Julieta quiso quedarse

Julieta

-No se altere señorita Foster –dijo con sorna D’elia. Otra vez la Federal en mi casa –esto es solo rutina. Además esta vez los cuerpos fueron hallados bastante más lejos que los dos anteriores.

  Respiré, pero no me tranquilicé. En presencia de ese bastardo nunca me iba a hallar tranquila.

-Escuche inspector, yo no tengo nada que aportar en este caso. Sofía y su padre al menos eran mis vecinos, pero estas personas son completos desconocidos para mí. –lo único que me importaba era que esos hombres, se fueran y volver otra vez a los brazos de Enzo al que mantenían fuera retenido hasta que yo declarase. ¡De locos!  

-Está bien –D’lia se incorporó y su compañero lo imitó –Sabe a quién llamar si lo necesita –Me extendió una tarjetita con sus datos.

-Gracias –susurré.                                         

   Cuando el inspector abordó su móvil, los demás oficiales dejaron ir a un furioso Enzo. En cuanto llegó a mi lado parecía despedir llamaradas por los ojos.

-¡Esto es una locura! –Protestó –¡No pueden actuar con tamaña impunidad!

-Enzo –tomé su cara entre mis manos y acomodé su pelo revuelto –Ya está, se fueron. No pueden probar nada. Nosotros no tenemos nada que ver en ese crimen.

-Sí era “rutina” como de seguro te dijo, ¿Por qué me retuvieron?

-Deben saber que estamos juntos –tomé su mano y caminé hacia la cocina –además el hecho de que Emma, amiga de Sofía este parando en casa les debe parecer sumamente extraño. ¿Acaso no te pasaría lo mismo? –lo miré. Se veía un poco más calmado.

-¿Dónde la tienen?

-Seguro en algún lugar del patio. ¿Querés un café?

-Si –Enzo se acercó a la ventana del fregadero y registró con la mirada todo el patio.

-No va a decirles nada. Porque nunca hicimos nada. A lo sumo pensarán que estoy loca si llega a contarle lo de Sofía.

-¿Se lo contaste a ella? –gritó Enzo.

-¿Cómo iba a convencerla de venir a casa? –Caminé otra vez hacia él –Enzo, ella no es una espía. Cálmate.

- ¡No asegures nada que no sepas! –los ojos de mi novio irradiaban luz gris. Me impresionaron.

-Emma llegó a esta casa buscando justicia para Sofía. La primera vez que la vi parecía destruida.

  Enzo meneó la cabeza, pero no dijo nada más.

-Pedí mis vacaciones ayer y me las negaron.

-Quizá es por eso que te retuvieron. Quizás piensen que te querés escapar.

-Es que es la verdad. No quiero pasar de nuevo por la escena del crimen y no te quería ver envuelta en esto de nuevo.

-Ya está Enzo –lo rodeé con mis brazos –No te preocupes por mí. Voy a estar bien.

-Ahí está Emma –Ambos nos resguardamos tras la sombra de la cortina a espiar –ella parece tranquila.

  Efectivamente, Emma parecía muy a gusto con la Federal. Ella y el inspector sonreían.

-Parece que se entienden. –susurré.

-Julieta hay algo que quiero decirte –se volvió y en su rostro solo pude ver terror.

 

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