El ruido de motores le hizo despertar a Alessandro, a lo lejos diviso sombras se lanchas acercándose junto a una mucho más grande que supuso era un yate. Levantó ligeramente la blusa de Sam para verificar que la herida estuviera cicatrizada; para su sorpresa, no sólo se había curado sino que ya no había rastro de ella.
El motor de las lanchas fue un poco más fuerte, también las olas que provocaban con su avance, pero Sam parecía ser un ángel durmiendo en los brazos de Alessandro. En menos de lo que pensó había un chico de no más de 16 años en la balsa, se acercó a verificar si era la reina y después salto a la lancha casi asustado.
-E... e... es ella... pe... pe... pero esta dormida-
Mike arrugó la frente y miró hacia la balsa, era imposible que ella estuviese dormida puesto que el ruido que hicieron no era ni menor a los los ruidos que siempre la tenían alerta. Así que ordenó que acercaran la balsa.
-¡LOBO!- saludó fuerte y claro Mike para que le viera - puede intentar subir con ella en brazos - no era que no pudiera despertarla; era que, nunca la había visto dormir de verdad, solo en los brazos de aquel chico en la universidad.
Alessandro se levantó con ella en brazos y con bastante dificultad subió a lancha.
-llegaremos pronto, solo que no será como habíamos previsto; si puede, trate de que no se despierte -
Alessandro vio en la mirada del hombre que le dio órdenes que la mujer en sus brazos significaba algo más que una jefa.
-¿Por que no debo despertarla?- Alessandro ya estaba tornándose molesto.
-Ella no duerme, incluso con tanto ruido no haya despertado aún a los más pequeños- señaló las demás lanchas que venían más atrás- les asustó bastante -
Alessandro vio el rostro de Sam, para luego sonreír y darle un beso en la frente.
Cuando llegaron al muelle le ayudaron a Alessandro a sostenerse mientras salía del la embarcación. Muchos de los súbditos de ella le vieron caminar guiado por Mike con la reina en sus brazos. Sin dejar lugar a dudas que era el nuevo rey, todos le dejaron pasar haciendo una reverencia ambos.
Alessandro se sorprendió de ver que con cada paso que daba más personas se inclinaban, el auto en la carretera le abrió las puertas entró con ella y Mike los guió hasta el castillo. Muchos niños salieron a hacer una pequeña valla en la entrada.
Saludaron como lo hacían los adultos y jóvenes en el muelle,Mike lo guió hasta la habitación de la reina.
-Es mejor que se quede con ella, cuando despierte por favor toque ese timbre en la pared- dijo Mike yéndose-
Minutos después el Lobo escucho como su ahora esposa susurraba un nombre que no era el suyo...
Sam soñaba con la última noche que paso antes de irse de cacería...
-De este auto no bajas sin que te abra yo misma la puerta.- le dijo juguetona-
- No hagas eso, medio barrio se va burlar de mi. - dice con cara de pocos amigos-
- No lo harán si cuando bajes besas a la chica que te trajo- le digo guiñandole un ojo-
Salgo, doy la vuelta al auto. Definitivamente todos están afuera viendo mi deportivo y a quien sale del auto. Muchos están pasmados.
Unos tipos al otro lado de la calle están silbando y diciendo chorradas de supuestos piropos. Abro la puerta para que salga Gabriel.
Un tipejo grita.
Muñeca, ese nerd no te sirve ni PAL arranque, ve aqui mi reina y te enseño lo que es bueno.- dice el tipo al otro lado-
Me enoja así que le contesto.
Oh!! Cariño, definitivamente prefiero al nerd, sabes, todo que sabe hacer en la cama lo aprendió leyendo libros... te juro que si alguna de tus chicas se acuesta con él no querrá comer de otro lugar.
Tomo a Gabriel de su camisa, lo beso como si se fuera a acabar el mundo, rodeó su cuello para sostenerme, así subir mis piernas sobre su cadera. No le queda más que tomarme de mi trasero mientras aprieta, definitivamente hay algo en esos pantalones que es más de lo que puedo imaginar.
Entramos al pequeño patio de su casa y su madre sale a ver que tantos gritos son afuera, por que todos nos ven que nos estamos comiendo vivos.
Santo cielo Gabi, deja que esa niña respire, Cristo mio-
Dice la señora poniéndose las manos en la cara. Me bajo por inercia de encima de mi Gabi solo para que el me esconda tras él.
Ella abre la puerta me invita a pasar y se queda afuera gritándole a los vecinos. Que cuidado roban el auto.
- Gabriel no os habias dicho que tenías novia- dice la madre, una mujer de más de 40 años, española de por sí, pero al parecer este bebé se lo robó a algún asiático que le gustó en sus años mozos.
- Es que hasta hoy se lo pedi- dice Gabriel avergonzado-
- Es que teníamos otra especie de trato señora... éramos amigos con...- no puedo terminar la frase, pues la señora le a dado al pobre Gabriel con el mango de la escoba-
Me reí pero debía defender al pobre chico de su madre.
- señora tranquilice sus nervios. El no tiene la culpa, yo fui la que propuso eso, el no quería, pero casi que lo obligue la primera vez ya que le desnudé en la biblioteca. - dije y ahora va conmigo-
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Editado: 28.11.2024