Cap. 23 Recuerdos

Cuando Raziel despertó y se vio en aquella apestosa celda, montó en cólera, pues no podía desaparecer desde allí del mismo modo que no podían los demás. No obstante, por mucho que llamó u ordenó a los guardias que lo dejasen salir, ni siquiera consiguió que alguno se acercara, ya que, conociendo su peligrosa habilidad, Jensy había ordenado que nadie se acercase a aquella celda e incluso la comida debían hacérsela llegar sin que Raziel pudiese ver o hablar con quien lo hacía.

Entre tanto, y aunque Evil había mejorado después que Ben lo había atendido, Jensy siguió accediendo a que los chicos continuasen atendiendo a Cassandrea. En principio ella se encontraba en un estado de semiinconsciencia que gradualmente fue pasando, y en cuanto tuvo dominio de sí, se asustó mucho al ver a los dos extraños que estaban al lado de su cama. Altair fue el primero en registrar que ella no los había reconocido ni como parientes ni como los prisioneros que creía que eran, de modo que antes de que Ben hablase, le sujetó el brazo.

• ¿Dónde está Raziel?  --  preguntó ella y Altair ejerció más presión en el brazo de Ben  --  ¿Quiénes son ustedes?
• Tranquilízate  --  le dijo Altair, pero ella los seguía mirando con expresión asustada
• Estamos aquí para ayudarte y no tienes nada qué temer  --  agregó Ben entendiendo la situación
• ¿Quiénes son ustedes?  --  preguntó de nuevo
• Mi nombre es Eugene  --  dijo Altair pensando con rapidez que posiblemente Raziel hubiese hablado de ellos en términos poco favorables y por tanto mejor no utilizar su primer nombre

Ben había entendido sin necesidad de palabras el razonamiento de Altair, pero él sin duda estaba en peor situación, ya que, si decir el nombre por el que lo habían llamado toda la vida podía resultar negativo, mencionar su primer nombre no era mucho mejor, porque sin duda Raziel se habría encargado de satanizar el nombre de Jason en todos los sentidos posibles, de manera que optó por lo que pareció menos arriesgado

• El mío es Benjamin  --  dijo esperando lo mejor

Cassandrea los miró a ambos y una vaga sensación de familiaridad la invadió al escuchar con más calma sus voces, pero sus nombres no le decían nada.

• Dijiste que estaban aquí para ayudarme  --  dijo mirando a Ben  --  ¿En qué exactamente?
• Has estado enferma  -- contestó con cautela
• ¿Y Evil?
• También lo ha estado  --  agregó

La vieron mirar al vacío mientras sus ojos cambiaban de color, signo inequívoco de que estaba pensando, pero, así como sabían eso también supieron el momento exacto en el que colocó todos los recuerdos en su lugar llegando a la pérdida de su bebé, pues sus ojos se tornaron de un azul pálido al estar experimentando un intenso dolor.

• Mi bebé  --  dijo llevándose las manos al abdomen
• Lo lamento  --  dijo Altair, pues Ben no habría sido capaz de decir ni una sola palabra en aquel momento  --  fuiste atacada por un peligroso virus que puso fin al embarazo

Varias imágenes invadieron la mente de Cassandrea, pero las mismas eran confusas, aunque no por eso dejaban de ser dolorosas. Recordó que Raziel estaba muy enfermo y con este recuerdo se mezclaba el de ella misma sintiéndose fatal; un poco más adelante revivió un dolor terrible y la voz de Evil diciendo que no había nada qué hacer, pues el bebé no lo había resistido y al mismo tiempo escuchaba el llanto de Raziel. Todo esto pasó velozmente por su cabeza mientras los chicos controlaban tanto sus reacciones como la respuesta de su organismo, pero si bien se registraron algunas alteraciones en su ritmo cardíaco, presión sanguínea y en los impulsos eléctricos del cerebro, nada que no estuviese en concordancia con las emociones que estaba experimentando. Ese día Cassandrea lloró mucho, pero habló poco y Ben tuvo algunas dificultades para hacerla comer algo. No obstante, para el día siguiente había tomado previsiones y pidió hablar con Jensy.

• No es buena idea  --  le dijo Evil
• Te sugiero escuchar al científico loco  --  le dijo Altair
• Cierra la boca, Altair Eugene
• Escucha primo, sabes que yo sería la última persona en estar de acuerdo con este…  individuo  --  agregó con más amabiliad de la que Evil hubiese podido esperar, pero esto se debía a la mirada de ira de Ben  --  pero en este caso deberías prestar atención, pues lo último que necesitamos…
• Lo que necesitamos es que Sandy coma como es debido --  lo interrumpió Ben
• Yo puedo ayudar con eso sin necesidad de que hagas venir a Jensy
• ¿También eres chef o le tienes mucho miedo a ese bastardo desgraciado?
• Altair, por última vez  --  le advirtió Ben y luego miró a Evil  --  ¿Puedes hacer que le traigan algo en específico
• Puedo  --  contestó Evil

Como Ben sabía con exactitud qué y cómo le gustaba la comida a Cassandrea, le dio instrucciones específicas a Evil en aquel sentido, de modo que para cuando ella despertó le trajeron un plato de avena con mantequilla derretida y espolvoreada con azúcar pulverizada. Si bien Cassandrea no conservaba recuerdos de su pasado, al ver aquello se le iluminaron los ojos y se comió hasta la última cucharada. Por supuesto al ver que Ben había acertado, Evil se apresuró a seguir sus instrucciones con respecto a las demás comidas y en casi todas debía incluirse el Yorkshire pudding y la salsa gravy, y fuera quien fuere quien se encargaba de la comida, tendría que elaborar muchos pasteles de manzana en lo sucesivo.