Capítulo 22

La tarde ha llegado. En una media hora Raiza vendrá a recogerme para "salir" con Matthew y Evan. Cada vez que mi mente me repite aquella palabra, un escalofrío recorre mi cuerpo. No puedo siquiera pensar en eso, ¿comó me las voy a arreglar para no hablar con Evan? Porque estoy segura que de lo primero que se le va a ocurrir preguntarme es sobre mis ojos y sobre como soy una mezcla.

Me miro al espejo una última vez para cerciorarame de que todo esté en orden. El hecho de que no quiera salir con Evan no significa que no me quiera ver bien. Y como siempre, me pongo mis gafas oscuras.

Raiza toca la puerta, y al abrirla, me ve con una mirada tan eufórica de alegría, que me hizo sonreír.

-¡Estas divina!- dijo mientras me agarra de la muñeca y comienza a correr.

-Gra-cias- intenté decir mientras me lleva corriendo por los pasillos.

Se detiene frente a la puerta del jardín.

-Okey Avril, sé que esto lo estás haciendo en contra de tu voluntad y como un favor hacia mí- asentí, aunque lo que dijo no es del todo correcto-, pero, te quiero pedír un úlitmo favor, en un momento dado ¿podrías dejarme sola con Matthew?- ay Dios! Esta charla ya se tornó incómoda.

-Amm, ¿y cuando se supone que voy a saber que es ese momento?

-No lo sé, tú eres lista, lo sabrás.

Doy un pesado suspiro y asiento. Raiza sonríe, y entonces abre la puerta.

Evan y Matthew están de pie frente a la fuente conversando. Cuando se voltean para vernos nos sonríen, aunque después de medio segundo, Evan vuelve a mirame igual que como me miraba en la cafetería y no puedo evitar sentirme incómoda de nuevo.

-Hola chicos- dijo Raiza mientras se acercó a ellos y les dio un amistoso abrazo-. Ella es Avril, la amiga de la que les hablé- tímidamente saludé con mi mano derecha y Matthew me dedicó una sonrísa, Evan también, pero la suya claramente falsa-. Disculpenla, es un poco tímida, pero es muy cool- le dí un ligero golpe con el codo y ella río.

-Un placer Avril- dijo Matthew y Evan asintió sin cambiar la expresión.

-Igual- dije en tono suave.

-Bien, demos un paseo- concluyó él entonces.

Comenzamos a caminar por el jardín. Matthew dice un par de chistes, mientras Raiza y Evan se ríen felices. Yo me siento culpable, y espero el momento en el que Evan hable sobre mi secreto.

Mientras caminámos Raiza y Matthew se ponen muy cariñosos, se abrazan como si no hubiera mañana, y por sus miradas noto que tienen unas ganas incontrolables de besarse. Supongo que el momento dado a llegado, y algo me dice que Evan también se dio cuenta. Así que ambos nos despedimos, y como ambos están tan concentrados uno en el otro, nos ignoran.

Planeo irme hacia mi cuarto, pero en cuanto entro nuevamente al edificio, Evan me detiene tomándome del brazo, aunque trato de escapar, él claramente es más fuerte que yo. Rápidamente empieza a correr hacia no sé dondé, y no puedo resistirme. Después de un tiempo de puro correr, llegamos a una pequeña puerta. 

-Avril, voy a mostrarte algo que no puede saber nadie más ¿okey?- no podía pensar con claridad pero sin embargo asentí.

Al abrír esa puerta hay un armario, con una compuerta en la parte de átras, era imperceptible, así que hasta que no estuvo abierta, no supe que había ahí.

Aquella puerta llegaba a un bosque, era el bosque que estaba detrás del instituto. Supongo que era una forma de escape rápida o algo así, pero se nota que nafie podía saber de su existencia, pues sí así era cualquiera podría escapar, o incluso entrar.

Al entrar en aquél bosque de arboles amarillos a plena luz de la tarde, Evan vuelve a correr hasta estar lejos del instituto, y se detiene detrás de un árbol muy grueso.

-¿Qué hcaemos aquí?- pregunté rápidamente. De momento estaba bastante confundida, pues estaba con un chico al cual apenas conozco y me estaba confiando un secreto muy grande.

-Supuse que necesitaríamos un lugar discreto donde hablar.

-¿Hablar sobre qué?- sé perfectamente de que quiere hablar, pero prefiero hacerme la boba.

-De esto- dijo y a continuación, delicadamente retira mis gafas de mi rostro. Pero mantengo mis ojos cerrados-. Descuida Avril, no tienes nada que tener, no le diré a nadie- algo en su tono de voz hizo que sintiera confianza, y lentamente abrí mis ojos.

-Nadie debía saberlo- dije suavemente.

-Lo supuse, es entendíble. Todos aquí conocemos la historia de Abigail, y hemos estado en espera de otra mezcla.

-Me siento horrible- dije en tono triste.

-No tienes porqué. Mira, evitarme no iba a cambiar lo que ví, pero ahora ya no hay nada que esconder, puedes confíar en mí, no voy a decirle a nadie, lo prometo.

-¿Comó se supone que voy a confíar en alguien que ni siquiera sé su apellido?- dije en tonl sarcástico y el río.

-Smith- dijo-, mi apellido es Smith.

-Reyes- dije-, el mío es Reyes- volvímos a reír-. De acuerdo, ahora ya nos conocemos.

-No- dijo él-, aún no. No sé nada sobre tí. Pero son las cuatro y media- lo verificó en su reloj-, así que tenemos tres horas para conocernos antes de la cena.

Mi cara parece delatarme, me expresión es de "¿hablas en serio?" Haciendo que él asienta.

-Vamos Avril, creo que ya se tu más grande secreto, supongo que no hay más nada que tener.

-De acuerdo, ¿qué quieres saber?- pregunté sentándome en las hojas secas del suelo, mientras él me imita.

-Lo que tú me quieras contar, soy todo oídos.

-Realmente, no hay mucho, ¿qué te parece si empiezas tú?