Drew está sentada con su portátil en el salón. De repente llaman al timbre, pero Drew no se levanta para abrir la puerta. El timbre sigue sonando. Joey sale de la cocina para abrir la puerta, cuando ve a Drew sentada, se para y le dice:
—¡No te levantes!
Joey abre la puerta. Syndy, la secretaria de Rachel está tras la puerta.
—¿Si?
—Hola, soy Syndy Kraws. Soy la nueva secretaria de Rachel...bueno una especie de nueva secretaria. —Syndy estrecha la mano de Joey.— Quiero decir, yo era una becaria.
—Si, nos hemos conocido. —Responde Joey.— Has estado aquí, como ocho veces.
—La gente no siempre me recuerda.
—Si.
Syndy al ver a Drew, entra en la casa:
—Hola, soy Syndy Kraws. Soy la nueva secretaria de Rachel. —Dice extendiendo su mano para que Drew la estreche.
—Claro, lo sé. —Sonrie Drew mientras estrecha su mano.
En ese momento Rachel baja las escaleras:
—Syndy. Hola. ¿Que tenemos en la agenda?
—¿Recuerdas que hablamos esta mañana sobre que en la compañía te vean más involucrada en obras sociales? Te daré algunas opciones. —Sindy saca de su bolso una hoja.— Carrera de 5 Kilómetros a favor del orfanato local.
—No. —Responde Rachel.
—Carrera de 10 Kilómetros a favor del comedor social.
—Dos veces no.
—Desayuno de panqueques a favor de los animales.
—Demasiado frío.
—Noche de solteros quemados...
—¿Que?
—¡Oops! Lo siento. Eso es mío. Y la competencia en un baile de caridad.
—¿Eh?
—¿Cómo que, eh? —Pregunta Joey que está doblando ropa.— Eso suena bien. Si se trata de poner tu cara para la caridad. No vas a pasar desapercibida. Además, podrás lucir un vestido muy sexy, o llenar tu boca con panqueques.
—Honestamente, en un nivel de habilidad soy mejor comiendo panqueques.
Joey coge el panfleto que Syndy sostiene en sus manos:
—Veamos esto. Ves, esto va a parecerte estupendo. "Bailando con las estrellas...de Louis Vuitton"
—¿No pueden los directores hacer algo así? —Pregunta Rachel.— Soy muy buena con los comentarios sarcásticos.
—Bonita camisa. —Dice mirando a Joey.— ¡Ja! ¿Viste?
—Tia Rachel, el dinero del premio va a la caridad de tu elección. Podrías hacerlo por el centro de adolescentes en situación de riesgo. —Dice Drew acercándose a su tía.
—¡Oh, eso es bueno! —Exclama Syndy.
—Soy una buena persona. —Contesta Drew.
—Yo te hice hacer eso. —Le dice Rachel a su sobrina.
—Si, pero ya no lo repitas más. Por favor, tía Rachel. Este dinero podría cambiar las vidas de esos niños.
—Solo por curiosidad, bailaría con...
—El jefe de diseño Frankie Zarnecki, mejor conocido como el rey de la rumba de Louis Vuitton. —Dice sonriendo Syndy.
—¿Quieres que baile con Frankie Zarnecki? ¡Esta medio loco y huele como a viejo! —Dice con cara de asco.
—Entonces...¿Si?
—¿Que te hace pensar que si? ¿Porque? ¿No hay por ahí alguna fiesta de niños donde pueda tirar la primera aceituna?
—¡Por favor tía Rachel no dejes el concurso! —Suplica Drew.— Solo... consigue otra pareja.
—¿Como quien?
—Esta bien, deja de rogarme. Lo haré. —Contesta Joey.
—¿Desde cuándo eres un bailarín? —Pregunta Rachel.
—¿Estas bromeando? Tome un curso intensivo cuando salía con Stephanie.
—¡Oh! ¿En donde? ¿En la academia aprende a bailar para romper con tu novio? ¿De los solteros?
—Dejame decirte que mi maestro me dijo que era el mejor estudiante que había tenido. Decía que tenía la gracia de una pantera...
En ese instante Syndy hace el sonido de una pantera mientras Joey la observa.
—Y el físico de un actor de películas de acción.
—Si, puedo verlo. —Dice sonriendo con una risa tímida Syndy.
—Entonces el maestro de baile decía que tú talento era natural, ¡Me parece inaudito! —Exclama Rachel.
—Esta bien Rachel. —Joey suelta la ropa que doblaba, coge de la mano a Syndy y se la lleva con el.— Tienes toda la razón. Realmente no sé nada.
Joey comienza a bailar con Syndy a la perfección, le da vueltas y la sujeta con fuerza.
—¡Oh dios mío! ¿Quieres ir a la noche de solteros quemados? —Dice mientras Joey la sujeta.
—Entonces, ¿Que dices, tía Rachel? — Pregunta Drew sonriendo mientras ella y Rachel observan a Joey.
—De acuerdo. Está bien ¡Pero alguien tiene que hacerme panqueques.
Joey está preparando la sala para ensayar el baile con Rachel. Robert lo está ayudando a sacar la mesilla del sofá.
—Es solo que la historia no tiene nada que ver con mi vida. —Dice Robert. ¿Porque tengo que hacer una estúpida exposición sobre cosas que pasaron hace muchísimo tiempo?
—La historia americana es importante, Robert. ¿En qué época os han mandado trabajar?
—En los 80.
—Los 80. —Sonrie Joey.— ¿En serio? Los 80, ¿Son historia ahora?
—Si, ¡Ey! Tú ya estabas vivo en ese entonces. ¿Cómo era?
—Era cruel amigo, cruel. Nos sentabamos alrededor de fogatas en una cueva, y solo esperábamos a que se inventara el teléfono móvil.
—¿Cómo le enviabas mensajes de texto a la gente?
—Ya sabes, era una locura. De echo cuando teníamos información sin sentido, nos la guardábamos para nosotros mismos.
Robert sonríe creyéndose que lo que Joey le está diciendo es cierto. Pero en ese instante Rachel baja vestida en chándal y con tacones preparada para su clase de baile.
—Esta bien, tengo media hora. —Dice mientras se estira.
—¿Media hora? ¿No viste el horario? Te dije que necesitábamos seis o siete horas al día mínimo para la siguiente semana. —Dice Joey mientras Robert se marcha dejándolos solos.
—Si, 29 minutos. —Señala Rachel en su reloj.
—Esta bien, está bien, como sea... Adelante. —Joey se acerca a Rachel.— Está bien, vas a poner una mano aqui.
Joey extiende su mano para que Rachel la agarre.