Kecia: Días De Epifanía

1. EL SUEÑO QUE VIENE Y VA

—Habéis visto lo mejor y lo peor de mí, ya saben cuál es mi debilidad más grande y cuál es mi más grande fortaleza, he vivido entre caballeros,dragones y monstruos jamás vistos , las doncellas por supuesto no faltaron, pero observad mi corazón una última vez y daréis testimonio de que solo una era la dueña de este, que solo ella será mi ramé por siempre y yo el suyo es…

—¿Ramé? Detente Bethan, explica que significa Ramé.—Interrumpio Irin.

—Que buena pregunta Irin…si tan solo supiese la respuesta. Quizá el que nos consiguió el  libro sepa la respuesta. ¿Dónde está Sean?

—Seguramente está en algún lugar haciendo algo mucho más productivo que todos ustedes juntos —Hablo Gadath mientras soltaba el saco lleno de frutos al borde de congelarse.

—No te confundas querida Gadath.—Bethan se levantó del tronco cercano a una casi extinta fogata y cerró el libro dejando ver su vieja portada, ponía como título "El caballero de los sueños", hace un par de semanas Sean lo había encontrado en una vieja cabaña en ruinas. —Ves esas hermosas casas de troncos pequeñas. Las hemos terminado para que cada uno duerma más cómodo y esos sacos llenos de pequeños frutos silvestres...¿Crees que desobedecería la orden de mi...cuñada? Jamás. —Termino con una sonrisa en el rostro y abrazo a Gadath prosiguiendo a levantar el gran saco de frutos.

—la  agridulce Gadath.—Dijo Irin sonriente—Este libro de hojas viejas nos ayuda a escapar del frío mortal que estamos viviendo.

—Además El caballero es muuuuy romantico.—Hablo Maya quitando el libro de las manos de Bethan.— Y hay una palabra extraña, los libros no eran mi fuerte, eran más de Kecia...ella los prefería de temas realistas que ironía. Quizá ella sepa la respuesta. El misterioso Ramé que carcome nuestro cerebro.

—Suena como una planta para hacer té.— Hablo una de las cambia formas que escuchaba la historia.

—Pero como aman perder el tiempo...hace unas semanas estábamos a punto de morir, y ahora lo estamos aún más. ¡Si nos descubren moriremos! ¡Y ustedes leen! Y lo peor, ¡carcomen su cerebro con una palabra extraña!.—Gadath rodo sus ojos impaciente y se retiró a su espacio para dormir.

—Esta bien...está bien. Ayudaremos más, lo prometo. Seré menos inservible.—Dijo risueño Bethan.—Tu descansa mamá yo terminaré tu tarea.—Luego se acercó rápidamente a Maya y le quitó el libro.

Gadath le sonrió y continuo caminando hasta desaparecer en una cortina improvisada que cubría la entrada a una choza de palo en dónde la mayoría descansaba. 

—¡Espera Bethan! Termina de leer por favor...quiero saber que sucede con el caballero.—Suplico Maya al tiempo en que Irin y las demás decían en coro un "por favor"

Bethan negó con su cabeza.

—Quedará en intriga señoritas. Por ahora iré a ser más productivo.

Luego de que todas quedarán decepcionadas, se separaron y continuaron con sus deberes de la noche. Últimamente solo intentaban sobrevivir, no se atrevian a acercarse al peligro, aunque tenían miles de planes, el miedo al fracaso los detenía, no vivían muy cómodos pero al menos estaban a salvó.

Bethan entro al bosque luego de dejar el saco de frutas en el campamento improvisado que habían armado entre todos. Y halló una maravilla , tenía nieve pero relucía su color verde, una manzana verde colgaba solitaria de un manzano cubierto de nieve y sin hojas. Estaba dispuesto a acercarse y arrancarla para devorarla de un mordisco, pero un segundo antes de cogerle, una flecha le ganó y arrancó la manzana clavandola en el árbol vecino.

Bethan cambio a su otra forma del susto que le había causado y luego sonrió. Su cabello blanco antes cortó ahora le llegaba hasta su cuello y sus marcas azules brillaban bajo sus ojos del mismo color del mar. 

Al segundo sonrió pues sabía perfectamente quien le había ganado la manzana verde.

—Sí que eres buena con el arco.—Hablo con una sonrisa mientras quitaba la flecha de la manzana y se la alargaba.

Megan con su cabello ahora del color del fuego relucía entre la nieve. Tenía varios copos en su cabellera al igual que Bethan, pero a este no se le notaba por su cabellera blanca.

—Sigues con el libro.—Megan mordió la manzana mientras observaba el libro en las manos de Bethan.—Quiza algún día tendré tiempo de leerlo, cuando lo termines de leer a tus pretendientes  puedes prestarmelo.

Al terminar, Megan se recostó en un tronco. Y alargó la manzana mordida a Bethan.

—Ten...lamento haber robado tu manzana.

—Una manzana mordida por ti, no podías hacerme más feliz...gracias.—Hablo y prosiguió a darle una mordida.— Y para mi bella dama le podré leer otro libro más exclusivamente, además tu amiga Maya estaba allí y ella está con el príncipe. 

Megan rodo sus ojos como era de costumbre. Bethan sonrió.

—Pero mira que has dejado en la parte que mordiste...

—¿Que cosa?

—Una pizca de... celos. Que lindos lucen Megan.

Está volvió a rodar sus ojos y con el libro dió un golpe a Bethan.

—Pero que tonto. Enserio quisiera que el tiempo se detuviera para leer tranquila mente cualquier cosa sin estar preocupada porque alguien que ame vaya a morir.

Megan observo la portada del libro con letras simples y misteriosas.

—No importa...ya lo leí todo, pero ninguna lo sabe, me da tristeza arruinarles la lectura pero como sea, el final no es lo que me esperaba...el caballero soñador muere, así sin más y deja a la doncella May sola, no es una gran historia después de todo.

—Vaya gracias por arruinar el único libro que hay por aqui para leer. 

Megan volvió a golpear a Bethan. Luego vieron por el cielo nocturno la sombra del dragón de Kecia volando por lo bajo. Aquella criatura dejo a su paso un viento fuerte causado por su vuelo.

—Vaya....no me acostumbro. Es bellísimo pero me da miedo al mismo tiempo, seguro va con otra oveja en su ocico.



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En el texto hay: amor, fantasia épica, fantasia aventura

Editado: 04.04.2021

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