Capítulo 11

En cuanto el grito de la ditectora retumba en nuestros oídos, todos inmediatamente empezamos a correr en dirección a la bandera al otro lado del patio. Raiza, Julieta y yo tratamos de no separarnos, pero eso cambia debido a que Ava pone en frente mío una línea de fuego bastante extensa; ríe entre dientes al ver que me ha hecho eso a mí, y sin pensarlo extingo el fuego lo más rapido posible sacando agua de mis manos y continuó corriendo. Mientras tanto logro ver como Katherine y Julieta se miran fija y fríamente la una a la otra. Las dos frenan en seco y ambas sacan fuego de sus manos en dirección a la otra. Pero, en cuanto el fuego de una choca contra el fuego de la otra, qmbas salen disparadas hacía atrás haciendo que caigan al suelo. Preocupada, me dirijo a donde está mi hermana para asegurarme de que está bien; Lina y Camila hacén lo mismo con Katherine. En cuanto comprobamos que ambas estén a salvo, todas miramos a la directora, la cual nos mira con cara de "ups". Nos dirijimos hacía ella en busca de explicaciones.

-Creo que olvide mencionarles un minuscúlo detallito- digo soltando una risita inocente-, lamento eso, pero bien, les explicaré- se aclara un poco la garganta- Resulta que las personal con el mismo elemento, no pueden soltar ataques entre ellas mismas, la reacción que ocurre, como lo acabamos de presenciar, es que las dos personas se repelen bruscamente. Ni siquiera los más fuertes se pueden atacar entre sí, su elemento no se lo permite- ella asiente levemente con la cabeza- Bueno, ahora que está todo claro, pueden continuar.

Todas volvemos a correr, teniendo muy encuenta lo que habiá dicho la directora, yo en ese momento en realidad no me preocupe tanto, ya que ninguna de las otras chicas es de mi elemento, así que podría defenderme contra cualquiera.

Poniendo en marcha mi plan, mientras Ava intenta atacar a Raiza con fuego, yo la ayudo apagando sus llamas, aunque me gané una mirada de odio por parte de Ava. Continúo, tratando de poner charcos por todas partes, y viendo como las demás chicas se caen. Con Raiza nos ponemos de acuerdo, para que ella suelte tierra y yo suelte agua al mismo tiempo para así formar un gran obstáculo de lodo. Eso bastó para frenar a las otras seis el tiempo suficiente para llegar a la bandera, al parecer el amigo de la directora, no recordó que tenía que mover la bandera de vez en cuando, pero fue para nuestro beneficio. En cuanto Julieta tuvo la bandera en sus manos, la levantó para que la directora la vea desde lejos, y distingo una inconfundible sonrisa de orgullo.

Regresamos con felicidad hasta la posición de la directora y ella nos felicita.

-¡Muy bien señoritas!, han demostrado ser capaces de enfrentar a sus compañeras sin lastimarlas, al parecer mi amigo olvido mover la bandera, pero sin embargo lo han hecho muy bien- mi hermana, Raiza y yo nos damos un abrazo amistoso- , en especial tú Avril, considerando que eres la única con elemento agua, lo has sabido usar con mucha responsabilidad- siento que me sonrojo un poco, pero me siento muy bien oyendo esas palabras- Y las demás, no quiero que se preocupen, también lo jan hecho a la perfección, pero a veces hay obstáculos más grandes de lo que podemos afrontar. Ahora que hemos aclarado todo, pueden dirijirse al comedor a almorzar, ¿okey?

Todas asentimos y damos media vuelta en dirección al edificio. Dentro hay un comedor largo con nueve asientos, en el cual cada una de nosotras se sienta, yo lo hago al lado de Julieta y Raiza, la cual logro oír que le está gruñendo la panza, se nota que tiene mucha hambre. Cuando nos traen la comida, nos encontramos con un gran plato de pasta, en casa no acostumbrámos a preparar cosas muy elaboradas, casi siempre comíamos ensalado o en los mejores días un poco de carne, pero este sin duda era el mejor almuerzo de mi vida. Estaba claro que Julieta pensaba lo mismo pues en tanto probamos la comida nos miramos asombradas y después no terminamos de comer hasta haber terminado. Después tomamos el vaso de agua y esperamos a que las demás terminaran.

La directora aparece por la puerta con cara de satisfacción, todas la miramos como agradeciéndole la comida a pesar de que sabíamos que ella no la había hecho. Se nota que para las demás chicas también la comida era muy diferente; puede que las demás chicas hayan tenido una mejor vida que yo, a pesar de que sin embargo en la ciudad nadie tenía en realidad una buena vida, aún así hubo personas menos afectadas que otras por la guerra, a mí por ejemplo me costó mi hogar y mis padres... mis padres, me he planteado tantas veces que pasaría sí estuvieran vivos, pero aún no tengo una clara respuesta, aún así algo dentro de mí quiere que estén vivos.

La directora nos habla, sacándome de mis pensamientos.

-Y bien, ¿qué les ha parecido la comida?- dijo sonriendo como si ya conociera la respuesta.

Todas contestamos tipo: ¡asombrosa!, ¡increíble!, ¡de lo mejor!, ¡exquisita!, ¡maravillosa!. Esas respuestas me incluyen a mí. Ella ríe por lo bajo, carraspea y continúa hablando.

-Descuiden, se que en la ciudad no había la mejor comida, por eso quería que aquí pudieran probar de la mejor- por un momento me siento mal, ya que solo los distintos podemos probar está clase de comida, ¿qué hay de los demás?- , espero que sea de su completo agrado. Ahora, como veo que todas terminarón de comer, quiero que pasen a la sala de juntas que se encuentra al lado, quiero compartir un poco de información con ustedes, ya que antés de entrar formalmente al instituto, hay un par de cosas que tienen que saber primero, así que las espero allá.

La directora sale por la puerta. Entre nosotras nos miramos con cara de confusión, pero a la vez de alegría, ya que la curiosidad nos consumía. Después de dos minutos de meditar lo que estaba a punto de pasar, todas nos miramos y hacemos un gesto, para indicar que vallamos ahora. De repente, noto que solo por un momento sentía la necesidad de conocer el instituto, no creí que me emocionara llegar a eso, pero supongo que las opiniones cambian.