Acompañé a Olga a su casa y luego me fui a descansar a la mía. Clotilde y Jazmín ya estaban en casa. Jazmín intentó dialogar conmigo pero era lo último que quería hacer ese día.
- ¿Qué te pasa? ¡Qué cara1
- Estoy mal. lo mataron a Krusat.
- ¿Qué le pasó?
- No sé. Por ahora solo sé eso, que lo mataron.
- Igual vos no te lo bancabas mucho no me chamuyes a mí.
- No seas desubicada, eso no significa que le deseara la muerte. Era un buen compañero de trabajo y amigo de papá.
Me sentí el tipo más cínico del mundo, mientras le decía eso a Jazmín. Real
mente lo sentía, yo no le deseaba la muerte a Krusat, pero yo lo maté y me
preguntaba si realmente lo había matado, lo habría imaginado, mi mente
tendrá el poder de lograr lo que pienso...no, no me puedo engañar, yo lo
maté, yo lo descuarticé y quemé sus huesos con ácido, y le di su carne de
comer a los gatos. Tal vez si voy a ese baldío encuentre alguna respuesta,
o tal vez, me surja otro interrogante. Mejor me quedo en casa tranquilo,
no quiero que mi locura se me acreciente. Mientras tanto, papá me mandó un
mail avisándome que se iba a Mendoza a la casa de un amigo de su infancia,
Tomás, un tipo raro. Una relación extraña que tenía papá con él. Cuando era
chico era como un tío para mí pero recuerdo que era un miserable. Papá
le decía, en chiste (¿En chiste?) que era una rata. Tomás en una época venía a casa casi todos los días a tomar el té. Siempre caía con las manos vacías y se comía todo, facturas, sanguchitos de miga, tortas, jugos, café. En una oportunidad trajo unas masas finas, cuando terminamos de tomar el té agarró una bolsita del supermercado y metió las masas que habían sobrado,y se las llevó a su casa. Por acciones como esas, papá lo apodaba la rata.
Me encerré en mi cuarto, prácticamente no cené, no me entraba la comida, el tema Krusat me daba vueltas en la cabeza, no me importaba su muerte, me enloquecía su aparición en el lago dentro de su auto, con esas soldaduras extrañas. Pude conciliar el sueño luego de dar vueltas y vueltas en mi cama, en medio de la noche me desperté transpirando y gritando. Jazmín llamó a mi puerta le dije que pasara, tenía una cara de susto increíble.
- ¿Qué te pasa Edy?
- Nada, una pesadilla – minimice el tema -
- Pero tus gritos eran desgarradores.
- Así son las pesadillas, y que decía ¿Decía algo coherente?
- Yo entendí algo de muerte, no me maten, o no lo maten, parecías poseído.
Parecía poseído, me parece que Jazmín exageró, veía muchas películas por la tarde, pero realmente mi pesadilla fue espeluznante. Soñé que me despertaba (¿Me habré despertado en el sueño, o estaré soñando ahora?) en el medio de un baldío, si en el baldío cercano a casa, el lugar donde tire parte de la carne del cuerpo de Krusat. Me da escalofrió recordarlo...yo estaba tirado sobre un colchón viejo, desvencijado. Cuando me desperté abrí mis ojos y vi una rata con la cara de Krusat me miraba, estaba a centímetros de mi cara. Levanté la cabeza y vi que el baldío estaba lleno de ratas y de gatos. Todos los animales tenían la cara de Krusat, todos habían comido de su carne. Me levanté como pude y empecé a correr, patee gatos y ratas, pisé lo lo que se cruzaba en mi camino. Cuándo estaba por salir hacia la calle sentí unos pinchazos en mi pie derecho, era un asqueroso roedor que me mordía el dedo gordo, lo pisoteé, la sangre entre roja y marrón salpicó mi pierna y hasta llego a mi cara, en ese momento, creo, fue cuando me desperté.
Después que se fue Jazmín tenía temor de levantarme. Tenía miedo de mirar mi pie derecho, de mirarme al espejo, por eso permanecí en mi cama mirando el techo. Era evidente que me estaba volviendo loco. ¿Cómo podría pensar que la herida que había soñado, podría tenerla realmente? Traté de relajarme y pasó lo impensado, una araña colgaba del ventilador de techo. Una araña negra y grande. Me dan fobia las arañas, pero esta me atraía. Por eso la tomé suavemente con la mano y comenzó a caminar por mi brazo hacia mi cuello, prendí la luz y sentí como me miraba con sus ocho ojos Eran los ojos de Krusat Empecé a gritar nuevamente hasta desvanecerme. Cuando volví en mí y abrí los ojos la vi a Clotilde y Jazmín estaban al pie de mi cama. Lo único que quería era que lo de la araña haya sido una pavorosa pesadilla.
- Edy, pareces un chico – me dijo cariñosamente Clotilde -
- ¿Por qué, que paso?
- Vos y tu fobia a las arañas...
Mientras Clotilde me decía eso, observe a mi alrededor, contra la pared derecha de mi cuarto, estaba estampada, aquella araña, con ojos de Krusat en mi sueño. Entonces no lo soñé, o si, ya a esa altura no lo sabía.
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Editado: 28.02.2018