Dos meses después.
—¿Hola, Ninfa? —Dije apenas sentí que contesto el teléfono. —Soy yo Jared te llame para saber que es de tu vida y como te encuentras.
—Muy bien, como tú sabes perdí un año en el colegio y estoy cerca de graduarme
—¿Quieres salir a comer un helado? — estaba con miedo de que me diga no.
—Bueno. Vamos un rato tenemos mucho que conversar. —
En este mismo momento me di cuenta de que no había perdido a Ninfa por completo, solo que si tenia que resignarme a que toda la bonita amistad que teníamos se perdió un poco.
—Hace calor, me iré a bañar— ya eran como las cuatro de la tarde.
—¿Dónde te vas? — mi mamá, siempre preguntado cada vez que me baño
—¡hay mamita! pues no me iré a ningún lado, no mentira si saldré a comer un helado con Ninfa.
—Si me acuerdo de ella, es de la escuela donde estudiaste, entonces que te vaya bien y te me cuidas hijo.
—Ya mami.
Estaba listo para salir, fresquito y guapo iba a visitarla, ya para salir ella me envía un mensaje al WhatsApp
— oye sale en veinte minutos, que mi abuelita me pidió un favor y me demorare.
—¡Coraje! — me lo decía a mi mismo.
Entonces regrese a mi cama un rato mas antes de salir y poder verla, tenía vergüenza ya que fue de un largo tiempo que la volvía a ver. Solo chateaba con ella y le contaba mis más oscuros secretos.
—ahora sí, ya vente con calma Jared.
—bueno, si esta tu ñaña dile también para ir mira que no todos los días tengo dinero. — riéndome.
Pues era verdad no todos los días me salía algo (un trabajito) y obtenía un dinerito para invitar a alguien. Ya a lo que voy llegando a la casa de ella casi me pierdo, porque el barrio había cambiado un poco.
—¿Dónde me vine a meter? — andaba ya todo asustado
Pero en fin llegue porque Ninfa justo salió.
—¡Me salvaste! — con una gran sonrisa se lo exclame.
—Así me doy cuenta ya andabas perdido, por eso mismo salí de la casa a ver a qué hora llegabas—
Me dejo entrar a su casa un ratito.
—Dame agua, mira que vengo perdido. —
—Ya espérame, toma ponte cómodo— En eso sale la abuelita-
—Niño a los años que se deja ver, ¿Cómo así visitando a los pobres? — me habla sorprendida la abuelita de Ninfa.
—Señora, usted que recién se deja ver, pues a visitar un rato— Me reía porque era verdad que tenía tiempo sin ir.
—Me llevo a Ninfa a dar una vuelta—
—Vayan con cuidado, que bueno yo confió mucho en usted mijo—
—Listo mi señora, yo se la traigo sana y salva, ¿Oye ninfa y tu ñaña?
—Salió a otro lado, dijo que ya había hecho la salida sino si nos acompañaba.
Entonces nos fuimos, dimos como tres vueltas por el barrio de ella y conversábamos de todo lo que nos había pasado.
—Bueno Ninfa, en fin ¿me disculpas por todo lo que paso?
—te soy sincera, me dolió mucho lo que hiciste...
—Lo sé. Fui un completo pendejo, tu sabes que a pesar de todo te quiero—
—Pues a ver, solo te disculpo si haces de vaquita en la calle—
—¡Que eres loca!, ¿con mi insistencia de pedirte disculpa no basta?
—¿Quién está pidiendo disculpa? — ninfa ya me lo decía riendo
—Yo pues...
—¿Entonces?
—No ya en serio, discúlpame, iré mejorando se que esto no ha pasado una sola vez, pero esta que paso hice la grande, prometo cambiar y ser mejor.
Luego de tanta insistencia, como siempre lo he sido un hombre muy insistente, me perdono. Las cosas no eran como al principio, pero iban mejorando.
—Entonces ya que las cosas van mejor ¿Vamos a ver a Angie?
—¿Qué hora es? Para empezar, me dijeron no tan tarde...
—Tu tranquila yo nervioso tu abuelita nonos va a decir nada, confía en mí.
—Oye, pero estas olvidando del helado que me ibas a dar.
—Yendo donde Angie pasamos comprando el helado ya.
Estando en la tienda estábamos de lo mas tranquilos hasta que se un amigo muy peculiar nos vio y entro.
—¿Jared? ¿Eres tú?
—Si, soy el mismo ¿Cómo tu así por estos rumbos? — era otro amigo de la infancia llamado Richard.
—Aquí donde me vez vengo de visita, ya soy papá...
—¡No jodas! — me quede sin voz cuando me dijo eso
—Si soy feliz, es un niño solo que no termine el colegio y me ha tocado trabajar.
—Pues lo bueno es que te hemos visto ñaño— enredado en mi le hablaba
—¿Nos quieres acompañar vamos donde Angie?
—no puedo, pero mándale saludos de mi parte es que me debo de ir al centro—
—Bueno, otro día hablamos bien y salimos a joder un rato pilas cuídate—