Capitulo 9: Pequeño dilema

Fuimos a la enfermería. Debemos revisar algunas de nuestras heridas que conseguimos en ese simulador.

Lo de Akiko no es nada grave. Solo le pusieron un poco de alcohol y una venda sobre su herida que es muy pequeña a como creí que sería, o como se veía mientras estuvimos en ese simulador.

Lo de Santiago fue un golpe, nada de que preocuparse; y lo de Jessica solo fue un susto debido a que aquella roca no le ocasionó ningún daño grave.

Estar en ese simulador si me puso a pensar en mi miedo sobre las pesadillas que se mostraron. Es como si aún no puedo olvidar ese pequeño episodio de mi infancia que creí había superado.

Quizás eso es algo con lo que debo vivir toda mi vida.

Algo más que aprendí de esa simulación es que Anna se ve muy interesante a comparación de mis otras compañeras de grupo.

Tengo ciertas ganas de invitarla a salir pero tampoco me atrevo. Quizás al final de las pruebas le pregunte, aún tengo cosas importantes en qué pensar y una de esas cosas está relacionada con las pruebas que aún nos faltan superar. Lo que menos quiero ahora es perder mi enfoque.

Salimos de ese pequeño consultorio médico para tratar de hacer algo interesante.

- Iré por acá-. Mencionó Jessica y se marchó sin decir nada más.

Debería preocuparme por la extraña partida de Jessica, pero supongo que ella está feliz sin necesidad de apegarse tanto a nosotros.

Akiko y Anna se apartaron de manera silenciosa. Sé que son amigas pero por lo menos socializar con nosotros no sería una mala idea; más ahora que necesito aliados para saber lo que sucede aquí dentro y para sobrevivir.

- ¿Cuál es el plan?-. Me preguntó Santiago quién es el único que se queda conmigo.

Él puso su brazo sobre mi hombro. Ambos caminamos por todo el patio.

- Debo revisar mi teléfono-. Le mencioné y me fui a una esquina.

Me puse a revisar la conversación con Jhon y el mensaje aún no ha llegado.

- ¿Que traes?-. Preguntó Santiago.

- ¿A qué te refieres?-. Le pregunté.

- Te portas extraño. Ayer hablaste con Alex sobre algo que no entendí. Ahora estás esperando un mensaje. No sé que sucede contigo y con todos los del grupo ¿Que se traen?

Santiago se nota frustrado y se nota en sus expresiones. Lo que menos quiero ahora es perder a alguien en quién confiar.

Me acerqué a él y lo tomé para llevarlo a un lugar donde no hay muchas personas.

- Lo que sucede-. Le mencioné muy despacio-. Es que aquí pasan cosas extrañas. Estamos en peligro y no solo debemos preocuparnos por esas pruebas. Algo me dice que no todos saldremos de aquí.

Santiago se mostró al principio confundido, luego se empezó a reír.

- ¿Enserio crees que voy a creer todo eso?

Me mostré serio, algo que Santiago entendió al instante.

- También escuché esos rumores-. Mencionó-. Pero nunca creí que eran reales así que trato de pasarlos por alto. Solo espero que no lo sean.

Di un largo respiro.

- Espero la razón sea tuya-. Le mencioné mientras miraba el suelo.

Empezamos a caminar por todo el lugar. Ahora tampoco quiero estresarme. Quizás todo saldrá bien, o eso es lo que espero.

Ingresamos dentro de la zona donde están algunos grupos por empezar la simulación.

Solo los observo y noto el rostro de miedo de muchos de ellos. Están preocupados por lo que les espera ahí dentro.

- ¿Qué tan difícil es la simulación?-. Nos preguntó uno de lo que están por ingresar.

- Solo trabajen en equipo-. Le mencioné.

No fue de gran ayuda pero a nosotros tampoco nos capacitaron para dar está y la simulación anterior.

Seguimos caminando y era un poco cruel pero a la vez relajante que ya pasamos por esto.

- Aún con vida-. Apareció en frente de mi Masón y al lado de él está todo su grupo.

Santiago se puso detrás de mí al verlo y también a los demás; algo que ellos notaron y empezaron a reírse.

- Pero si es el pequeño Santi-. Mencionó uno de ellos-. Veo que tienes un amiguito.

- ¿Qué te dije la última vez?-. Me preguntó Masón pasando por alto el comentario de su compañero.

Solo me mantuve frente a él sin demostrar algún tipo de miedo.

- Está mejor que cambies esa cara-. Se acercó el más alto del grupo-. No es tiempo de dañar caras bonitas-. Mencionó mientras chocaba su puño en mi rostro.

Ellos se fueron. Pasaron alrededor de nosotros uno por uno.

Me mostré seguro en qué no me van a intimidar muy fácil y Santiago solo los veía con cierto miedo; por lo visto ya se conocen.

Nos quedamos en ese mismo lugar, viendo como ellos se iban.

- ¿Ya los conoces?-. Me preguntó Santiago una vez que ellos se habían ido.

Solo le asentí.

- Conozco a Masón. Los demás son nuevos para mi-. Le contesté-. Y supongo que ellos te conocen.

- Eran de mi Instituto-. Mencionó-. Pero cuando llegó Masón a mandar en el Instituto todo fue diferente para nosotros. No tuve mejores años pero ese último fue el peor. No sé de dónde vino y el porqué se comporta de esa manera.

Me puse a pensar en ese comentario de Santiago. En realidad Masón solo quería llamar la atención y lo hacía a su manera; nunca fue tan relevante en el Instituto antes de su cambio y su partida no sé sintió; para nosotros nunca existió un tal Masón Tapia.

Lo que hicimos fue solo crear un mounstro. Él sería como ese villano que surge por culpa de un determinado grupo de personas y entre ellas yo fui uno de los que más influyeron en su comportamiento.

Antes de la partida de Masón recuerdo las palabras que me dijo. Estaba tan herido que prometió que iba a cobrar venganza conmigo y con todos los que se burlaron de él.

Solo me reí ante sus amenazas; nunca creí que iba a volver a verlo y más con ese enorme grupo.

- Creo que yo tuve que ver en ese cambio-. Le contesté a Santiago-. Y no voy a dar detalles.

Estar en la espera de los resultados me está abrumando. Es terrible no hacer nada al final de cada simulador.