Capítulo XXX: El acto final de la maldad encarnada.

Fudo chocó directamente sus espadas con las hoces de Usuaka, la batalla se intensificó demasiado rápido, y la cantidad excesiva de energía maldita, atraía a otras maldiciones, y asustaba a los demás, aunque ellos apoyaban a contrarrestar a las maldiciones que llegaban. Las maldiciones que lograban llegar a la batalla, eran destruidas una tras otra, por los ataques de ritual, o por las explosiones de energía maldita que eran liberadas cada cierto tiempo, la batalla era muy intensa…

–¡¡Ja, de verdad que esto es muy divertido!!

Usuaka entró en un estado de concentración muy alto, parecía que, por un momento, el tiempo se detenía, no… como si el tiempo fuera más lento. Usuaka estaba subiendo de nivel, se estaba volviendo más fuerte… y las casualidades siguen tratando por igual a todos y cada uno de los seres existentes en el mundo, sin importar su origen o vida…

–¡¡Destello Negro!! –un corte de hoz directa en los ojos, hirió enormemente a Fudo, sus ojos se habían desgarrado, usó Rituales Inversos, pero gastaban mucha energía maldita…

–Bingo…

Fudo se levantó y con sus espadas…

–¡¡Destello Negro!!

Fudo devolvió los cortes con destellos negros, provocando que Usuaka también se regenerara.

–Entonces, así vamos a jugar ¿eh…?

Fudo y Usuaka, se golpeaban con destellos negros, tenían mucha energía maldita, pero no era infinita, Después de pelear por mucho tiempo, ambos se estaban acabando sus fondos de energía maldita… pero Usuaka tenía ventaja, porque era una maldición…

–No puedo perder… ¡¡No voy a perder!!

Fudo, con su enojo, recuperó energía maldita, y aprovechando la confianza de Usuaka, que había pensado que iba a ganar, le imbuyó energía positiva…

–Porque es mi deber como hechicero… ¡¡serás exorcizado!!

–Je, que determinación, felicidades… hechicero…

Usuaka fue exorcizado, sus cenizas iban desapareciendo, y Fudo cayó al suelo, cansado y agotado por toda la pelea… Los hechiceros lograron exorcizar al grupo de maldiciones, contrarrestar a las maldiciones que habían llegado, reducir al máximo la destrucción de la zona… Akane, aunque no logró exorcizar directamente a Magakyou, terminó satisfecha porque de igual forma, Magakyou fue exorcizaddo. Todos los hechiceros lograron su cometido y deber… Y lo más importante para Fudo, logró vengar a su padre, a su madre, y cumplir con su deber como hechicero…

–Se ve que ya no eres mi bebé lindo… eres muy fuerte, y ya creciste mucho, todavía no es momento de que vengas con nosotros, no te apresures, te estaremos esperando tu padre y yo… aunque no me viste bien, porque estabas muy pequeño, y tal vez ya lo sepas, pero quiero decírtelo yo misma… te quiero mucho, Fudo, hijo mío… vive una vida muy linda… tal vez aun te enfrentarás a más situaciones y problemas, porque es lo que implica ser un hechicero… pero, también vive, disfruta de la vida, bueno, te dejaré descansar por ahora… te amo… nos vemos luego…

–Mamá… yo también, te quiero mucho… nos vemos después, y… gracias… disfrutaré mi vida, aunque ustedes no estén… por ustedes…