Apenas habían pasado dos días desde su llegada y ella dormía tranquila en los brazos de Alessandro.
Una llamada le hizo levantarse...
-mía luna- Gabriel estaba al teléfono esperando escuchar su voz.-
Sam miró la cama, saliendo por la puerta hasta el mirador del segundo piso.
-No deberías estar llamando, menos a este número-respondí secamente-
-Luna, te extraño, en serio te extraño, no pude resistirme a llamarte... ellos se parecen tanto a...-
-No lo digas Gabi, no me hasgas esto, debes entenderlo -
-Pero te amo- Sam sabía que al otro lado del teléfono había un hombre llorando, ella también lo hacía... -
-Esperame donde siempre, estaré alli contigo - Sam colgó la llamada desapareciendo del lugar donde estaba -
El lobo la habia seguido, no escucho mucho de lo que dijo, pero "Un esperame donde siempre", desato la ira de su lobo y el humano. Necesitaba saber donde estaba, donde estaban que era lo que ella tenía con el que no le podía dejar.
Mientras tanto en la playa...
-luna - dijo Gabriel al verla con ropa de dormir -
-Me haces venir en días fríos así- dice ella mientras el se tiende una manta en sus hombros-
-En los días así, siempre deseo que vengas así- dice señalando su camisón- deseo comerte entera y que nadie más que yo te toque -
-Pero no se puede Gavi, necesitamos estar separados, mi mundo es peligroso para ti - le digo abrazándome a él con cariño -
-Quisiera poder convencerte a ti de dejarlo, pero no lo he logrado- me da varios besos en la coronilla de la cabeza y me rio -
-Hay muchas cosas que deseo, Gavi, pero no es algo que yo pueda decidir sola, algo ese mundo me ata de maneras que no puedo explicar con palabras - le respondo pero su risa ronca me hace verle -
-No es que no puedas dejarlo, lo he visto en tus ojos; te gusta, te gusta lo que haces por que es como si has nacido para eso, aunque te ame tanto como a mi propia vida nunca estaría listo para verte ir y venir con sangre en las manos - dice, es entonces que me separo de él-
-Eres la bondad que no tengo en ese mundo, por eso me aferre a ti esperando cambiar; pero no lo hice, por que amo lo que hago, amo ser mala, lo sabes... pero aun así te amo Gabi, te amo y a nadie le he dicho esas palabras - le respondo con dulzura -
-Puedes quedarte conmigo, solo esta noche- aunque su petición me parece bien, no puedo hacerlo -
-Gavi...- El me besa a sabiendas que le iba a negar tal pedido-
-No lo digas, engañame como siempre- dice besándome con más intensidad de la que deseo -
Me cuelgo en el haciendo que mis piernas se enreden en su cintura. Llevándonos a ambos al cuarto de su casa, como a primera vez, el sigue teniendo consideración de mi.
Se introduce en mi despacio, dejándole ver mis ojos por esta noche, sus besos recorren mi cuello y mis pechos con tanto cariño que siento que me deshago entre sus brazos...
Esta noche, seré de él... por última vez... solo esta vez...
Una ves que Gavi se duerme, me doy un baño, se que debo quitar su olor de mi antes de él lobo se vuelva loco.
Me llaman diciendo que hay cosas que resolver, así que cambio mi atuendo para ir a colocar las cosas en orden.
Doy una última mirada al hombre en la cama y desaparezco de su vista dejándole un beso. Gabriel abre los ojos y se sienta en la cama viendo las cosas que ha dejado atrás.
-Siempre haces eso, nunca despertarás conmigo aunque te lo ruegue de rodillas - dice este lanzando la lámpara de noche al espejo -
Gavi odiaba verse al espejo, pues en el habitaba un demonio que no pidió persimo para vivir en el, ese demonio le hacía amar con locura a Sam... solo el demonio sabía la razón de amarla, pero nunca quiso lastimar a su portador, aunque fuese solo para hacer venir a Sam.
A la mañana siguiente Alessandro aún seguía en el balcón; ella no había vuelto, aunque quiso mantener a raya sus pensamientos no pudo hacerlo.
-Señor buenos días- una de las ella llamaba omegas entró a recoger la cama -
-¿Donde esta tu reina?- la chica detuvo sus manos y tembló de miedo -
-No lo sé mi rey, siempre desaparece cuando le asignan una tarea, nadie sabe a dónde va, talvez solo los betas - dice ella refiriéndose a los tíos de Sam -
Entro al baño, necesito refrescarme o me volveré loco... Cuando bajo los dos imbéciles están comiendo en mi mesa sin siquiera anunciar que han venido.
-¡¡lobo!, linda casa, me encanta sentir el aire fresco de las montañas - dice Lucas comiendo a manos llenas -
-Buenos días para ambos - digo tratando de ocultar mi enojo -
-No te preocupes por Sam, regresara en unos días, bueno antes de la boda - dice Saulo quien come el postre que había enviado a traer para ella-
-Me encantaría que me avisaran antes de enviarla a algún lado, por que parece que la reina son otros antes de que ella- digo y ellos dejan de comer -
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Editado: 28.11.2024