Sentada me encuentro, cómo todas las tardes en la orilla de un acantilado observando lo hermoso de la puesta del sol, solo unos segundos son perfectos para sentir una paz inmensa.
Me pregunto como llegue hasta este punto, las fingidas sonrisas, falsas personalidades. Todo se fue juntando que solo siento un vacío olvidando quien era realmente.
Segundos, minutos, horas, días, semanas, meses pasaron tan rápido desde que desperté en un hospital con tubos por todo mi cuerpo y con un gran vacío en mi ser.
15 de abril desperté en la cama de un hospital con personas desconocidas a mí alrededor sin saber quienes eran, nada en mi mente y con el transcurrir de los dias los recordé, pero aún así siento un hueco en mi pecho como si me faltara algo importante.
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Un hermoso lugar, rodeada de una naturaleza espectacular. Una melodía se escucha en el aire, los pájaros cantores hacen su presencian con los sonidos más agradables al oído humano.
Con un vestido largo color blanco como un ángel voy avanzando lentamente siguiendo la melodía de los pájaros cantores, a mi alrededor árboles frondosos y las diferentes flores silvestres que me rodean siento que aquí pertenezco, este lugar me da mucha paz sintiendo esa brisa del viento que llega a mi cuerpo.
Con una sonrisa en el rostro sigo avanzando por el sendero siguiendo esa melodía con una voz que comenzó a cantar.
Me destrozas el alma si me miras así
por tu culpa caí en este hoyo
donde se me hace difícil salir
jugaste con mis sentimientos
dejándome destrozado en mil pedazos.
Decías que me amabas, pero me haces sufrir
te quise como nunca y me dejaste ir.
La sonrisa que sentía fue remplazada por una tristeza que oprimía mi pecho, el cielo comenzó a nublarse y caer una fuerte lluvia uniéndose las lágrimas que caían por mi cara, siento culpabilidad y al levantar mi rostro veo a través de la lluvia a dos chicos tendiéndome su mano; quiero alcanzarlos, pero no puedo, algo me detiene que no me deja moverme.
- En algún momento encontraras el camino de vuelta a nosotros, te estaremos esperando y nunca vuelvas a soltar nuestra mano.- lo escuche decir al joven con una mirada melancólica.
Todo a mi alrededor se volvió diferente, con truenos, relámpagos que se escuchan y la lluvia aumentando cada vez más, las flores destruidas, marchitadas y la oscuridad se hizo presente. Caigo de rodillas al suelo viendo mis manos manchadas de sangre, sosteniendo en la mano derecha un corazón que late lentamente y oigo pasos acercándose en las tinieblas de este día.
-Nooooooooooooo!!!
- Tranquila, todo fue solo un sueño- habló mi amiga que me abraza fuertemente. Despierto agitada, con lágrimas reales cayendo por mis mejillas, fue tan real que me da una rabia de no saber a qué se deben estos sueños muy extraños.
En estos momentos me siento tan vulnerable que con el puñal de una daga seria destruida fácilmente.