Juro que no Llorare de Nuevo

Estábamos jugando con fuego, y tu lo sabias.

El ambiente se puso tenso, aquellas miradas se retaban, no había palabras de por medio, pero si una gran rivalidad que demostraban aquellos ojos, aguas marinas contra azabaches y la causa era aquel rubio que a pesar de ser negado por su “dueño” sus acciones demostraban todo lo contrario, demostraban verídico interés, celos, molestia por que otro hombre deseara estar con él.

 

-ca-caballeros, favor de pasar a sus lugares- pidió Yamanaka, era incomodo, demasiado, las personas no sabían si ingresar o esperar a que esos dos se agarraran agolpes, ambas eran factibles sin embargo también mal vistas.

-tranquila señorita Yamanaka, no pasa nada, el señor Sasuke y yo solo bromeábamos- sonrió Gaara para ir a tomar asiento junto al resto.

 

-estúpido Sabaku- murmuro con aquella copa de vino blanco en su diestra, realmente sus comentarios habían logrado colmarle en su ser, el mismo sabia que Naruto solo era un capricho, alguien que solo estaba siendo usado para satisfacer los caprichos de sus padres, él quería a Sakura, Naruto solo provocaba un par de erecciones, eso era todo, no había sentimiento de por medio ¿cierto? -es un imbécil mal parido-

 

- ¿a quién parieron mal? - interrogo aquella fina mujer de cabello negro.

 

-madre- se apresuro a decir cuando vio a aquella mujer de hermosos rasgos sonriendo y aun lado al hombre maduro a su lado

 

-dime a quien parieron mal Sasuke Uchiha-

 

-a nadie madre-

 

- ¿y qué haces aquí?, ¿dónde está Naruto?, ¿y mi Dei? -

 

-están sentados de aquel lado madre, padre te ayu…-

 

-Sasuke no soy un invalidó, aun puedo moverme por mi mismo, no necesito tu…-

 

-señor Uchiha- saludo Naruto haciendo una reverencia -permítame ayudarle, Deidara ha elegido la mejor mesa para ustedes- sonrió suave

 

-claro que si señorito-

 

-Naruto, solo Naruto- pidió el rubio sonriendo, Sasuke miraba a su padre con cierta molestia, hacia apenas unos segundos este estaba a punto de decirle que no necesitaba su ayuda y ahora andaba ahí, fingiendo necesitarla como si el no la hubiera ofrecido antes, dejándolo como un mal hijo.

-Sasuke, no lo pienses tanto hijo, ven con nosotros- animo su madre entrelazando su brazo con el del ajeno para sonreír -tu padre…, el en verdad esta feliz de que estés comprometido con un chico como Naruto- reconoció -es lindo, humilde, sincero- dijo suave -no lo dejes ir hijo, el vale la pena-

 

Bien era sabido que cuando una madre decía tales palabras jamás se equivocaba o eso había escuchado, lamentablemente su corazón…, no, su razón le gritaba que Sakura era la indicada, hermosa, elegante, inteligente, educada, refinada, realista, todo lo que él quería a su lado lo era ella, Naruto en cambio era gritón, escandaloso, ruidoso, poco cuidadoso con sus modales, risueño, optimista y… bueno, en algo si le ganaba a Sakura y es que era jodidamente caliente, sus caderas y ese gran trasero que invitaba a tomarlo y comer en él, bueno, eso era un excelente punto a su favor.

 

-Es aquí, permítame ayudarle- sonrió abriendo la silla para que Fugaku tomara asiento.

-Ita no vino con ustedes? - interrogo el rubio mayor un tanto preocupado -no les llamo? -

-tranquilo Deidara- sonrió su suegra mientras tomaba asiento -Itachi dijo que pasaría por unos chocolates que cierta personita le pidió-

 

-aun no recuerda? - sonrió animado -se los pedí en la mañana, pensé que a estas horas ya lo habría olvidado-

-mi hijo no olvida algo tan importante como tus antojos, así que tranquilo- sonrió tomando asiento mientras veía todo -por que era tan importante que viniéramos Sasuke, ciertamente no conocemos a nadie y yo preferiría estar haciendo una buena cena-

 

-madre, el bufet ha crecido, celebramos eso-

 

-dios, pensé que cuando tu padre se retirara todo eso terminaría- confeso hastiada mientras miraba todo -hasta los bocadillos son deprimentes –

-lo mismo le dije a Sasuke, pero insistió en que eran bocadillos de la alta cocina- comento Naruto -en la tarde realice algo típico de dónde vengo- confeso viéndoles tímidos -si no han cenado… podría servirles- dijo suave

 

- ¿cocinas?, que cocinaste? - interrogo Deidara entusiasmado-

 

Naruto medito un momento como decirles, realmente temía que se burlaran de el o de sus costumbres, lo que había cocinado era aquello que una vez la madre de Shikamaru le había enseñado.

 

-les recomiendo no lo coman- dijo Sasuke -en primer lugar, este no es un sitio para que coman eso, y en segunda es muy sucio y no tiene buena pinta-

 

-mira idiota, primero deja que nos diga que hizo y nosotros decidiremos si comemos o no, la verdad estos champiñones rellenos de atún no me van a llenar, y la sopa de betabel que ya vi me dio nauseas, a menos de que tengas algo mejor no hables-

 

-bueno, eso no era lo importante, dinos que cocinaste Naruto, tengo curiosidad- confeso Mikoto mientras sonreía.

 

Las palabras de Sasuke sin duda habían herido su orgullo, ya no había nada mas que perder realmente, lo que menos quería ya lo había echo Sasuke -se llama Mixiote, es algo típico de dónde vengo- confeso

 

-que lleva? - cuestiono Fugaku, eso jamás lo había comido pero recordaba a su Sobrino Obito decir que una vez lo había probado y sabía muy bien.

 

-es carne enchilada, bueno condimentada, generalmente de donde vengo lo hacen de borrego o cerdo para las fiestas grandes- confeso -pero Sasuke no gusta de eso, eso me dijo así que lo hice de pollo, pensé que comería, pero no, le puse algo de verduras, no tiene buen aspecto, pero de verdad sabe bien-

 

-traeme uno por favor- pidió Deidara -si es pollo yo quiero, pero que sea carne no me gustan los huesos- confeso –




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