Me gustaría decir que soy igual a todas las demás chicas de mi edad, pero no es cierto, soy buena estudiante pero muy mala para seguir las reglas.
Para mí familia soy la rebelde la que nesesitadas disciplina, para mí es injusto estar encerrada en un colegio perdiendome de todo lo que una chica de mi edad debe hacer.
Y como otra tantas veces me encuentro camino a casa expulsada de un colegio pupilo en el que me encontraba.
- cuando llegues a casa vamos a hablar con tu padre para ver qué vamos a hacer contigo.-con su mirada la cual tenía fuego del enojo.-no puede ser que en el año te expulsaran de tres colegios diferentes.
-no es mi culpa si se molestan por algo tan mínimo.
Mi madre enojada solo me miró.
Sabia que escaparme del instituto estaba mal pero no podía seguir esperando a que me tengan encerrada las 24hs del dia.
Pasaron cinco horas hasta llegar a casa donde mire y me trajo lindo recuerdos.
Mi madre que aún seguía enojada me mandó a mi cuarto.
Sin darme cuenta me he quedado dormida, al despertar miro la hora son las ocho de la noche, no entiendo cómo he podido dormir tanto.
Bajo ala cocina para comer algo, mi estómago lo está pidiendo a gritos, cuándo escucho la voz de mi padre:
-hola princesa, que has hecho esta vez?- sonrie al preguntarme.
-con una mirada tierna -nada yo solo he querido salir a pasear afuera del instituto.
-el solo se rie y me abraza- te e extrañado mi pequeña.-agrega con su dulce voz.
Al pasar un rato entre charlas y risas con mi padre, pregunto por mis hermanos.
-Cristian está en la universidad este año no va a venir, y Matias se ha ido de campamento con unos amigos, pero no te preocupes que mañana a primera hora va a estar aquí.
- eso espero digo con mi voz baja solo quiero estar con ustedes y no irme mas... Cierro mis ojos con lágrimas en ellos y lo abrazó.
-Me voy a dormir digo después de un rato.
-nostros aremos lo mismo me responden.
Al despertar veo que son la una de la tarde, en todos los meses en el instituto jamás había podido dormir hasta tarde ya que a las cinco nos levantaban para empezar con las clases. Después de darme una merecida ducha, baje a comer algo, mi hermano Matías al verme se abalanza sobre mi para darme un abrazo.
-como estás pincresa?, Hace cuánto llegaste? Qué has hecho esta vez?
-muy bien respondo mirándolo con cara de inocente, sabes que te eh extrañado sonrrio al decirlo.
Cuando me iba a hacer más preguntas suena el timbre.
Se rie- te ha salvado la campana agrega.
Al abrir la puerta entra un chico al que invita a pasar saludandolo
-pasa hermano- le dice invitandolo a entrar a casa
-como has estado le dice no te veía desde ayer le dice sonrriendo.
- me presenta a su amigo el se llama Esteban me dice, ella es mi hermana Samanta.
Voy por mis cosas le dice mientras sube por las escaleras.
Me quedo sola con Esteban
- así que eres la hermana me dice rompiendo el incómodo silencio.
-si respondo con un tono el cual es tímido pero mi mirada es como si quisiera decifrar algo de el. lo observo detallada mente, tiene unos ojos color miel, pelo claro, es alto, se ve que tiene un gran fisico.
-¿pasa algo? me mira levantando una ceja.
lo cual hace que salga automaticamente de mi pensamiento.
- no... no, pasa nada- digo sin estar segura el porque me puse tan nerviosa al responder.
Editado: 07.02.2019