Insanos: El campamento del silencio

Capitulo 4: “Lo que duerme bajo el agua”

De la historia: INSANOS: El Campamento del Silencio

---

La mañana siguiente fue gris, pero no por nubes.
El aire era denso. Cargado. Como si algo gigantesco estuviera agazapado bajo la tierra… conteniendo la respiración.

El dedo humano hallado por Hana había sido enterrado, pero Aiden insistía en que eso había sido una estupidez.

—¿Y si era una advertencia? —dijo mientras tallaba con fuerza la madera.
—¿Advertencia de qué? ¿Del árbol de los dedos mágicos? —burló Luca, aún intentando bromear.

Zoe no sonreía. Nadie lo hacía.
Nora había desaparecido durante tres horas al amanecer. Cuando regresó, tenía las uñas llenas de barro y la cara salpicada de sangre seca.

—¿Dónde estabas? —preguntó Irek.
—Dormía —respondió Nora con un tono plano, casi sin vida.
—Tú no estabas aquí —murmuró Angelina.
—Estaba —repitió Nora, más fría. Más vacía.

---

A media tarde, Zoe reunió al grupo.
El bosque ya no era un misterio divertido.
El miedo estaba empezando a podrirlos por dentro.

—Vamos a revisar el lago —dijo—. Juntos. Todos.

Bajaron en silencio hasta la orilla, donde las ramas parecían formar dedos puntiagudos. El agua estaba inmóvil. Demasiado quieta. Sin reflejo. Sin vida.

Diego pateó una piedra al agua. Esta vez, no hubo sonido.
—Esto es una locura —dijo en voz baja—. Aquí no hay eco. No hay... nada.

Aiden se agachó para tocar el agua, pero se congeló.

—¿Qué es eso...? —señaló hacia el fondo.

Una forma. Blanca. Gigantesca.
Dormía, o flotaba, o... esperaba.
Un cuerpo humanoide sin ojos. Sin boca.
Solo piel estirada y huesos torcidos.

—¿Qué mierda...? —balbuceó Angelina.

El grupo retrocedió, todos menos Nora, que se acercó más.
Susurraba algo en un idioma incomprensible. Una mezcla entre grito, llanto y canto gutural.
Zoe la jaló con fuerza.

—¡¿Estás loca?!
—Él no duerme —dijo Nora—. Él recuerda.

---

De regreso en el campamento, comenzaron los reproches.

—Esto es por ti, Zoe —gritó Luca—. Este lugar es una trampa. No hay salida.
—¡Cállate! ¡Viniste porque quisiste!
—¡Yo solo quería fumar tranquilo, no invocar al jodido demonio del agua!

Irek separó a Zoe. Angelina abrazó a Nora.
El grupo estaba quebrándose.

Esa noche, sin fuego ni luz, se sentaron en círculo.
Hana pidió leer lo que escribió en su cuaderno nuevo.
Zoe asintió.

Pero antes de que pudiera abrirlo… un chillido atravesó el bosque.
Humano. Desesperado.
Luca.

Salieron corriendo hacia su carpa.
Vacía. Rota.
Había rastros en el suelo… como zarpas enormes arrastrando algo que pataleaba.

—¡LUCA! —gritó Zoe.
—¡¿DÓNDE ESTÁS?! —lloró Hana.

Pero no había rastro.
Solo árboles.
Y silencio.

---

Cuando regresaron, encontraron el nombre de LUCA escrito con sangre en la lona de la carpa de Zoe.

Y al lado, en letras temblorosas:
“UNO YA NO ESTÁ. SI GRITAN, SON DOS.”

---

Zoe apretó la mandíbula.
Irek temblaba.
Diego miraba al cielo como esperando que el bosque se evaporara.

Nora sonreía.
Solo por un segundo.
Pero sonreía.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.