Jo, jo, jo, ¿Dónde está la navidad?
Ina Katherina Yakimov García
Prologo
Mi abuela cayó en cama; ella tenía 96 años de edad cuando sucedió. Yo en ese entonces tenía 24 años de edad. Vivía alquilada en la segunda planta de una vieja casa. Los hijos de mi abuela, (mi padre y su hermano) Mi padre… tiene problemas con la bebida… así que no conté, ni contaré con él. Su hermano, (no se merece el título de tío), es un señor jubilado que vive en Canadá. Con él, conté mucho menos. Decidió hacerse la vista gorda con mi abuela. No tengo hermanos, soy hija única. Mi mamá, (a quien amo más que nadie en la vida), de ella no puedo quejarme, ayudó mucho a mi abuela. Suministró en ese entonces, pañales para adultos, gasas, medicinas, kits de primeros auxilios, etc. Ella, mi mamá, actualmente vive con su esposo, (quien no tiene hijos); se casaron en agosto del año en que mi abuela falleció. Mi abuela murió en abril 18, y mi mamá se casó el mismo año, en agosto. Como dije, vive con su esposo, en un apartamento del otro lado de la montaña, (como me gustaba decirle en ese diciembre); es decir, de casa de mi mamá a la casa donde yo vivía, se tardaba aproximadamente unos diez minutos o más para llegar, (sin tráfico).
Mi abuela tan solo duró con vida cuatros meses, después que le dio el ACV.
Ese año fue el mes de diciembre más aparatoso, triste, solitario, que he vivido en toda mi vida. A pesar de haber contado con una especie de niñera para mi abuela, mientras yo me dediqué a trabajar toda la jornada de diciembre, en una pequeña juguetería cerca de la casa en donde vivía; aún así, me tocó ser enfermera de mi abuela. Fue muy duro, pero estoy segura de que lo volvería hacer… era mi abuela, la amé con toda mi alma, antes y ahora, y siempre. En pocas palabras, en vida y en muerte. En muerte, sé que suena raro, pero no es algo negativo, es, yo lo veo de este modo, cambiar la palabra “muerte” por “memoria”. La amé en vida y la sigo amando en memorias.
¿Dónde está la navidad?
Recuerdo que mi mamá, me convenció de pasar navidad y año nuevo con ella. Es decir, en navidad ir a su casa, el 23 por la tarde/noche, estar 24 y ya el 25 en la tarde/noche, regresar a mi casa. Lo mismo se aplicó con año nuevo. Fui el 30, en la tarde/noche, el 31 lo pasé técnicamente despierta desde las 10 de la mañana, (dormí lo suficiente para poder estar descansada para recibir el año nuevo). Me regresé a casa, el 2 de enero. Mi abuela se quedó con la niñera. Cómo no podíamos moverla de casa, a mi abuela, la niñera por vía Skype, nos puso en navidad y año nuevo a mi abuela, por cámara, para poder saludarla.
Se preguntarán, ¿por qué la niñera aceptó cuidar a mi abuela en dos fechas tan importantes? Fue por humanidad. La niñera es una buena conocida, y amiga de mi mamá, y de la familia. Su servicio se le pagó, claro está. Le bauticé la niñera, porque Noelia, así se llama, tuvo un tacto muy maternal con mi abuela, como si se tratase a un niño. No se confundan, la respetó como a una persona mayor, pero sin perder esa paciencia y afecto, que se le puede brindar a un infante.
Noelia, para no dejar a su familia de lado, los llevó a casa. Cocinó cena navideña, y mi abuela, disfrutó como pudo esa fecha. Yo no quería dejarla sola, pero al parecer, estaba tan entregada a ella, que mi mamá casi me suplicó, que yo pensar un poco en mí.
Dicho eso, me pregunté el 05 de diciembre, que mi abuela cayó en cama, por un ACV, del lado izquierdo… ¿Dónde está la navidad? ¿Por qué se me perdió, cuando mi abuela enfermó?
Mi plan ese año, era hacer una decoración sencilla. Me iba a centrar más en la comida, (también en hacer algo sencillo y poco elaborado), ya que estaba muy concentrada metiendo currículum vitae, en casi toda la capital del país, y haciendo pequeños trabajos con mi madrina, (la comadre de mi abuela), para poder aportar dinero a la casa. Mi madrina me traía o enviaba a la casa, ropa, para que yo la seleccionara por paquetes, (ella en ese entonces era vendedora de ropa, para señoras mayores). Mi abuela gozaba de su pensión, y eso era un gran soporte para vivir las dos.
Soy una persona muy reservada, mi familia cercana, mi mamá, su esposo, incluso mi papá, sabían de mi situación. Esta historia no trata de cómo llegué a alquilar una planta alta, de una vieja casa, y vivir con mi abuela en ella, o, ¿por qué no tenía un trabajo de jornada completa? O, ¿por qué tan solo hacía algunos trabajos para mi madrina? O también, ¿cómo logré comenzar a trabajar la jornada de diciembre? No, está historia se trata de qué, se me perdió la navidad, cuando mi abuela cayó enferma… y tú, me ayudaste a encontrar la navidad.
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Editado: 12.01.2019