Juguete del millonario

24. Asi te quería encontrar

Tengo dos preguntas:

  1. 1. ¿¡Como carajos esto llegó a 100k en una semana!?
  2.  
  3. 2. ¿¡Y también como carajos esto es #1 en joven adulto!?

 

Lo siento no me cabe en la cabeza...

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Selena
 

—Si la casa se ensucia demasiado rápido solo... —sacó una tarjeta del bolsillo de su camisa —llaménos, es muy simple.

Miré por segundos el número para después sonreirles —esta bien... muchas gracias —se despidieron con la cabeza dando una simple vuelta.

Cerré la puerta, la cuál minutos antes el profesor había tenido que abrir.

Y ¡Dios! Todo estaba brillante y reluciente. Esas mujeres si que habían hecho un buen trabajo.

Pasé mi mano por los enormes sillones y no había una sola gota de polvo.

—Si antes estar en esta mansión era increíble —me giré a mirarle. Sus codos estaban recargados en el meson de la cocina mientras tenía una pequeña sonrisa —pues ahora es el doble de impresionante.

Le sonreí.

Me acerqué tímidamente, su sonrisa desapareció —¿quieres aprender a cocinar?

Miré la estufa con desconfianza... —soy mala, una vez intenté encender esa cosa —señalé el horno, y el se burló —y terminé casi encendiendo la cocina entera.

Y hablaba enserio...

—Todo es práctica. Una vez casi me cortó el dedo —me reí nerviosamente.

—Con esa historia menos quiero aprender.

El revolco mi cabello, como si fuera una niñita —pero tenía cinco años... Además para eso estoy yo aquí.

Una pequeña sonrisa no pudo evitar escaparse de mis labios —me parece bien... aunque es muy irónico todo esto, ¿cierto?

—¿Porque? —comento haciendo una ceña de confusión.

—Usted siendo mi profesor de matemáticas se convirtió en mi profesor de culinaria... y de muchas cosas más —el me miró asombrado.

¡Vaya! Mis mejillas tomaron un color rosado palido... esperó que no halla malpensado mi terminó... juró que no tenía esa intención.

.
.
.

Nicky

—¡Rápido! ¡rapido! —gritó la profesora de gimnasia mientras se sacaba su silbato llenó de babas de su boca. No pude evitar hacer una mueca de asco al ver eso.

Extrañaba a la estupida de Selena.

Tomé mi toalla, debía cambiarme en la duchas.

Saque mi ropa limpia del casillero de la entrada. Odiaba tener que compartir el mismo aire que las viboras de Linsy y sus amigas.

Si Selena estuviera aquí estaríamos burlandonos de su trasero dañado por su propio cirujano... hice un puchero de tan solo pensar de todo lo que se estaba perdiendo Selena.

—No se si sea solo un chisme pero... —hablo bajito Danna, no es como si me interesara sus estúpidas conversaciones, pero dado caso que debíamos casi compartir casilleros podía escuchar todo —... dicen que esta con un mafioso —puse mis ojos en blanco, no tenía idea de quién estaban hablando ahora.

—¿Un narcotraficante? —preguntó una, y las demás asintieron sorprendidas.

—Y de esos... que venden, ustedes ya saben —se codearon unas con otras en círculo. Me límite a tratar de ponerme mis tenis —drogas, órganos y todas esas cosas ilegales.

—¿Selena con un narco? No lo creó, no tiene necesidad de dinero —abrí mis ojos enseguida.

Espera... ¿hablaban de Selena?... ¿De mi amiga?

—Es una idiota... —esta vez escuche más atenta la conversación tratando de disimular un poco —tiene dinero, pero quiere un marido que la mantenga... es de esas zorras que quieren tener su futuro asegurado para siempre...

—¿Quién sera el desafortunado? -todas rieron con esa pequeña risita fingida.

—No lo se. Solo se que dicen que es un narcotraficante.

Deje mi ropa a un lado —por eso odio las tipas como Steel, quieren hacer creer que no rompen un plato y resultan quebrando toda la vajilla... siempre supe que era una zorra con cara de mosquita muerta —yo estaba en lo cierto, ellas estaban hablando de mi amiga.

Tire la puerta de mi casillero con fuerza.

La única que tenía el derecho en toda esta patética escuela en bromear que Selena tenía un narco tenía nombre y apellido. Y esa era: Nicky Lendster.

Reí por lo bajo al ver como todas me miraban despistadas; asi que no dude en acercarme de a poco, seguida por sus intensas miradas.

—¿Que dijiste? — entrecerre los ojos, mientras ella, en particular, retrocedía un poco.

—¿Yo? —me gustaba que las personas en mi alrededor me tuvieran miedo, era la única manera de no formar parte del club de los "bullyniados"... al menos asi era como aqui le decían  .

—No, yo —-dije en sarcasmo —si, idiota, te estoy hablando a ti —la tomé de la parte superior de su camisa al no escuchar respuesta —vuelvo a escuchar cualquier estupidez de tu boca o de la boca de cualquiera de ustedes y les juro —las señalé a todas con recelo —juro que haré que cualquiera necesite una operación de nariz urgente —la solté de repente haciendo que callera al suelo —en especial a ti —le sonreí hipócritamente. Ella me me miró con la cabeza ligeramente inclinada —y se que me lo agradecerás, ya que solo no te hace falta una buena operación de nariz si no también de trasero.

Puse mis ojos en blanco mientras daba medía vuelta y me iba.

Tal vez asi aprendan a no volver a hablar mal de nadie a espaldas.

A mitad de caminó recibí una llamada...
.
.
.

Selena

—Wow —exclame al ver lo rápido que se veía cortando el diente de ajo —profesor usted es muy bueno en todo. Si fuera usted ya me hubiese cortado —el se giro a mirarme con diversión.

—¿Lo quieres hacer? —hablo dejando el ajo a un lado de la bandeja.

Frunci el ceño —No... no, ya le dije que luego me cortó —el me jaló hasta que quede en el mismo lugar en que el estaba antes.

—Yo te enseñaré... —sus manos tomaron las mías, obligándome a tomar el cuchillo.

Le miré de reojo. Su pecho estaba justó chocando contra mi espalda, lo cuál me ponía mucho mas nerviosa.



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En el texto hay: profesor, millonario, juguete

Editado: 05.04.2020

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