Débora tenia mil cosas en la cabeza, tenia que actuar rápido por que el policía estaba muy cerca de ella, estaba insistente con la información financiera de Alberto, estaba en su oficina cuando entro la nueva psicóloga
El teléfono fijo sonó, Débora rodo los ojos, seguro era algún padre quejándose de alguna estupidez de uno de sus tontos alumnos, estaba harta
¿Que estaba pasando? ¿Quién era Alberto? ¿era esto acaso una broma? Débora seguía alterada, como loca, Luna no sabia que hacer, se acercó a ella
Cuando Luna trato de preguntarle nuevamente, Alfonso entro repentinamente a la oficina
Luna lo miro sospechosa, aquí estaba pasando algo muy serio, pero no era el momento para interrogar a Alfonso, le echo otro vistazo a Débora que seguía hablando incoherencias y salió.
Alfonso cerro la puerta con seguro y se acercó apresuradamente a Débora, la abrazo y empezó a calmarla, lentamente Débora recobro la compostura, al verse rodeada de los brazos de Alfonso se sorprendió, como si acabara de despertar de un sueño
El la miro aun mas sorprendido, ¿se estaría volviendo loca?, no quiso presionarla mas y salió, Débora se sentó en el sofá que tenia en la oficina, ¿Qué le estaba pasando? Se llevo las manos a la cabeza, no recordaba lo que había pasado, su mente estaba nublada como si la ensombreciera una nube negra, como una cortina de humo, por más que se esforzaba no lograba concentrarse, se sentía desorientada, se levanto y camino en círculos, tenia que calmarse y pensar con calma, no podía derrumbarse en estos momentos, algo mas que su libertad estaba en juego en estos momentos; arreglo su ropa, tomo una botella de agua y tomo asiento, en ese escritorio se sentía poderosa, sentía que por lo menos había ganado algo, después de la difícil vida que había tenido en su niñez y juventud, ahora no podía perder el estatus con el que contaba, nada se lo iba a arrebatar.
Luna seguía intrigada por lo que había sucedido en la rectoría con la señora Alcántara, hablaba que había asesinado a alguien, a un tal Alberto, ¿Quién era Alberto? ¿Seria verdad que lo había asesinado? ¿Y porque? Tenía tantos interrogantes y no sabia quien se los podía resolver, con Alfonso no podía contar, lo deducía por su actitud cuando ingreso a la oficina, no, el no iba ser quien despejara sus preguntas, por el momento claro esta, el tarde o temprano tenía que responderle por lo que había pasado, por el momento tenía que buscar a alguien mas que por lo menos le ayudara con un indicio de lo que estaba pasando.
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Editado: 13.08.2020