Intercambio de Corazones

5. No tan tonta

Era lunes por la mañana, y el instituto Járkov estaba comenzando a llenarse de estudiantes, cada uno arrastrando aún el eco del fin de semana. Alexa caminaba rápidamente hacia su casillero, intentando pasar desapercibida entre la multitud. Su corazón latía con fuerza, y sus pensamientos revoloteaban insistentemente hacia lo que había pasado con Arkady el pasado viernes.

Al llegar a su casillero, Alexa se detuvo un momento, intentando calmar sus nervios.

Con manos temblorosas, comenzó a girar la combinación de su casillero. —Por favor, que no me moleste hoy, por favor, por favor —susurró ella mientras guardaba libros y tomaba otros.

Mientras colocaba los libros en su casillero, las voces de los alumnos sonaban a su alrededor. Alexa intentaba ignorarlos y concentrarse en sus cosas, pero algo en su subconsciente permanecía alerta, como si esperara el momento exacto en que Arkady apareciera.

A unos pasos de distancia, Arkady avanzaba con su habitual confianza, riendo con sus amigos y compañeros del equipo, aunque su mente tampoco encontró paz durante todo el fin de semana. No entendía porque Alexa no salía de su mente y eso junto a lo que le hizo el viernes hacia odiarla mas.

Su mirada la encontró al instante, parada junto a su casillero con el entrecejo ligeramente fruncido leyendo un libro.

En un abrir y cerrar de ojos, Arkady se colocó detrás de Alexa, sin que ella se diera cuenta y le arrebató su libro de la mano.

Alexa lo miró, tratando de mantener la compostura a pesar del torbellino en su interior. Pero su pulso se agitaba.

—Dame eso —dijo ella y Arkady estiró el brazo hacia arriba para evitar que ella alcanzará.

—Dame, por favor —pidió en susurros.

—Sí lo alcanzas es tuyo.

Alexa miró lo alto que estaba, solo podía alcanzarlo si usaba una escalera.

En la mirada de Arkady había picardía y un poco de burla. Alexa sabía muy bien que su osadía del viernes le costaría un par de burlas y bromas de parte del chico popular a quien detestaba tanto.

Sus amigos solo reían al ver eso como algo divertido, sin embargo para Alexa era lo peor que podía pasarle ya que estaba siendo el centro de atención de los alumnos. Sus mejillas rápidamente se sonrojaron, algo que Arkady siempre notaba y le gustaba. Aunque jamás lo aceptaría.

—Sí quieres tu libro tendrás que hacer algo por mí.

Alexa apretaba la manga de su suéter con ambas manos.

—¿Qué, que quieres? —le preguntó temblorosa.

—Vas a rendir el examen hoy por mí.

—¿Qué? —exclamó ella.

—De lo contrario no te devuelvo tu libro y no podrás estudiar para el examen de mañana.

Ella se mordió el labio inferior muy fuerte y apretó los dientes entre sí y suspirando hondo, asintió.

—Está bien —susurró bajando la cabeza.

Arkady bajó su brazo, Alexa pensó que le iba a dar el libro, pero lo dejó caer al suelo.

—Levántalo —dijo dando media vuelta.

—Chica nerd 1 Arkady 1 —le dijo antes de alejarse.

Alexa temblorosa se agachó para recogerlo y pestañeó con prisa intentando no llorar. Algunos la miraban con pena y ella solo quería que la tierra la tragase.

En el salón de clases la profesora entregó los exámenes, Arkady detrás de Alexa le pidió su examen y ella rodando los ojos le pasó la hoja ya con las respuestas completas y tomó el de Arkady que aún permanecía en blanco y comenzó a llenarla nuevamente.

Arkady por su parte sonrió viendo todas las respuestas ya contestadas y lo único que hizo fue llenar con su nombre y luego entregarla a la profesora.

Cuando finalmente Alexa y Mireya salieron del salón luego de haber dado la prueba parcial para el examen del primer semestre, Mireya le preguntó a Alexa porque lo había hecho y ella sonrió.

—Para darle una lección a ese idiota —dijo Alexa mientras caminaba hacia la cafetería.

—Vamos Mireya, vamos que tengo hambre.

—Espera, Alexa, ¿cómo que una lección? ¿A qué te refieres?

—Ya lo sabrás amiga, ya lo sabrás —dijo Alexa.

Mireya y Alexa se sentaron en una mesa en el fondo de la cafetería de la secundaria, lejos de la mirada de todos.

—Oye, ¿iremos el viernes a la fiesta de la victoria de Arkady y su equipo?

Alexa quien bebía su malteada negó. —De ninguna manera, yo no voy a fiestas y menos en una en donde ese idiota será el centro de atención.

—Anda, Alexa, yo quiero ir, mi mamá no me dejará ir si no es contigo. Ella confía en ti —Mireya junto sus manos suplicando.

Alexa rodó los ojos. —Mireya, ¿para que quieres ir? No es nuestro ambiente, ni siquiera estamos invitadas.

—Es para todo el instituto. Claro que estamos invitadas.

—Lo que creo que tú quieres es ir para ver a Luca, ¿verdad?

Mireya bajó la mirada sonrojándose. —Claro que no —dijo bebiendo de su refresco.

—Mmm —gesticuló Alexa fijando su mirada en Arkady y Ekaterina quienes entraban a la cafetería. Ekaterina reía con gracia, su hermoso cabello casi rubio con perfectas ondas caía sobre su espalda y su corta falda qué dejaba ver unas largas piernas cubiertas por unas largas medias qué intentaban cubrirla del frío.

Alexa sintió envidia de la belleza de Ekaterina y de la atención que Arkady le daba. Eran la pareja perfecta.

Mireya giró a mirar sobre su hombro.

—¿Entonces iremos o no?

Alexa desvió la mirada para mirar su plato de emparedados.

—No lo sé, lo voy a pensar.

—¿Eso es un si? —insistió Mireya.

—Dije que lo voy a pensar, no es un sí, Mireya.

Su amiga bebió de su refresco mirándola mientras Alexa rodaba los ojos. Y volvía su vista al chico que le aceleraba el corazón quien tomó asiento en una de las mesas con Ekaterina sin siquiera notar a Alexa, o al menos es lo que ella pensaba.

Era miércoles, mitad de semana y Alexa amaneció alegre, dijo que sería un buen día. Desayunó su tostadas con te de canela qué le preparó su nana Ania y se despidió de ella para ir rumbo a la secundaria.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.