Ivor

Capítulo 9-Shawna

Poco antes de que el sol saliera escucho un grito tan desgarrador como asustado. Me despierto prácticamente saltando de la cama, solo para encontrarme con la habitación en penumbras y a Iris sentada al otro lado del cuarto con la respiración forzosa. Prendo la luz de mi mesita y la veo hacerse una bolita contra la pared. Puedo darme cuenta como sus hombros tiemblan, claramente dándome a entender que está llorando.

— ¿Iris? —digo su nombre despacio conforme voy saliendo de la cama para acercarme a ella — ¿Qué ocurre? —me preocupo ya que ni siquiera me mira, solo está con los ojos cerrados y encorvada —Iris, me estás preocupando, ¿qué sucede? —intento nuevamente ya estando a su lado y con mucho cuidado pongo una mano en su hombro. Si es sonámbulo dicen que no se deben despertar— ¿Iris? —Repito y ella eleva sus ojos castaños hacia mí — ¿Tuviste una pesadilla? —Pregunto y mi amiga asiente con la cabeza — ¿Quieres contarme? —Tanteo, pero ella niega con la cabeza y vuelve a cerrar los ojos—. Puedo ayudarte si me dices que pasó en esa pesadilla —sugiero, pero a Iris parece no importarle. Dejo escapar un suspiro — ¿Necesitas algo? Agua, ¿quizás? —Ella vuelve a negar—. Por favor, dime algo. No puedo ayudarte de ésta manera y me estoy preocupando —suplico.

—Parry —susurra tan bajo que casi no puedo oírla.

—¿Qué?

—Parry — dice, un poco más fuerte y entiendo que no fue solo mi imaginación el haberla escuchado decir el nombre de, aparentemente, mi mejor amigo en otros tiempos.

— ¿Qué pasa con él?— indago — ¿Quieres que lo busque? ¿Qué lo llame? ¿Soñaste con él?— los ojos de Iris se clavan profundamente en los míos y creo que mi imaginación me juega una mala pasada porque veo un resplandor azul en ellos.

—Búscalo —me pide con la voz cortada.

—Pero, todavía no ha salido el sol, no…— me callo al ver como las lágrimas se desbordan y caen por sus mejillas—. Ok —asiento—, lo llamaré —ella asiente con la cabeza y esconde su rostro en sus rodillas—. No te muevas, ¿sí? —soltando un leve suspiro me muevo con rapidez a mi mesita de noche en donde reposa mi celular.

Marco el número de Ivor y solo espero no despertarlo. Al segundo repique él atiende.

— ¿Shawna, qué ocurre? —contesta él.

—Espero no haberte despertado. Si fue así, lo siento, es que, no sé qué hacer y… —comienzo con mi histérica diatriba.

—Shawna —me interrumpe él—, no me has despertado. Dime qué ocurre —me persuade.

—Es Iris —digo con un leve temblor en la voz al ver a mi amiga seguir llorando.

— ¿Qué pasa con ella? —indaga Ivor.

—No lo sé. Se despertó llorando, creo que tuvo una pesadilla, pero no quiere hablar conmigo. Ella… —me detengo un segundo y sé que lo siguiente que diré sonará como lo más estúpido que haya dicho.

—Ella, ¿qué? —me apremia él.

—Quiere hablar con Parry. Solo lo llama a él —acabo diciendo dejando escapar otro suspiro resignado.

—Está bien, no te preocupes —me tranquiliza Ivor—. Iremos para allá de inmediato. Trata de tranquilizarla lo más que puedas hasta que lleguemos, ¿está bien? —me pide.

—Ok —respondo—. Ivor —lo llamo antes de colgar.

—Dime.

—Gracias —digo en voz baja.

—Lo que necesites, cariño —responde él antes de colgar.

Me giro y vuelvo a mirar a Iris, quien todavía seguía mirando a la nada y dejando caer lágrimas en silencio. Nunca la había visto así y sinceramente no tengo muchas ideas sobre qué hacer en esta situación. No entiendo lo que le sucede y no tenía ni idea que sufría de pesadillas o si ésta solo es la primera. Luego de echarle una última mirada, me giro y me direcciono hacia la cocina. Busco un vaso y lo lleno con agua para llevarle, solo espero que quiera tomarlo y me deje ayudarla de alguna manera hasta que Parry esté aquí. Al volver a la habitación, ella está mirando por la ventana. Su cuerpo tirita y busco una chaqueta para prestarle. Me acerco a ella y se la coloco, ella me regala una sonrisa de agradecimiento y toma el vaso que le tiendo.

—Parry está en camino —le hago saber, pero ella no dice nada, solo bebe el agua y pierde su mirada más allá de la ventana.

Pocos minutos más tarde, mi celular suena indicando un mensaje. Ivor ya está aquí. Haciendo el menor ruido posible, para no despertar a mi madre, bajo las escaleras y me dirijo hacia la puerta. Al abrirla, me sorprende la preocupación marcada en el rostro de Parry. Los costados de sus ojos estaban muy arrugados al igual que su frente y su boca fruncida.

— ¿Dónde está? —me pregunta.

—Arriba —respondo y me hago a un lado para que pase—. En mi habitación —Parry asiente con la cabeza y se dirige hacia donde le he indicado.




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