Se hacia tarde y el viento se tornaba un poco más fresco, Arne me seguía viendo de la misma manera que cuando empecé a leer sabía que tenía ganas de saber de qué trataba el libro y la verdad es que se veía muy bueno solo que cuando empecé a leer la parte de atrás me di cuenta que no es un libro con finales felices como los que tengo en casa. Son esos libros que empiezan bien y por ese mismo detalle terminan mal, un error, una confusión, una mentira, una palabra, todo eso es suficiente para arruinar una simple historia o al menos así es como he aprendido en estas cosas.
Digamos que Gretchen es la que siempre me compra los libros y por ende es ella quien los elije, como su pequeño hijo adoptivo era lo mismo de siempre, cuentos cortos para dormir de cosas o seres fantásticos donde viajabas a mundos inimaginables y podías estar en la cima de una montaña peleando con un dragón o volar junto a un ser mitológico todo en la comodidad de tu cuarto acostado en tu cama. Obvio con el tiempo empecé a ver que no eran los únicos libros que existían y un día curioseando en el librero de mi madre vi que sus libros no eran de aventuras o reyes como estaba acostumbrado, digamos que sus libros eran de drama, tragedia, romance e infidelidades, digamos que estaban un poco curiositos. De hecho, de ahí es donde reconocí el libro.
—“Y ahí es cuando me decidí, iba a enviarle esa carta” — leo lo que dice el final del capítulo y cierro el libro— Un poco fuerte ¿no? —digo mientras me rasco la oreja— ¿Seguro que quieres que lo siga leyendo? —pregunto debido a que se el final y no quiero que él se lleve un mal rato como yo me lo lleve cuando termine de leerlo. Fue el primer libro que leí de ese tipo y creo que el ultimo, no era como tal desgarrante, pero el sentimiento de arrepentimiento de la protagonista se siente.
—Si, quiero seguir escuchando —escucho una respuesta tan seria que no puedo decir que no, la verdad es que me sigue admirando como este niño cambia de cara tan rápido.
—Bien, entonces esto será todo por hoy — le doy el libro y él se me queda viendo confundido ya que hace unos segundos me dijo que quería que le siguiera leyendo —Lo siento es que se hace tarde y se preocuparan si llego más tarde y no me ven en casa.
—Está bien, entonces ¿Hasta luego?
—Si hasta mañana, te espero aquí — me levanto y sacudo un poco ya que estaba en el suelo y no me gusta dejarle tanto trabajo a Gretchen, aparte de que si me ve sucio me empezara a decir que claro yo puedo estar afuera jugando en la tierra feliz y libre ya que no soy yo el que lava.
Me voy primero y al llegar al frente de mi casa me pienso dos veces si entrar o no, estoy en el portón y solo me limito a ver de un lado a otro, la verdad es que no quiero entrar corro el riesgo de encontrarme con cierta persona y es lo último que quiero. Intento ver por dentro de la casa, pero debido a que ya es tarde las cortinas están cerradas, la verdad es que nunca entendí porque las cierran tan temprano Gretchen acostumbra a cerrarlas debido a que se va temprano y claramente mis padres se las pasan encerrados y no tienen para andar cerrando todas las cortinas, en fin, eso significa que ella ya se fue y que tendré más oportunidades de llegar a mi cuarto a salvo.
Abro el portón y entro a la casa, me voy por el patio trasero donde queda la cocina y entro por ahí, como deduje no hay nadie así que paso sin problema y me dirijo hacia la sala para de ahí irme para las escaleras. Me siento como uno de esos libros o películas de misterio donde un agente secreto pasa por el territorio de sus enemigos con cuidado para que no lo atrapen, en este caso yo soy el agente secreto y el enemigo es cualquier persona que se cruce por enfrente o mejor dicho mis padres, para ser más específicos. Subo las escaleras triunfante y al llegar a la puerta de mi cuarto escucho que alguien está hablando, acerco mis oídos a la puerta y escucho la voz de Gretchen adentro junto con la de mi madre, no se que esta pasando pero pocas veces mi madre le dirige la palabra a Gretchen y cuando lo hace no siempre las cosas van bien o significa que paso algo.
Abro la puerta ni siquiera entro y ellas paran de hablar y dirigen su mirada hacia mí, mi madre enseguida se va y Gretchen que no se ve nada bien por cierto se acerca.
—Hay noticias— se acerca a mi y lo dice en un tono tan serio, créeme que si no me lo dices yo ni en cuenta —Tu hermano tuvo problemas en Berlín así que ya no va a poder venir— creo que soy la única persona que le asustaba el hecho de que mi hermano regresara a casa, a decir verdad, creo que la mayoría están decaídos por la noticia, yo la verdad no sé qué quería.
—Pues que mal ¿No? — trato de sonar lo mas comprensivo posible, pero ahora que lo pienso eso sonó muy a se ve que no quería que viniera y me da igual que tenga problemas en Berlín— Bueno espero que los problemas allá no sean graves ¿Está bien no? — me siento en mi cama y trato de sonar serio y preocupado, pero al momento en que me rasco la oreja Gretchen se da cuenta de que no estoy siendo del todo sincero.
—Se que todavía no estas listo para verlo, sé que fue difícil el que se alejara, pero hay que comprender que un día tal vez tú también te tengas que ir a armar tu propia vida— se acerca para darme un gran abraso es uno cálido como siempre, se retira y al escuchar cerrarse la puerta me acuesto en mi cama.
Se que se fue por que eso era lo que quería y algún día todos vamos a hacer lo mismo, pero no tenia que irse tan pronto es egoísta de mi parte decir que quería que me siguiera cargando de caballito cada vez que salíamos a algún lugar como al parque y me dijera que no valía la pena escuchar a las personas que hacían comentaros malos hacia mí y me hiciera sentir protegido, tal vez siempre fui un poco mimado por él y me acostumbre a eso, pero soy un niño una persona inmadura que solo quiere compañía en su vida no pueden culparme, un niño que no entiende ni las noticias quieren que entienda los problemas de los demás y como ser un adulto.