Unos días después iba caminando por el instituto escuchando música tranquilamente, en ese corto momento de silencio que hay en el cambio de una canción a otra, logré escuchar la voz de Evie y detuve la música. Era dentro de un armario de conserje así que pegué mi oído a la puerta.
—Esto es absurdo, Nate— decía la voz de Evie tras la puerta —. Sabes que teníamos que llevárnosla de aquí lo antes posible, y tú no haces más que alargar la situación. Este lugar me trae malos recuerdos y extraño mi cama, además ese odioso dolor de cabeza vuelve.
—Evie— ahora era la voz de Nate —, créeme que yo también quiero irme, pero todo es parte de mi plan.
—Odio tu estúpido plan, yo digo que solo la llevemos en contra de su voluntad, cuando vea a donde llega nos lo agradecerá infinitamente.
—Claro que nos lo agradecerá pero quiero que lo haga bien y que sepa que a donde va es para estar mejor que aquí, mucho más seguro, por eso debe saberlo sola.
—Pero al menos deberíamos ayudarla para que sea más rápido, eso de hablar con la directora Rogers no me pareció un gran plan, sabes lo discreta que es con ese asunto, preferiría matar antes que rebelar ese secreto a Avril, esa mujer da miedo.
—Okay bien, la ayudaremos, solo debemos pensar cómo sin que se sienta presionada y así estar seguros de que cuando se valla sea porque es lo que ella quiere.
—También hay que quitarle esa mala imagen que tiene de nosotros y tratar de que sea nuestra amiga, realmente me gustaría tener una después de tanto tiempo.
—Yo soy tu amigo— en su tono parecía ofendido pero cómico.
—Sabes a lo que me refiero, además allá le hará muy bien amigos que la ayuden a adaptarse al cambio.
—Si bien, ya vamos— al escuchar eso salí corriendo lo más rápido que pude para evitar ser descubierta.
Tenía nueva información, eso era bueno. Ya tenía claro que no eran malas personas, y que el lugar al que me quieren llevar no es malo, al parecer es todo lo contrario, ahora la pregunta es ¿qué es ese lugar? Es claro que ellos provienen de allá y que alguna vez estudiaron aquí, lo que quiere decir que pasaron por la misma situación que yo, pero ¿porqué? Es algo que no le pasa a todo el mundo, o sino no habría gente aquí entonces ¿a quiénes les pasa? ¿Qué tengo en común con esos dos? Que yo sepa, nada, pero es claro que algo nos une y que tenemos similitudes. Ahora debo averiguar: qué es aquel lugar y para quienes.
Reuní a mis amigos y les conté todo lo que escuche con lujo de detalles e incluso les di mis propias deducciones.
—Yo sigo confundida— empezó Raiza —, si ese lugar es mejor que aquí, ¿porqué no nos llevan a todos?
—Lo que supuse es que no es para todos, sino para aquellos que tienen alguna característica especial— contesté.
—¿Cómo qué?— preguntó Matthew.
—¿Qué tal el ser una mezcla?— aportó Evan.
—No lo creo, la única otra mezcla fue Abigail y sabemos cómo terminó, además si así fuera, la directora Rogers te lo habría dicho— contestó Raiza. Era gracioso como cada vez que alguien hablaba todos volteábamos para mirarle.
—De eso no estoy muy segura, al intentar preguntarle si tenía algo por decirme se portó agresiva y me pidió que me alejara de ella— dije.
—Bueno, eso es sospechoso, pero no confirma ninguna teoría y yo creo que si hubiera otras mezclas ya lo sabríamos, es más, sería noticia, no secreto— dijo Raiza.
—¿Y si no? ¿Y si es justo ese el secreto que pretende guardar la directora Rogers?— dijo Matthew.
—¿Entonces porqué los del consejo buscan a las mezclas y las ven como un peligro?— preguntó Raiza.
—Porque ellos tampoco saben el secreto— dijo Evan —. Tiene mucha lógica.
—Pero aún hay algo que no cuadra, Daniel— dijo Raiza.
—Él debe de ser el encargado tanto de ese lugar como de aquí.
—Entonces ¿porqué está en contra de la directora Rogers?— preguntó Evan.
—Porque ella quiere las mezclas solo para sí y Daniel las quiere llevar a aquel lugar— respondí uniendo los puntos.
Quedamos asombrados ante la deducción que habíamos sacado, habíamos resuelto un misterio con la poca información que habíamos recibido, ahora solo necesitábamos probarla.
—Bien, para poder probarla, hay que ver si las características físicas de ellos coinciden con ser una mezcla— dijo Raiza —. Avril, ¿qué poderes han manifestado?
—Evie mostró ser de aire y Nate mostró ser de fuego— respondí.
-¿Cómo son físicamente?
—Evie tiene ojos y cabello marrón, Nate tiene ojos verdes y cabello rojo— volví a responder.
—Bien, tomando esto en cuenta, si fueran mezclas: Evie tendría el cabello de aire y ojos de fuego o tierra; Nate tendría cabello de fuego y ojos de tierra, lo cual coincide a la perfección y ya que Evie mencionó el dolor de cabeza que tú también sufres, podemos concluir que sí, son mezclas— dijo Raiza.
Esto era demasiado, hoy tan solo habíamos descubierto que no soy la única mezcla, que hay más como yo, y que ellos se encuentran en un lugar especial mejor que aquí, que mi vida podría cambiar aún más drásticamente que antes y que todo aquello, era cierto. Mi cuerpo se debilitó ante tantas emociones y mi poder empezó a actuar formando un pequeño huracán de agua helada a mi alrededor y causándome una insoportable migraña.
—Avril ¿qué haces? Cálmate— me dijo Raiza.
—Ayúdenme— dije como pude.
Evan entró en el huracán con cuidado y me tomó en sus brazos. Me sacó del cuarto en el que nos encontrábamos y al salir y ver por la ventana noté que lo que me ocurría no era culpa de mis emociones sino de algo más, mucho más. La ventana daba al bosque trasero del instituto y a lo lejos pude ver otro huracán pero de fuego y algo parecido a un volcán, pero solo el hoyo. Señalé hacia allá y todos entendieron lo que debíamos hacer.