Ha pasado una semana desde que no la veo, la suelo esperar en el mismo lugar donde nos conocemos, un campo de girasoles. No obstante, no aparece, no contesta a su celular, he ido a su casa y ya no hay nadie, es como si ya no existiera.
Me preocupa que por el hecho de estar juntándose conmigo la haya metido en problemas, sobre todo con el Mayor.
Extraño su voz, extraño sus risas, sus enseñanzas, directamente todo. El cielo se nubla y me desespero. He preguntado por ella en los lugares en los que solía concurrir, pero nadie la conoce, fui y pregunté a su escuela, pero nadie sabía quién era ella. Nadie sabía nada y ahora yo tampoco sabía nada.
¿Será que descubrieron que ella era mitad devora almas y humana? Ahora que lo pienso, ella sigue teniendo alma, entonces puede ser que la haya… ¡No! No pudo haber pasado eso. Ella me comentó que huyó y que podría traer duras consecuencias, ¿serán estos los resultados? No lo sé.
No puede morir, ella ha vivido desde el año 1617 y ha permanecido como una adolescente de 16 años. En definitiva, la idea de que haya muerto es ilógica, sé que sigue viva.
Está oscureciendo, durante toda la tarde tampoco apreció. Mejor empezaré a venir día por medio, ya que el verano está llegando a su fin.
Te seguiré esperando, amiga.