El sonido de mi alarma es el que me trae de vuelta a la realidad, hoy es mí primer día de escuela, el primer día de mi penúltimo año de secundaria.
Después de que me he duchado y, vestido me quedo viendo en el espejo asegurándome de que no haya nada extraño en mi rostro, o en cualquier parte de mi ropa, la cual consiste en una camisa azul marino de tirantes, un pantalón gris, y unas botas a la mitad de la pantorrilla de color negro.
-bien, es hora. -me digo a mi misma, para tomar mi bolso con un par de cosas dentro y, dirigirme escaleras abajo.
-buenos días May. -mi madre se encuentra en la cocina sirviéndole el café a mi padre quien se ve ocupado con un emparedado.
-buenos días, ya me tengo que ir. -digo sin prestar mucha a atención a ellos, me acerco a la encimera y, tomo una tostada con mermelada.
-hablando de eso, yo te llevare hoy por ser tu primer día. -por alguna razón eso me relaja bastante.
-está bien, pero será mejor salir ahora, porque si no llegare tarde. -mi madre se limpia unas migajas de la boca y, toma sus llaves de la canasta sobre la encimera.
-bueno, hay que irnos. -termino mi tostada y, dejo un beso en la mejilla de mi padre para salir acompañada de mi madre.
-vaya, hoy está bastante helado. -mi madre se abraza a sí misma y, se encamina lo más rápido que puede al auto. Me quedo parada frente a la puerta de la casa notando absolutamente nada en mi cuerpo, el clima claramente estaba frio, por lo nublado del cielo y, la fuerza del viento, pero por mucho de que el aire impactaba contra mi piel, no me afectaba, no se erizaba, ni siquiera un escalofrío, abrí mi boca y, exhalé notando el vapor que se formó.
Que extraño
-May te congelaras allá afuera, entra al auto rápido sino llegaremos tarde. -mire a mi madre confundida al verla encogiéndose sobre el asiento del piloto por el viento que entro al auto en el momento que bajo la ventana para hablarme.
- ¿enserio tienes frio? -mi pregunta era una sin sentido, pero necesitaba asegurarme de lo que estaba pasando en ese instante.
- ¡cómo no voy a tenerlo! ¡Está haciendo un frio infernal! -casi me rio por su respuesta, pero no por cómo había reaccionado, sino más bien porque yo no sentía nada. -entra rápido que te resfriaras y, llegaremos tarde. -camine al auto un poco aturdida, yo siempre había sido alguien friolenta al igual que mi madre y, hoy a mediados de agosto cuando hay aparentemente un frente frio, ni siquiera me inmuto.
-May ¿te sucede algo? -no me había dado cuenta de que me había quedado viendo por la ventana todo el camino, ya estábamos frente a la escuela y, todos comenzaban a entrar.
-ah, sí, solo algo… nerviosa por el primer día... como siempre. -mi madre asintió claramente dudando de mis palabras. -adiós, ya me tengo que ir. -digo abriendo la puerta para bajarme del auto.
-que tengas un lindo día. -la mire por sobre el hombro y, no puedo decir que clase de expresión era con la que me estaba viendo.
-claro. Gracias. -me bajé y, casi que corrí hacia las instalaciones del colegio.
Como todos los años el primer día de clases debíamos ir a una asamblea, donde la directora otorgaba profesores guía a cada curso. Estaba sentada en medio de un montón de personas que formaban parte de mi curso, pero que en los años anteriores solo había cruzado una que otra palabra.
-hola May -voltea a mi derecha viendo como una chica de pelo castaño, de ojos claros, y una clara abastecida cantidad de pecas por todo su rostro tomaba asiento junto a mí, su nombre es Tamara Goodwin, y era lo más cercano que tengo a un amigo.
-hola. -digo con pocos ánimos girando mi rostro de nuevo al frente.
Tamara no dijo nada después de eso, pues sabía que si yo no seguía la conversación no lograría sacarme más que monosílabos por ser el primer día y, temprano en la mañana. La asamblea había terminado y, Tamara y, yo nos dirigíamos hacia el mural, una enorme pared en medio del pasillo con la ubicación de tu respectiva aula.
-Tamara, lo siento por no saludarte con más ánimos, es solo que he estado pasando por un par de cosas bastante extrañas. -Tamara voltea a verme sonriendo levemente.
-no te preocupes. -sonreí de vuelta y, comencé a buscar mi nombre en las listas de alumnos. -May estamos en la misma clase. -en ese momento si sonreí con alegría, ella y, yo nos conocíamos desde que entramos a la secundaria, pero el año pasado nos había tocado en distintos salones, así que nos veíamos en los recesos, ella es alguien tímida, recuerdo que cuando nos conocimos fue porque me entrometí para ayudarla, pero valió la pena, ella es la única persona que realmente no me molesta tener cerca en esta escuela.