una botella de agua.

El se limita a conducir en silencio, yo me acomodo en el asiento recostando la cabeza en la ventanilla para ver los autos. Minutos después siento como mis párpados pesan.

Escucho como Zack enciende la música haciendo qué me relaje un poco más y entonces caigo en un sueño profundo.

•••
 

Siento como mi cuerpo cae en algo muy suave y lo bastante cómodo al mismo tiempo que siento unos brazos rodeándome.

Abro los ojos y me encuentro con con los ozulejos ojos de Zack que ahora me mira para luego dejarme recostada en la cama y se incorpora para ponerse de pie.

— Te quedaste dormida— comienza a decir— y no quise despertarte.— dijo cogiendo la cobija que estaba doblada al lado de mi cabeza.

— Me levantare– digo y de repente comienzo a bostezar.

— No, duerme— dice y me tapa con la cobija — aún es temprano.

Yo asiento y cojo la cobija que me tapa solamente de la cintura para abajo y me tapo hasta los hombros dejando solamente la cabeza afuera.

— Adiós — escucho que Zack dice.

— Adiós — murmuro alzando la vista para verlo.

El se queda mirándome unos segundos y luego se inclina a mi para besar mis labios. Estos se presionan levemente para después despegarse.

— Duerme—dice y sale de la habitación.

•••

Me despierto por unas leves carcajadas que supongo que son de Zack, salgo de la cama y al darme cuenta de que no me duche cuando volví del hospital me metí al baño.

Cuando ya me había duchado busqué en el armario unos short y un jersey olgado, me los puse y luego me hice una coleta un poca alborotada.

Ya lista salí de la habitación y empecé a bajar las escaleras, un olor a pollo horneado inundo mis fosas nasales haciendo que mi pansa suene indicando que tengo hambre y que aún no eh comido nada en todo el día.

¿Ahora eres el cocinero?— escucho que dicen, al paraecer Zack está hablando por celular.

Claro que no idiota, lo hice porque quiero— Escucho que Zack dice.

— No puedo creer que...

— No digas una sola palabra o te romperé la cara cuando valla—advierte Zack a no se quien.

Entro a la cocina y veo que la mesa ya está preparada y que Zack esta con los dos brazos apoyados en la meseta mirando la pantalla pero cuando se da cuenta que entre a la cocina se gira a mirarme.

— Ya estaba por llamarte— dice incorporándose— debías averme llamado, se supone que tienes el tobillo malo.

— Yo puedo sola— digo pero el se acerca— ni siquiera me acordaba.

El me toma del brazo y me lleva hasta la mesa en donde me sienta en una silla.

— Hijo de puta— comienza a decir el que está detrás de la pantalla— ¿Que no vas a presentarme a mi cuñadita?.

— Te partiré la cara— dice Zack ceñalando la pantalla.

— ¿Tienes hermanos?— pregunto sin pensar.

— No— dice y toma el celular y lo acerca para ponerlo en frente de mi— el es Henry, mi mejor amigo.

Yo asiento un poco nerviosa, no me gusta hablar por vídeo llamada.

— Hola— saludo al moreno que me mira desde la pantalla.

— Vamos, debes decirme cuñado— dice Henry mirándome , éste mueve las cejas de arriba a abajo haciendo que yo suelte una risita.

— Voy a colgar la llamada— advierte Zack.

—Vamos Zack, tu la tienes todos los días— comienza a decir y yo agacho la mirada notando que mis mejillas se tiñen de rojo—solo come, puto marrano.

Dice y ahí si que suelto una carcajada por como lo a llamado, cuando termino de reírme alzo la vista y descubro que los dos chicos me miran.

— Con razón— dice Henry 

— Con razón que?— preguntó dudosa.

— Con razón lo tienes tan embobado— dice y yo suelto una risita nerviosa.

Gio mi vista a Zack y este me Mira por unos momentos antes de coger el celular.

— Zack, que no se te acurra...— comienza a decir pero Zack cuelga la llamada.

— Es agradable—digo mirando los platos que están tapados en la mesa.

— Créeme esa no es la palabra que lo caracteriza— dice destapando los platos y dejando ver el pollo con pimientos.

El saca de la nevera el jugo y lo sirve en dos vasos para luego sentarse al frente de mi.

— ¿Como esta el tobillo?— pregunta para luego comenzar a comer.

— No me duele tanto— digo yo haciendo lo mismo.

— Pero te duele?

— solo un poco— digo.

— ¿Te tomaste la otra pastilla?— vuelve a preguntar.

— ¿Eres mi enfermera o que?— preguntó mirándolo a los ojos.

— Bueno— comienza a decir— depende si tu quieres que lo sea.



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En el texto hay: misterio, reencuentro, amor

Editado: 23.06.2023

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