Capítulo 6: Esperanzas.
Definitivamente su perfume masculino es ahora mi aroma favorito, con cada inhalación siento que vuelo, parece una maldita droga. Solo espero no hacerme adicta a ella.
—Creo que necesitan privacidad—escucho a Nohe decirle a alguien, pero como tengo mis ojos cerrados no sé quién es la cuarta persona en la habitación. Así que los abro y me alejo de estos brazos ejercitados dejando a Etiennen a mis espaldas. Mis mejillas se encienden al ver a Adam con semblante serio mirándonos.
—Solo quiero asegurarme de que estás bien y que nada te ocurrió—es lo que dice.
—Estoy bien, gracias por preocuparse—informo a Adam y también a Etiennen.
Asiente no muy convencido.
—Sabes cuál es mi habitación, estaré al pendiente por si necesitas algo.
Escucho un gruñido a mis espaldas. Nohe mientras tanto sonríe divertida.
—Puedes estar tranquilo, estoy bien—intento convencerlo para que deje de insistir. Entiendo que estén preocupados pero siento una incomodidad al tener tantas atenciones.
—Adam—lo llama el jugador once—. Ya la escuchaste, está bien y conmigo nunca le pasará nada, así que puedes irte a tu habitación. No tienes de que preocuparte.
Junto mis cejas un tanto confundida. ¿Esos son celos? ¿Ahora si le importo? ¿Qué mierdas se trae este chico en manos?
Primero, me dice que le intereso. Segundo, me invita a bailar, donde aunque no ocurrió nada fuera de lo normal hubo mucha conexión y sé que él la notó. Tercero, lo dejo solo por unos minutos y cuando regreso está besándose con una pelirroja. Cuarto, sus ojos repentinamente lucen atormentados y quiere hacer algo para joder a unas personas y en el acto joderse a sí mismo. Quinto, desparezco solo unas horas y sale a buscarme por toda la ciudad preocupado. Y sexto, pero no menos importante, me abraza como si fuera lo más preciado que tiene y actúa de manera celosa con el que se supone es su mejor amigo.
Y después las mujeres somos las complicadas.
Por estar sumida en mis pensamientos no me percato de que el jugador y yo estamos completamente solos hasta que él mismo colocando una mano en mi hombro me saca de mis pensamientos.
— ¿Por qué lo hiciste?
¿Acaso me está regañando?
¡No puedo creerlo!
Con la confusión al límite pero sobretodo la furia me giro hacia él decidida a pedirle explicaciones.
— ¿Qué mierdas te pasa? —cruzo mis brazos debajo de mis pechos y veo sorpresa en su rostro por mi voz dura. Su mirada baja rápidamente a mis pechos y luego a mis ojos, rápidamente la sorpresa se esfuma y llega la confusión y la rabia al mismo tiempo.
— ¿Qué me pasa a mí? ¡Eso debería preguntarte yo a ti! ¡¿Qué mierdas pasa contigo?! ¡¿Qué estabas pensando al caminar por calles completamente desconocidas?! ¡Y sola!
— ¡Quería estar sola! ¡¿Es tan difícil entenderlo?! —es lo que le respondo. Y me digo a mi misma que es lo único que debo decirle, ni siquiera debería de darle explicaciones. Etiennen no es nadie para que me exija explicaciones, sin embargo, yo quiero explicaciones de su parte. Es por eso, y solo por eso que le digo la verdadera razón sin darle detalles.
— ¡Podías encerrarte aquí! ¡No tenías ninguna necesidad de hacer lo que hiciste! ¿Sabes lo que te habría pasado allá afuera? Pues si no lo sabes te las diré… ¡Un secuestro! ¡Una violación! ¡Un asalto! ¡Incluso pudieron matarte!
Ruedo los ojos. Está siendo muy exagerado.
Pero luego recuerdo que Etiennen muy probablemente no sabe mi historia, por lo tanto no sabe que viví en las calles por meses.
Sé perfectamente que actué de manera inmadura, impulsiva, actué sin pensar las consecuencias. Pero estoy en perfectas condiciones y eso es lo que cuenta. Además de que me ha quedado más que claro que no debo volver a hacerlo, aunque ni ganas tengo de hacerlo de nuevo.
— ¡Cálmate! ¡No entiendo porque te pones así! —descruzo mis brazos y me señalo— ¡Estoy entera por si no lo has notado!
— ¡Gracias a mis plegarias! —dice exaltado.
— ¡De todos modos no entiendo porque te comportas así!
Masculla una maldición y masaje su sien.
¿Él está cansado?
¡Yo estoy cansada de su actitud confundible!
—Ya te dije que me interesas y…
—Y por eso te besaste y te fuiste a tener sexo con esa pelirroja—Logan siempre me ha dicho que cuando estoy enojada digo las cosas sin filtro y sin pensar las consecuencias de ellas y tiene razón—. Déjame decirte que tu forma de interés no es normal.
Levanta las cejas incrédulo.
— ¿Qué?
— ¡¿Qué?! ¡Que! ¡Es lo que te pregunto a ti! ¿Quién mierdas te entiende? No tenemos ni una semana de conocernos y me confiesas que te atraigo, luego me invitas a bailar y te dejo unos minutos y ¡Ya te estabas besando con otra! —a este punto no puedo callarme ni detenerme, literalmente. Las palabras salen de mi boca y el hecho de que estoy caminando como animal enjaulado por la habitación y no pueda verlo logra que las palabras salgan fácilmente.