Capitulo IV. Un segundo antes de morir.

¿Qué pasa conmigo? ¿Por qué sentí ese sueño tan real? —me cuestionaba en mi mente.

No entiendo que sucede, mi cuerpo aún está temblando, por un instante llegué a creer que todo había sido un sueño y que Joy nunca ha existido, lo pienso y me da miedo pero gracias a Dios aquí está a mi lado abrazándome.

— ¡Amor despierta! llegaras tarde al trabajo. —me dijo Joy mientras me tocaba de un hombro.

Ya se me hacía tarde para llegar al batallón, como pude me aliste rápido y antes de salir Joy me despidió con un beso y un abrazo.

— ¡Te amo! —fue lo último que Joy me dijo antes de irme.

Llegue a batallón, entré a la compañía, unos de mis compañeros hacían el aseo mientras otros se aún se uniformaban, habían soldados por todas partes, pero los de mi pelotón estaban organizando su equipo para salir a una base de operaciones.

— ¡Apúrate soldado¡ organiza tu equipo lo más pronto posible, lleva únicamente lo más necesario para estar un día o 3 meses desplegado. — me dijo mi cabo comandante de escuadra.

— ¡Tres meses fuera! Es mucho tiempo para estar sin Joy. —fue lo primero que me llegó a la mente al escuchar a mi cabo.

Organice el equipo necesario para estar en condiciones de poder pasar el tiempo que fuera necesario en operaciones, íbamos camino a donde estaríamos trabajando por  tiempo indefinido…

Ya han pasado 2 meses desde que salí de casa, Joy no pudo esperar más y por teléfono me ha dado la mejor noticia del mundo, esta embarazada y eso me hace sentir inmensamente feliz, siempre he deseado ser papá y ser el padre del hijo de Joy es la bendición más grande que Dios ha podido darme., antes de Joy no tenía miedo de nada ni siquiera de la muerte, pero ahora estando con ella y sabiendo que formaremos una familia si me da temor no regresar a casa.

— Prepárense para salir y si pueden despídanse de su familia porque quizá alguno de nosotros no regrese con vida. —dijo el sargento sabiendo la situación de lo que iríamos a hacer en aquel lugar.

Sentí un nudo en la garganta al escuchar las palabras de mi Sargento, un presentimiento golpeo mi pecho diciéndome que no debía ir a ese lugar, lo sentía pero no me importo. No quise despedirme de Joy, no quería preocuparla y menos en el estado en el que se encontraba.

— Te amo mucho, me siento muy feliz por tenerte y porque serás la madre de mi hijo. —le envié un mensaje.

— Te amo mucho mi amor, yo también me siento afortunada de tenerte en mi vida. —fue la respuesta que leí de Joy antes de irme.

— ¡Vámonos! ¡Rápido! Suban a las camionetas. —grito el oficial al mando de nosotros.

Subí a la camioneta, sentía mucha adrenalina recorrer mi cuerpo, también tenía temor pero no tenía opción. Íbamos en camino a alta velocidad, en el lapso del camino veía a los niños o personas que nos saludaban, también a parejas quienes llevaban a un bebé entre sus brazos y eso me hizo sentir melancolía, pero unos minutos después todo aquello que sentía se esfumo al escuchar las detonaciones de armas de fuego que nos recibían.

— ¡Cúbranse del fuego! ¡Busquen un abrigo! — gritaba el sargento.

Las detonaciones se escuchaban más fuertes cada momento así como los zumbidos de las ojivas que pasaban muy cerca de nosotros.

— ¡Date prisa! Baja rápido. —le decía a mi compañero, pero este recibió un impacto de bala en la cabeza que lo hizo desplomarse.

Al momento de verlo pensé que él pude haber sido yo.

— Que haces Soldado muévete de ahí, ya déjalo, está muerto. —me grito el Sargento al verme inmóvil.

Durante no sé qué tiempo estuvimos repeliendo la agresión y de tantas ojivas una atravesó mi chaleco anti-balas, perforando mi pecho, muy cerca de mi corazón. Emperecé a desangrarme, muy rápido teñí mi uniforme pixelado del color de mi sangre, perdía fuerzas y mi vista se iba perdiendo cada vez más, las detonaciones no cesaban…

Estaba en el suelo agonizando ya sin fuerzas, quizá ya estaba a punto de morir. Los recuerdos de todo lo vivido con Joy llegaron a mi mente, mis lágrimas escapaban de mis ojos mientras iba escuchando el ruido del enfrentamiento cada vez más lejos.

Estaba a punto de morir…