El tener que enfrentarme a Shawna, fue una de las peores cosas que he tenido que hacer en mi vida. Pude sentir su dolor cuando posé mi mano en su hombro y fue como sentir, otra vez, su pérdida. Me sentí de la misma manera en que me había sentido aquella noche cuando la perdí. Cuando la sostuve sin vida entre mis brazos y también quise traerla de vuelta. Una noche que jamás olvidaré y que juré que jamás iba a volver a pasar.
No tuve otra opción, tenía que pararla de alguna manera o ella iba a destruir todo el lugar y se iba a arrepentir horrores si traía a su madre de la muerte. No iba a verla destruida, Malía ya no sería ella y Shawna se desgarraría por dentro al darse cuenta. Sé exactamente lo que ella está sufriendo y lo que pensaba y, no por el simple hecho que la haya tocado y así sentir su dolor, sino porque, yo estuve en su lugar, también. Una vez.
En éste momento, me encuentro con una copa de bourbon, observando la lluvia a través de mi ventana, mientras que la mujer que amo desde hace siglos, yace en mi cama, inconsciente. Dejé a Parry encargarse de la tienda y de Malía. Iris no quiso dejarlo solo, por lo que ambos estuvieron de acuerdo en llevar a Malía a su casa y dejarla en su habitación hasta que Shawna despierte, esté más calmada y piense con claridad para que pueda decidir qué hacer.
—Ya está todo hecho —anuncia Parry a mi espalda.
—Bien —digo girándome hacia él—. Gracias.
—No tienes que decirlo, es mi amiga también —esboza él—. Es familia —dejo salir un leve suspiro y me acomodo en el sofá más cercano. De pronto, me siento demasiado cansado.
— ¿Cómo está Shawna? —quiere saber Iris.
—Sigue inconsciente —respondo mirando la copa en mi mano, ya que no puedo mirar a la mejor amiga de la mujer a la que dejé fuera de juego, a la cara—. Deberías ir a casa —entono.
—No vas a sacarme del medio —afirma ella, tomando asiento en el sofá frente a mí—. Quiero estar aquí para cuando Shawna despierte —asevera.
—Tus padres… —comienzo, pero ella me interrumpe.
—Mis padres no van a estar en casa por unos días.
—Por su seguridad, creo que es mejor que se quede con nosotros —sugiere Parry, colocándose a lado de la joven.
—Está bien —asiento, sin ánimos de discutir.
— ¿Qué pasará ahora? —indaga Iris jugando con sus manos con evidente nerviosismo.
—Matar a Tristán —asevero. Veo a Parry asentir con la cabeza.
—Primero debemos ocuparnos de Malía —establece él.
—Supongo que debemos pensar en cómo anunciar su fallecimiento, algo que sea convincente —entono.
—Habrá que organizar el entierro y… —comienza Parry.
—No habrá entierro —Shawna aparece interviniendo en las sugerencias de Parry.
— ¿Cómo qué no? Shawna, si sigues pensando en traerla… —empiezo a pararme para enfrentarla.
—No estoy pensando en eso —se apresura a decir frunciendo el ceño—. Ella querría que la cremen y tiren sus cenizas en su tierra natal —explica dejándonos a todos desconcertados.
—Al menos deberías hacer un réquiem para aquellas personas que apreciaban a tu madre —propone Parry.
—No sé si podría hacerlo —murmura ella.
—Shawna —habla Iris—, nos tienes a nosotros para ayudarte en lo que sea —le indica. Con pasos seguros me acerco a ella.
—Voy a estar a tu lado en todo momento —le prometo posando ambas manos en su rostro para que no deje de mirarme—. Nos encargaremos de darle a tu madre los honores que se merece y luego nos encargaremos de hacer que Tristán pague. Te lo prometo —ella asiente dubitativa.
—Luego la llevaremos a Hawái y esparciremos sus cenizas en Waikiki —dicta Shawna.
—Lo haremos —aseguro—. Lo que quieras —le prometo.
—Ok —habla Parry—, si todo está arreglado voy a quitarme esta ropa —enuncia, observando su camiseta desgarrada y manchada con sangre y suciedad.
—Yo prepararé algo de comer —avisa Iris.
—Yo también debería quitarme esto —entona Shawna, observando su ropa y manos ensangrentadas por tocar a Malía.
—Te traje ropa —indica Iris, elevando una mochila que no me había percatado que había traído.
—Puedes usar el baño de mi habitación —ella asiente en silencio, toma la mochila que le alcanza Iris y, todavía en silencio, se dirige hacía mi cuarto.
Yo, solo la observo irse y es como si se estuviera alejando de mí con cada paso. Siento una mano en mi hombro y al darme vuelta veo a Parry a mi lado mostrando una sonrisa amistosa. Iris ya no estaba en la sala.
—Solo necesita tiempo —su sonrisa se hace un poco más grande—. No la has perdido —entona, sabiendo bien mis pensamientos.
—Eso espero —digo, dejando ir un suspiro.
Me voy directo al baño de arriba para ducharme, cuando termino, envuelvo una toalla alrededor de mis caderas y me dirijo hacia mi habitación, golpeo primero por si Shawna está dentro, pero nadie contesta, al entrar puedo escuchar que ella sigue en el baño. Camino hasta el placard a buscar algo que ponerme. Al moverme para colocarme el bóxer y el pantalón siento como duele el golpe en mi costado de cuando Shawna me tiro contra la pared en la tienda. Suelto un leve quejido, pero, todavía sin calzarme, vuelvo a rebuscar en el placard una camiseta, cuando siento una pequeña mano acariciar el lugar de mi costado que duele.
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Editado: 30.08.2018