Iris

Capítulo VI

SELLERS

—¿Vamos a ir al concierto primero?

—No vas a huir de este, querida.

Scarlett se estaba maquillando dentro de la limusina, mientras que Gabe estaba parado fuera, hablando con esas chicas idiotas que lo seguían todo el tiempo. No lucía tan incómodo.

Habíamos llegado a Hyden Park, iluminado por reflectores de diferentes colores, que cegaban la vista a los que caminaban hasta la gran tarima. Un guardia se encontraba cruzado de brazos y con la frente en alto, parado en la entrada del parque. ¿Invitación? Sin ella, no entras.

—¿Cómo voy a pagarte la invitación, Scar?

—Es un regalo —aseguró, retocándose un ojo con el delineador—. No me debes nada.

—¿Por qué haces esto? —le pregunté, confundida.

—Eres mi mejor amiga, y sé que últimamente has estado muy... distanciada de nosotros. No quise preguntarte por qué, por eso hoy quiero que te diviertas. Suéltate un poco.

Suspiré pesadamente antes de observar mi atuendo. Llevaba una blusa corta de mis artistas favoritos y unos pantalones ajustados. Mi cabello estaba atado en una cola alta, y utilizaba el mismo maquilla de la tarde.

—Te ves hermosa. —Scarlett me miró, leyendo mis pensamientos—. ¿Segura que quieres ir al concierto? Sé que no te gustan los lugares concurridos y...

—Quiero saber cómo se siente estar en un concierto. —Saqué mi teléfono de mi bolsillo con intenciones de mencionarle el viaje a Tete, pero decidí no hacerlo; quería dejar de pensar en ella por un momento—. Los he mirado por la televisión, pero sé que no es lo mismo. Quiero... sentir, no sé si lo entiendes.

—Claro que entiendo, Evi.

Me dedicó una sonrisa antes de abrir la puerta de la limusina; música a todo volumen se escabulló entre nosotras cuando antes a penas se escuchaba. Tenía ritmo, tenía emoción. No sabía cuál banda estaba tocando en ese momento.

—Sé que ha sido duro para ti... —Me miró con tristeza cuando ambas ya estábamos afuera—. Pero si te sientes incómoda, no dudes en decirme. Saldremos tan rápido como podamos.

Le pude dedicar más que una sonrisa, pero para Scarlett era suficiente. Era una chica amable con actitud fiestera y relajada, ¿a quién no podría agradarle? Era la personificación perfecta de Beth y Jo juntas, un libro en donde ambas buscaban un propósito y entenderse a ellas mismas. Tan amble como Beth y tan fuerte como Jo.

Era la mujercita perfecta.

—¡Vamos, Evi! —exclamó, emocionada—. ¡Están pasando The Rolling Stones! ¡No te separes de mí!

Y Scarlett me tomó de la mano, dispuesta a llevarme a ese festival para que yo pudiera ser libre. Estaba a punto de lanzarme por un barranco para que abriera mis alas. Jamás lo había visto así, pero ella fue quien me llevó a mi hilo rojo.

La mujercita perfecta me llevó a mi luz del destino.

[...]

Una persona me empujó bruscamente y choqué contra otra que me devolvió el empujón. Me estaba irritando, y apenas llevábamos quince minutos. ¡Quince despreciables minutos! La cabeza me iba a estallar y mis ojos no podían divisar ninguna figura familiar.

—¡Scarlett! ¡Scarlett!

Me tapé los oídos cuando escuché un último solo de guitarra. Quería irme de ahí.

—¡Evi, te estaba buscando!

Sentí como alguien me tomaba por la muñeca, pero no era Scarlett.

—Scarlett está muy preocupada por ti —dijo Gabe, que trataba de hablarme sobre los gritos de fondo.

—¿En dónde está? ¡Estaba junto a mí hace algunos segundos y...!

—Vamos, te llevaré con ella. —Gabe colocó uno de sus brazos sobre mis hombros.

Podía ver la excitación en sus ojos; de colores cálidos y fugaces. Notaba su felicidad, algo que no entendía. ¿Cómo alguien podía ser tan feliz alrededor de tanto ruido?

Scarlett me abrazó fuerte cuando cruzamos un montón de personas que se empujaban unas a otras. Ella trató de llevarme algo apartada de los demás. Mi respiración era un desastre; sentía que me ahogaba.

—Larguémonos de este lugar. —Murmuró cuando llegamos casi a la entrada.

—¡Ahora démosle la bienvenida a... —gritó alguien a través de un micrófono, sin conseguir que los gritos cesaran— los Time Travelers!

Más gritos.

—¡Pero tú quieres estar aquí, Scar! —Me solté de su agarré.

—¡¡Son muy poco conocidos, pero hoy nos acompañan algunos productores, así que apóyenlos con sus vítores, gritos y... cantos para que su música llegue lejos!!

—Si tú no estás cómoda, Evi, a mí no me importa ir a la fiesta de mi amiga antes. ¡Será divertido!

—¿Estás segura?

—¿Tú me dejarías sola en un concierto, rodeada de imbéciles?

Negué.

—Pues claro —sonrió—. Por cierto, ¿dónde estará Gabe?

—¡Buenas noches, gente! —exclamó alguien diferente al de antes.

Su voz era suave, grave y profunda... No podía ver quién era alrededor de tantos.

—Seguro nos alcanza —aseguró Scar, guiándome.

Al parecer, los conciertos no eran lo mío. Las suposiciones de Tete no se harían realidad después de todo. Y no me sentía mal.

—Creo que no nos conocen, pero estamos hoy aquí para llenar sus corazones con música. Y mejor aún, con notas.

No entendí lo que dijo el chico, pero no me importaba entonces.



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En el texto hay: destino, colores, iris

Editado: 30.09.2024

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