Capitulo 4
Martina al estar en un cuerpo nuevo, se da cuenta que no se reconoce así misma cuando se mira en el espejo, es totalmente diferente, trata de al menos recordar de algo que haya pasado, pero tampoco comenta el porque está en un cuerpo nuevo, las dos personas que tiene a su lado no les inspira confianza alguna, por lo tanto queire ser discreta en cuanto a su pensar.
"Soy una cambia almas" piensa así misma, "¿Cómo es posible? ¿Que sucedió?" Se pregunta. Martina sabe muy bien como son los cambias almas, sabe que no es su cuerpo que ahora su alma ocupa. No tiene idea como funciona, tiene algunos recuerdos errados en su mente, pero piensa que son sueños. Estas dos personas son muy extrañas, no recuerda conocerlas pero el joven le ha llamado la atención, su cabello es negro como el azabache y unos ojitos marrones muy hermosos, se vuelven claros con el resplandor del sol, de tez blanca como la leche, su cuerpo muy formado se le nota que le gusta ejercitarse, trago en seco para disimular un poco el ser detallista con lo que veo, no siempre me pasa.
-Te presento a mi hermano- se adelanta a decir la joven al ver que yo he quedado muda despues de decir mi nombre, pero ya yo sabía el de ella. Carraspie un poco. -El se llama Zeus- dice.
-¡Lo siento!- digo en apuro, -mucho gusto- digo apenada.
-¿Recuerdas algo Martina?- me pregunta acercandose un poco a mi, pero su cercanía me pone nerviosa de alguna cierta forma.
.No, no- digo con mi voz entre cortada, -No recuerdo nada-
-¿Nada de nada ?- pregunta Carlis.
Yo niego con mi cabeza, no puedo recordar nada, pero se que he tenido sueños muy extraños aunque se vean borrosas las caras.
Pase la tarde con ellos, son dos hermanos muy unidos, pero su piel, su hermosa piel de porcelana me llama mucho la atención, tienen algo diferente, me mostraron el lugar y todo es muy bonito con personas agradables, niños, adultos y ancianos, unos que otros haciendo quehaceres, yo por ejemplo me tuve que cambiar de ropa, la que tenía puesta me quedaba muy grande, así que visto por el clima caluroso opte por algo sencillo que me mostraron de un armario hecho de paja en su buena estructura, al ver me encuestro con vestimenta muy extraña, me sentía como pocahontas casi toda la vestimenta era así. Salí del lugar y ese hombre Zeus me estaba esperando, apoyandose en uno de los marcos de la puerta. Su abdomen muy tonificado, solo lucía su pantalón de lana muy suave, se le podía notar en la tela, y sin camisa, debido al calor.
-¿Estas lista?- me pregunta.
Yo solo respondo un si a su respuesta.
-Ven sigueme- dice.
Lo sigo confundida, no se a donde me lleva pero visto por el camino parece ser un lugar muy bonito. Caminamos en silencio, no era incómodo más bien era muy agradable, siento que no quiere presionarme haciendo preguntas, más bien quiere que yo misma me abra de cierto modo con el en cuanto a mis emociones. Es lo que podía sentir.
-¿Y?- me pregunta extendiendo su mano para que le agarrase y así estar a su nivel, -¿Que tal la vista?- me pregunta, yo solo quedo asombrada con lo bello que es todo, incluso me llamo la atención aquel pueblo, las personas, y todo el ambiente que se podia apreciar.
-Es muy hermoso- digo mirandolo, el sonrie. -¿Que es ese pueblo de allá?-le señalo, me gustaría ir.
-Ese pueblo es la ciudad Daheo- responde, -Yo voy todos los días a comprar comida, la gente es muy amable, hay muchas cosas que de seguro te gustaran- me dice, y desde esta distancia si puedo ver una que otras cosas, hasta un camino de agua donde la gente pasea en sus canoas y otras que llevan mercancías en el.
-¿Y cuando podemos ir?- digo emocionada.
-Bueno si quieres podemos ir ahora- me mira, pero su mirada me hace sonrojar, -Tenemos que buscarte trabajo- me dice, pues no lo había pensado, ¿de que voy a vivir ? si no tengo ni un centavo como para comer, ahora mi cabeza si dio un giro de 360 grados en cuestión de segundos, ¿como me voy a mantener?, ¿Como comprare mi comida? ¿mis cosas?, muchas preguntas me hice mentalmente, Zeus pareció notarlo que me saco de mi trance, su risa me hizo verlo.
-No te preocupes, no te dejare sola- se adelanta a decir, -Te voy a ayudar a buscar un trabajo que sea acorde para ti, por la comida y el hospedaje no debes preocuparte, te quedaras conmigo y mi hermana hasta que encuentres tu espacio, ¿que dices?-.
-Bueno...- no sabia que responder, -Primeramente me siento apenada de que ayuden a una extraña sin recuerdos, pero solo me quedare hasta que consiga algo para yo quedarme ¿vale?- digo, el asiente muy tranquilo y me sonrie de nuevo, sus facciones, su rostro y todo de ese hombre me encanta de una cierta forma, pero sacudo mis pensamientos, no es momento de pensar en eso, primero lo primero.
Sin embargo Martina no se imagina que tiene un alfa destinado para ella, un alfa que ahora le llora sin saber que aún existe, un alfa que la extraña y se arrepiente de no haberla consentido y amado como se debía, tantas emociones se le desarrollaron cuando la vió sin vida en el bosque sin saber si sufrió, su último pensamiento o sus últimas palabras, cosa que lo tiene amotinado y lleno de coraje al mismo tiempo de no saber el responsable de tal hecho, solo siente que su dolor ha vuelto aparecer y esta vez es más fuerte que cuando perdió a Alma. Bastián no se imagina que la diosa luna tiene algo distinto y preparado para él, una nueva luna, una que en realidad esta destinada a él, uno que lo ama incondicional. Despues de haber informado el hecho de encontrar a Martina en el bosque sin vida, la Sra Leonor quedó pálida en el acto aunque disimulo muy bien, ella muy bien sabe el porque Martina ahora esta sin vida, ventaja que le da sobre su hija de acercarse al alfa, solo debe encontrar la manera de que su alma pase a un cuerpo más bonito y que nadie conozca, quiere decir que la tiene que buscar fuera de la ciudad Daheo.