CAPÍTULO TRES

Un Equipo Inesperado

«Cuando te enamoras, crees que todo es posible.»

Como la asignación del trabajo fue el viernes, decidimos juntarnos al otro día, el sábado, en una cafetería, los dos… solos… como en una cita, debo de dejar de montar escenas donde no las hay, me he dicho eso mil veces, Karlie no es lo que crees, es solo para el trabajo y nada más, no te hagas ilusiones.

¡Pero estaremos solos!

Mi inseparable amiga Gema no estará conmigo, estoy nerviosa.

¿Pero por qué estoy tan nerviosa? si ya antes me he reunido con otros compañeros, hasta he ayudado a algunos en las materias que son débiles, por ejemplo, con las prácticas de matemática o física.

¡Claro!

Como él es diferente, y lo encuentro hermoso, misterioso, con un toque de chico solitario que me atrae, pero no entiendo porque tengo que ponerme nerviosa.

Porque te gusta — me recuerda mi subconsciente.

Lo acepto, me gusta, pero sé que eso le pasa a todas las chicas del instituto, hasta lo vi ayer con Yina, la chica popular, le pasaba un papel en plena clase, solo vi que el se lo entro en el bolsillo sin ni siquiera leerlo, aunque eso no quita que no le interese ella, pues es muy hermosa y no sería el primero que cae a sus encantos. 

Volviendo a la cita... Perdón, un encuentro de compañeros para hacer un trabajo juntos, reunidos en la cafetería.

No sé qué ponerme, por primera vez, no sé qué ropa usar, me he medido el closet completo y no me decido.

Llamo a mi nana Clara, la mujer que siempre está para mí y le puedo confiar lo que sea, es como una madre para mi.

— Dime mi niña Kily — me llama así desde pequeña y me encanta, solo ella me dice de esa manera.

Mi nana Clara es una señora oriunda de Colombia, tiene el pelo negro muy corto en un estilo pixi, su tez es blanca, tiene muchos nietos, pero todos están en su país y sus hijos también, esta sola aquí, ellos no quisieron venir a vivir con ella, asi que ella dice que soy como su nieta y yo la siento como mi abuela, para mi somos familia, no una persona que le pagan para atenderme.

— No sé qué ponerme, nana — digo haciendo un puchero — tengo una cita — digo rápido equivocándome, otra vez — no, perdón, una reunión con un compañero — lo arreglo — y estoy nerviosa porque quiero darle una buena impresión.

— Respira Kily — me tranquiliza —  ¿por que lo quieres impresionar? — pregunta curiosa.

— Eh… — me estrujo las manos — Es un chico muy majo y se ve que es muy inteligente — una vaga excusa.

— Mi niña se ha interesado en un chico—lo dice, no lo pregunta, ya lo afirma, que mucho me conoce, pero su tono de felicidad hace que me sienta emocionada, quisiera estar viviendo esto con mi madre.

— No te mentiré nana, me atrae y creo que eso me tiene nerviosa — le confieso sentándome en mi cama — ¡nunca me ha pasado! no sé cómo actuar — es frustrante mi actitud.

— Solo sé tú misma, eres una chica muy dulce — me aconseja — ¿y si te pones ese vestido azul con falda suelta que te entalla bien la cintura, pero que es conservador? — busca en el armario y me lo enseña, en verdad es muy bonito y no daré una mala impresión, aunque en mi ropa no hay nada que sea revelador ni sexy.

— Me gusta mucho, me lo pondré, gracias nana — le doy un abrazo el cual ella me regresa.

Lo combino con unas sandalias negras de tiras, mi mochila rosada aunque no combine, pero que es mi favorita y los accesorios que han de darle juego a mi vestuario.

Le pido a Rick que me lleve a la cafetería que solo está a dos cuadras del instituto, ¿se dieron cuenta que no tengo que pedirle permiso a mis padres para salir? y segura estoy, que ni siquiera sabrán que salí.

Llego diez minutos antes, porque me gusta ser puntual, prefiero esperar a que lo hagan por mi.

Cuando entro al lugar me doy cuenta de que él ya está aquí, reviso mi reloj para ver si es tarde y no es así.

— Hola Charlie, ¿llegue tarde? — pregunto preocupada.

— Hola Karlie — me saluda — estaba haciendo unos mandados y me quede de paso, así que aproveche y estaba revisando algunas ideas que traje — me enseñas unas hojas que tiene frente a él. 

Se me cae la ilusión, creí que había llegado temprano porque estaba nervioso como yo.

— Oh… ok, ¿qué tal si pedimos algo primero? — digo sentándome frente a él.

— Claro, como tú quieras — dice de forma amable, sin darse cuenta de mi cambio de ánimo.

Pido mi café mocca latte favorito, el pide uno igual, porque le gusta al igual que a mi, tacho otra cosa más en común, ya me estoy poniendo en modo boba.

— ¿Cuáles ideas tienes? — pregunto cuando ya tenemos nuestros pedidos en la mesa — yo también traje algo, pero quiero oír las tuyas primero — le digo emocionada por escucharlo, tengo mi carpeta fuera.

— Podemos dramatizar una entrevista entre un actor o actriz reconocida, es lo que más está de moda últimamente — lo miro sorprendida, pensamos lo mismo.

— A decir verdad tenía la misma idea, pero incluso pensé en un actor en específico, ¿En quién pensaste? — pregunto con absoluta curiosidad.

— Solo te digo que soy super fan de él — me encanta su tono emocionado — es de los pocos actores que han triunfado como actor, me encantan todas su películas, incluso vi algunos videos de sus peleas en la WWW…

— Espera, espera— alzo una mano interrumpiendolo — ¿Me estás hablando de La Roca, Dwayne Johnson? — 

— Si el mismo, ¿cómo lo adivinaste? — dice confundido.

— ¡Es mi favorito! — grito entusiasmada y eso hace que las pocas personas que hay en el lugar me vean raro, me sonrojo de la vergüenza —  de los peleadores que se volvieron actores él es más famoso— bajo la voz, pero se que mi entusiasmo se nota igual— ¿Qué opinas si haces de La Roca y yo una intrépida reportera? — casi aplaudo por la idea, casi.