Hitzel
La sorpresa inesperada que preparo mi madre y amigos, calmo la tormenta en la que se encontraba mi cabeza.
Luego de aquella pequeña reunión todos se retiran a sus casas excepto Adelai y Jhonathan, este último estuvo toda la fiesta sin despejar la mirada en mí.
Era el único hasta el momento que sabía que mi memoria había recuperado.
- Un año más de vida cumple mi hermosa amiga.
- Gracias Adelai.
- Gracias a ti que siempre estas a mi lado, eres la mejor.
Nos fundimos en un fuerte abrazo, recuerdo que deje a un lado mi vida en está ciudad cuando apareció el portal, incluyendo a mi mejor amiga.
- ¿Adelai te quedaras? - pregunta mi madre.
- No lo creo, mis padres llegaron. Obligatoriamente debo ir a casa.
- Nos vemos el lunes, maneja cuidado. - me despido al igual que mi madre y Jhonathan.
- Yo también iré a casa...
- Podemos hablar en mi habitación. - digo antes que se vaya.
- Los dejo, descansare yo también. - se despide mi madre entrando a su cuarto.
Cuanto cambiaste madre, no sé si lo hiciste después de mi accidente.
Aunque cuando te conté de Lovme me trataste como una mentirosa hasta que viste las fotos lo aceptaste y luego poco a poco cambiaste para no perderme.
- Lo siento. - Jhonathan habla luego de estar unos minutos en silencio.
- ¿Tú mandaste esa carta a mi casa? - pregunto.
Al inicio cuando recibí aquella nota "¿Recuerdos?, ¿Sueños?, eso crees querida musa, nuestra inspiración" estaba confundida porque no sabía quién era y sin recuerdos era más difícil; pero ahora que todo tiene sentido pensé que era Lovme comunicándose conmigo.
Aunque me equivoque, me sorprendió que Jhonathan fuera quién mando esa carta; él era uno de los que tenía mi foto en la playa cuando estaba en Alemania.
- Si, solo quería que los recuerdes.
- ¿Por qué?, te convenía si no lo hacía.
- Sabes aprendí a leer tus ojos y sé que no estabas bien, podías fingir o mostrar una máscara a todos, pero no a mí. Tenías desmayos Hitzel, no podías dormir por tus pesadillas; sabes que te quiero y necesitaba que volvieras a sonreír, ellos lo hicieron por eso quería que los recuerdes.
- ¿Y por qué no decírmelo de frente?
- Era mucha información que procesar, estaba en ti recordar tu felicidad Hitzel.
- ¿Tuviste algo que ver con Jenny?
- Noooo, como crees. Te quiero y lo sabes, pero nunca llegaría a destruir tu felicidad.
- ¿Por qué tú y Adelai dijeron que no se conocían?
- Pregúntale a tu mejor amiga, ella es la que lo dijo. Estoy seguro que ella te dará muchas explicaciones.
- Escuche una noche que eran culpables, ¿a qué se refería Adelai?
- Muchas preguntas Hitzel.
- Es mi derecho no lo crees, estuve meses sin poder recordar y ahora que lo hago no puedo hacer nada para volver a Alemania.
- Sabias que en cualquier momento ese portal se cerraría y volverías a la realidad que perteneces.
- Lo sabía, pero no de la manera que sucedió, tan abruptamente.
- Fue lo mejor y lo sabes, aunque fuiste feliz allá perteneces a esta ciudad. No a un mundo lleno de cámaras, ni medios de comunicación.
- Ellos son mi felicidad, lo fueron. Desde que pise aquella habitación en Alemania, cambio mi vida volviendo la oscuridad en luz.
- Al inicio fue así, pero los rumores que estaban propagándose los estaba dañando a Lovme y a ti. Y estoy muy seguro que ese descanso que tuvieron no fue por eso, sino por la pelea y el distanciamiento que había dentro del grupo.
- ¿Cómo lo sabes?
- Es fácil darse cuenta Hitzel, tu felicidad con ellos se estaba apagando lentamente.
Bajo la cabeza, Jhonathan tenía razón amaba estar con ellos; pero al final Steve tuvo la razón estaba destruyéndolos a cada uno, de alguna manera ellos se apegaron a mi confundiéndonos en nuestros sentimientos, confundiendo nuestra amistad y hermandad.
Mi mente se está cayendo en pedazos, me alegra recordarlos era lo que más quería, lo que más me faltaba, ese vacío que tenía mi corazón; ellos me devolvieron la vida, sin embargo, me siento incompleta al no tenerlos a mi lado.
- Los recordaste, ellos fueron tu felicidad en su tiempo; ya es hora de dejarlos y que tú cumplas tus metas y sueños. A pesar que fueron pasajeros, tu vida sigue aquí en Perú Hitzel.
- No quiero aceptarlo. - cierro los ojos y siento un beso en mi frente.
- Eres súper fuerte Hitzel, es hora de ver la realidad.
Y dicho aquello Jhonathan sale de mi habitación dejandome .
A la mañana siguiente me levanto temprano, no pude conciliar el sueño. Preparo el desayuno y espero a mi madre a que despierte.
- Y esa sorpresa hija. - mi madre entra a la cocina.
- Buenos días mami.
- No es mi cumpleaños para que hicieras el desayuno.
- No es necesario que lo fuera madre. - Suspiro. - Recordé todo.
Ella me mira escéptica soltando el vaso de juego que tomaba.
- Yo lo recogeré. - digo trayendo la escoba y el recogedor.
Nos sentamos en silencio, solo escuchando las masticadas de cada una.
- Lo siento, sé qué fui una mala madre Hitzel.
- Mamá...
- Deja que termine. - continua - Yo no veía cuanto te afectaba la muerte de tu padre, cuanto dolor te hacía sentir mis palabras insultándote y me odie a mí misma por no ponerme en tu lugar. Eras una adolescente con toda la responsabilidad en tus manos y nunca te pregunte que te gustaba realmente o como te sentías; yo me refugie en mi trabajo dejándote sola, luchando con tus propias inseguridades y demonios que las aumentaba yo.
- Hija perdóname, cuando me contaste del portal. No debí pegarte, ni llamarte mentirosa sabes que para mí fue una sorpresa al buscarte en casa y de la nada apareciste en tu habitación. La felicidad que no encontraste conmigo ellos te la dieron y me alegra bastante que aprendieras muchas cosas con Lovme. - se limpia las lágrimas que caen por sus ojos. - Creí que te iba a perder, si elegías entre ellos o yo, sabía a donde te irías sin pensarlo.