¡juguemos Al Amor!

Capitulo 4

 

La cara del rubio está muy cerca, extiendo mis manos para tocarlo pero no hay nada, frunzo el entrecejo. Y sus palabras hacen eco en mi mente.

—¿Drogados?—Pregunto asombrado. El asiente tambaleandose hasta caer de culo en el suelo—¿Edan también está drogado?—Junto al castaño miramos atentamente a Jarek en espera a su respuesta.

—Sí—Confirma.

—¡Oh, sí!—Choco los cinco con el castaño.

—Chicos esto es serio—Jarek comienza a reír—Aunque sea marihuana medicinal sus efectos están presentes, mínimamente, tratemos de no salir, podría ser peligroso—Explica entre carcajadas.

Nunca en mi vida me había drogado, y carajo esto se sentía de cierta forma muy divertido, mi cuerpo no pesaba, la preocupación se había desvanecido. Mi mente se había desconectado de mi cuerpo por completo y mi razonamiento se había ido con ella.

Edan camina torpemente hacía la puerta de mi habitación.

Gracias a Dios mis padres están en Houston y no volverán hasta dentro de unos meses. Mina, la ama de llaves no trabaja los fines de semana, por lo tanto, si alguien muere solo dos de nosotros lo sabremos y a eso se le suma el hecho de estar bajo efectos de una sustancia ilegal en muchas regiones del país.

—No puedes salir, estás...—Acuso al castaño, Jarek se levanta para ir tras él empezando de esta forma una pequeña carrera—¡Esperen, no me dejen!—Corro detrás de ellos.

Bajamos las escaleras de la casa y salimos, una de las ventajas de tener padres ausentes es está: Hacer lo que quieras, nadie se dará cuenta.

Corremos por la calle con torpeza, Edan va de primero sus brazos abiertos jugando al avión, me parece divertido así que lo imito. Lo veo tomar un desvío.

—¿Que hacemos en el parque?—Pregunto a Jarek cuando pasamos junto al castillo de madera.

—No lo sé, pero esa chica es linda—Señala un árbol—Le voy a hablar.

Pierdo a mis amigos de vista así que decido explorar por mi cuenta. Zigzagueo por el parque buscando algo de lo cual no tengo la más mínima idea. Unos niños jugando en el arenero llaman mi atención así que me acerco a ellos, ambos me miran confundidos pero sin decir nada, tomo asiento a su lado.

—¿Quien eres?—Inquiere uno de los niños con una voz extremadamente chillona que me da mucha risa.

—No lo sé, ¿Quien soy?—Pregunto de vuelta, tomo un poco de arena y la comienzo a juntar en una montaña.

—Un chico—Asegura el segundo niño.

—Sip, soy un chico—Asiento—¿Sabes cómo me llamo?—Me acerco al primer niño, el pelinegro, de ojos igualmente negros y piel blanquecina.

El pequeño niega. Su amigo lo interrumpe, este es pelirrojo y pecoso, con ojos verdes y mejillas regordetas.

—Mi papá dice que todos tenemos cara de algo—Apilo más arena en mi montaña mientras oigo a los niños hablar—. Mi papá tiene cara de Luigi y por eso se llama así, él tiene cara de Ashtur y por eso se llama así—Señala a su amigo—, y yo tengo cara de Bruce, pero me llamo Dennis.

Veo nuevamente al pelinegro.

—¿Cómo se llama tu papá?—Pregunto.

Se encoje de hombros—Solo tengo mamá.

Parpadeo un par de veces. Mis ojos enfocan al chico, cabello negro como el mío, ojos iguales a los míos, piel tan blanca como la mía y su nombre empieza por Ash...

—¡Asher!—Exclamo con entusiasmo antes de ver a los pequeños—Me llamo Asher.

Los niños rien divertidos, permitiéndome notar que Ashtur no tiene uno de sus dientes delanteros.

Espera... Que estaba diciendo antes... ¡Carajo!

—Ash—Llamo al pequeño—Creo que yo...

—¡¿Quien eres!?—Una mujer pelinegra aparece frente a mí, a su lado una más bajita rubia.

—¡Dennis, ven aquí!—Llama la rubia, el pequeño se va con quién supongo es su madre—¿Te ha hecho algo?—Inquiere tomando el rostro de su hijo entre sus manos, el pelirrojo sonríe negando.

Me levanto rápidamente ya que sacando cálculos deduzco que la otra mujer es la madre de Ashtur.

—No te recuerdo, y solo Dios sabe dónde lo hicimos—La pelinegra frunce el ceño mirándome confundida—Pero me haré cargo, lo juro—Alzo mis manos en señal de paz, meto uno de estas en mi bolsillo trasero antes de sacar mi billetera—Ten, solo tengo un dólar—Le doy el billete al pelinegro—Cómprate un pony—Revuelvo su cabello.

La mujer se acerca a mí para tomar rápidamente a su hijo y alejarlo.

—¿Que te ocurre? ¡No eres su padre! Él está en el ejército—Informa, estrechando el pequeño cuerpo de su hijo contra su pecho en forma de protegerlo.

Mis ojos se abren tanto como pueden. Un alivio me inunda completamente.

—¿Me engañaste, Molly?—Acuso a la mujer, tiene cara de Molly—Dame mi dólar, niño.

—Llamaré a la policía—Acusa la segunda mujer, ambas toman a sus hijos para alejarse.

—¡Adiós Asher!—Se despiden al unisonó los infantes.

Mujeres, mentirosas y manipuladoras.

•••

La situación está un tanto fuera de control, primero; encontré a mis amigos. Segundo: La rubia cumplió su promesa, dos policías están viniendo en nuestra dirección.

Edan está jugando dentro de la  fuente mientras murmura una canción que inventó luego de ver a un perro orinar el árbol (Chica) de Jarek. El rubio está a mi lado tirado en el césped riendo y llorando de a momentos. Los policías están cada vez más cerca, y el pánico se apodera de mí. Tal vez no sea por nosotros que están aquí. El moreno uniformado centra su vista en mí y le murmura algo a su compañero, ambos son entrados en edad, se podría decir que tienen unos cuarenta y tanto... Eso no apacigua mi angustia.

—La policía, corran ¡Corran!

Me levanto rápidamente y comienzo a correr antes de esperar que ambos lleguen a nuestro lado, escucho a Edan salir de la fuente entre maldiciones. Giro y veo que solo un policía viene tras nosotros.

—¿Que hiciste, Asher?—Pregunta entre risas Jarek.

Recuerdo todo el asunto con el pequeño que creí que era mi hijo por unos segundos, una pequeña sonrisa aparece en mis labios.



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En el texto hay: amor amistad, romance y desamor, novios falsos

Editado: 19.11.2024

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