Ataque
- Excelencia, aun podemos avanzar un poco más, pero el próximo pueblo está muy lejos, así que si seguimos tendremos que pasar la noche de camino. – Comunico Helio respetuosamente sin levantar la mirada para dar con los ojos de la archiduquesa.
- Helio. – Se rio Lyra. – ¿De verdad tienes que ser tan serio? No puedes olvidar que somos amigos. – Le recordó con una sonrisa amable, aunque en verdad estaba algo divertida por la actitud de Helio, se notaba tenso quizás porque se sentía muy extraño por las ultimas interacciones con ella mientras estuvieron en el bosque.
- La archiduquesa se burla de mí, como podría usted ser amigo de un simple soldado como yo. – Dijo Helio con fingida seriedad, la verdad es que la impresión fue muy fuerte cuando vio a la princesa, jamás se imaginó que aquella chiquilla vestida de plebeya y bastante imprudente, pudiera ser la entonces prometida y hoy esposa del archiduque. La misma con la que estuvo bromeando y riéndose durante el tiempo que compartieron, todo le parece demasiado irreal y sinceramente no sabe cómo comportarse.
- Ya, ya no te molestes, estaba en un viaje de incognito. – Explico Lyra. – No era muy conveniente revelar mi identidad, ¿no es cierto?
Helio entendía las razones de la princesa, aunque aún le parece bastante extraño que una noble como ella, haya viajado sola a otro país como lo hacia ella.
- No tengo derecho a enojarme excelencia, yo solo soy su siervo. – Siguió Helio, aunque en realidad no estaba enojado, solo había sido la sorpresa, pero debe admitir que la archiduquesa le agrada bastante, él pensaba que al ser una princesa seria alguien muy difícil de tratar, pero esta agradecido de que no sea así, ya que dentro de las funciones de su cargo está la seguridad de la archiduquesa.
- Se perfectamente que no estas enojado. – Sonrió ella con seguridad. – Respondiendo a tu pregunta, deberías saber que no me molesta acampar en el camino. – Le recordó.
- Como diga excelencia. – Hizo una reverencia, haciendo que Lura rodara los ojos, ese hombre era en verdad rencoroso. – Pero luego quiero saber cómo es que hora es mi señora. – Susurro Helio antes de irse con una sonrisa divertida.
- Jajajajajaja lo sabía. – Dijo Lyra, estaba feliz de tener un amigo allí.
Tal cual como Helio había indicado la noche cayo cuando aún estaban de camino, por lo que el archiduque ordeno que se detuvieran y montaran el campamento allí esa noche.
El clima empezaba a ponerse frio, pues el invierno estaba por llegar, en ese momento Lyra sus doncellas e Isidro estaban sentadas al lado de la fogata que habían encendido para calentar un poco la noche. Mientras que el archiduque estaba haciendo su ronda habitual para descartar posibles peligros.
- Excelencia. – Se dirigió a él respetuosamente Eamon quien lo acompañaba en su ronda.
- ¿Sucede algo? – Cuestiono Kieran intrigado por la actitud de su mano derecha quien siempre había sido muy parco en sus emociones, pero ahora parecía no saber muy bien si debía o no hablar.
- No es nada Excelencia, es solo que… disculpe si soy entrometido, pero jamás me imagine que la princesa fuera tan… - No sabía muy bien que palabra debería utilizar. – Diferente. – Dijo al fin.
- Era eso. – Dijo Kieran. – Bueno si te soy sincero yo tampoco. – Expreso, Eamon era uno de sus hombres de confianza así que con él podía expresar sus pensamientos libremente.
- Si me permite excelencia, creo que la archiduquesa es bastante especial. – Comento pensativo.
- ¿A qué te refieres? – Cuestiono Kieran aunque él también lo creía, pero quería saber si Eamon había percibido lo mismo.
- Bueno en primer lugar, ella nos salvó aquel día en el bosque. – Recordó Eamon. – y esta vez me entere de lo sucedido, el hombre que la ataco fue encontrado al fondo del acantilado aún está vivo pero inconsciente y muy herido es posible que no sobrevida, pero no se sabe como sucedió. – Explico con calma intentando esclarecer los hechos.
Kieran también estaba intrigado por ello, de hecho ya había enviado a alguien a investigar todo lo sucedido, pero desde que eso sucedió el recuerdo de la noche de bodas donde el por un segundo vio como los ojos de la princesa cambiaban de color y sintió que el aire se había vuelto pesado, él estaba bastante intrigado, solo que debía ser muy prudente con lo que dijera, pero estaba seguro que era necesario hablar con alguien que pudiera aclara todas sus dudad y para eso solo podía pensar en una persona, su padre, solo que el aún estaba en Mystara, así que tendría que esperar hasta que respondiera la carta que le envió.
El archiduque estaba punto de responder a Eamon, cuando escucharon fuertes gritos que provenían de donde estaba el campamento por lo que sin mediar palabra solo pudieron regresar a toda prisa.
Mientras que Helio y sus caballeros intentaban repeler el ataque de los mercenarios, pero eran demasiados y muy bien preparados, era obvio que los estaban esperando.
- Protegen a su excelencia. – Gritaba Helio mientras blandía su espada contra varios enemigos.
Por su parte Eira e Isela estaban gritando aterradas e Isidro haciendo uso de toda su valentía se paraba frente a Lyra llenándola de ternura por la valerosa acción del niño.
Pero decidida a no dejarse intimidar solicito una espada, el soldado la miraba incrédulo, pero ante la firmeza de ella, no le quedo otra opción que obedecer.
- Excelencia cuidado. – Dijo, pero justo ene se momento dos hombres se abalanzaban hacia ella, mientras sus guardias estaban siendo detuvimos por más hombres.
- Mi señora. – Gritaron todos al ver como Lyra pudo detener una de las espadas, pero la otra…