Estaba sentada en el sofá frente a la chimenea, el chequeo había terminado, pero el contenido de esos exámenes tal vez determinaría como mi familia me vería, aunque sino no hay nada extraño en ellos, indicaría que estoy perdiendo mi buen juicio.
-May ¿Por qué no vas a tu habitación y, tomas una siesta? -volteo para encontrar a mi madre a mis espaldas con una mano apoyada en el respaldo del sofá.
- ¿Cómo dices? -estoy un poco desorientada debido a la preocupación por el contenido de esos estúpidos exámenes.
-digo, que hasta que nos den los resultados de los exámenes, deberías descansar un poco. -asiento y, regreso mi mirada al frente. -todo estará bien, ya lo veras. -mi madre acaricia con ternura mi cabeza y, deposita un casto beso sobre la misma. -nos vemos luego. -giro mi rostro viendo como toma sus llaves y, se dirige hacia la puerta principal.
- ¿A dónde vas? -pregunto poniéndome de pie.
-a trabajar. -ella se gira y, me ve con una sonrisa.
-pensé que te habías tomado el día libre. -ella me ve y, sonríe más ampliamente.
-hemos terminado antes de lo planeado, así que recuperare este día, pero volveré por la tarde, y tu padre creo que vendrá para almorzar contigo. -asiento y, veo como abre la puerta saliendo de la casa.
-ve con cuidado. -digo sabiendo que ya no me escucha. Me dirijo directo a mi habitación sin intenciones de dormir realmente.
No sé cómo se supone que descanse, nunca he sido capaz de tomar siestas por la tarde, aunque a decir verdad aun no es demasiado tarde, porque aún no es ni medio día, pero de igual manera me es imposible. Me siento en el suelo de mi balcón disfrutando de como las hojas de los árboles se mecen a causa del viento, hoy el cielo está despejado dejando pasar los rayos del sol a través de los árboles, aunque la temperatura continua un poco baja, de repente un sentimiento de… vacío me recorre, y me comienzo a marear, empujo sin delicadeza la puerta corrediza entrando a mi habitación, sin poder evitarlo me dejo caer boca abajo sobre la cama, mis ojos comienzan a ceder, intento batallar, pero me es imposible, mis ojos ce cierran y, caigo en un profundo sueño.
-oigan, Irina, Greg, vamos hay un lugar que quiero mostrarles. -digo mientras anudo mis zapatos. Mis primos se habían quedado en mi casa por el fin de semana a pesar de que faltaban pocos días para que terminara el año escolar.
Habíamos estado caminando en medio de los arboles alejándonos cada vez mas de mi casa y, me sorprendió que mis primos en ningún momento cuestionaran el camino por el que los llevaba.
-May, ¿estas segura que es por aquí? -ahí está el comentario que estaba esperando.
-sí, Irina, te aseguro que te encantara, a ambos, mejor dicho -les muestro una enorme sonrisa, porque sé que es cierto lo que digo, jamás había visto un lugar como el que iba a mostrarles hoy.
- ¿Cuánto más se supone que caminemos? -Greg me arroja una ramita a la cabeza haciéndome voltear.
-falta un poco más, no es mucho, y les prometo que valdrá la pena. -ambos me ven, y bufan, pero continúan caminando. -amo que se quejen. -digo mientras rio por lo bajo y, voy dando pequeños saltos.
-cállate o, me regreso. -Irina hace el ademan de regresar, pero la tomo del brazo y, tiro de ella haciéndola reír.
-no sean tan amargados, vamos que falta poco. -digo y, continuamos el camino con risas y, juegos como siempre hacemos.
Cuando veo que estamos realmente cerca del lugar salgo corriendo para adelantarme, mis primos me gritan, pero continúo corriendo colina arriba hasta que me detengo al ver que estoy de pie frente al lugar.
- ¡TA DA! -digo alzando mis manos en forma de presentación, mis primos me miran y, luego pasan si mirada por sobre mi hombro y, sus caras pasan de una expresión neutral a una de sorpresa, pero no es para menos. -ahora, ¿valió la pena la caminada? -ambos me miran y, sin decir nada asienten.
- ¿Cómo encontraste este lugar? -Irina pregunta mientras ve todo el lugar dando vueltas para ver cada detalle.
-un día simplemente llegue aquí sin darme cuenta. -digo con una sonrisa al ver a ambos con esa expresión.
-esto es increíble, es como salido de una película. -Greg se para frente a mí y, extiende sus manos señalando todo el lugar.
-lo sé, por eso quería mostrárselos. -di un paso al frente y, comencé a ver todo como si de la primera vez se tratase.
En esa área del bosque los arboles comenzaban a ser de mayor altura cubriendo todo el lugar con sus ramas frondosas evitando el paso de la luz, una fina capa de neblina recorría el suelo bajo nuestros pies, había mucho musgo por la humedad, todo el suelo era irregular, había formaciones de tierra no muy gruesas elevándose casi a la misma altura que los arboles cubiertas con raíces y, enredaderas, muchos de los arboles tenían una curva a un costado y, entre todos formaban como una especie de camino, habían varios árboles partidos de forma extraña, abiertos como si algo hubiera estañado en su interior, aunque se notaba que había sido hace mucho tiempo que sucedió.