Hace mucho tiempo, conocí a una chica llamada Fátima, la cuál era mi mejor amiga y éramos inseparables. El día de hoy, me pidió vernos para decirme algo importante—¿que será?—Nunca la había visto tan desesperada por que fuera a verla, entiendo que sea su cumpleaños, pero me llena de curiosidad.
Verdad, se me olvidaba, mi nombre es Julián Fernández, no necesitas presentarte, solo quiero conversar con alguien de todo lo que me paso y como llegué a esta ciudad.
Todo comenzó hace medio año, mi vida era muy divertida allá con mi madre, podía jugar, tenía amigos y sobretodo un amorío que tuve que terminar por venir acá, me sentí mal, porque era mi primera novia, pero debía venir acá con mi padre, para aprender el negocio familiar.
No conocía a nadie, así que decidí ir a buscar amigos. Encontré unos y pasamos el rato todo el sábado y domingo, me caían muy bien y lo mejor es que estaban cerca de mi casa.
Aunque pasarán los días, no paraba de pensar en Carmen. Era muy fuerte lo que sentía por ella y quería volver, le rogué y rogué a mi conciencia de que me dejara en paz con Carmen, pero no había nadie que me gustara aquí.
El fin de semana se pasó rápido y debía ir al colegio, con la misma cara sonriente de siempre. Mi padre siempre me decía "si estas mal sonríe más, para que nadie sufra por querer ayudarte", esa frase siempre me acompañó a todos lados desde que la escuché y ese día no sería la excepción.
Al llegar a la formación, no pude encontrar mi sección, así que perdido y desorientado, tuve que preguntarle al auxiliar, el donde estaba mi salón. Después de una pequeña revisión en el sistema me dijeron cual era mi salón, con esa información fui a aquel lugar donde estudiaría todo lo que restaba del año.
Me presente ante mis compañeros, luego cuando quería sentarme, todo el mundo como siempre, quería que me sentara a su lado.
Finalmente una chica que estaba en el medio, estaba sola y parecía resignada a que me sentara con ella, así que decidí sentarme ahí.
Espere a que termine la clase del profesor, para poder hablarle. Así fue como conocí a aquella chica que se convertiría en mi mejor amiga llamada Fátima.
...
Lástima debes avanzar en tu camino, no te preocupes, de todos modos ya debía irme. ¿Qué, quieres saber cómo termina esto?, claro te lo contaré la próxima vez que nos veamos.
Ya sabes donde encontrarme...