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—Gad, Gad, Gad. Mi gran tonto Skies. Has feliz a tu reina y ve a traerme a traidores. La celebración favorita de tu reina se acerca. Hazme feliz mi querido Gad.
Sakara le hablaba acariciándole sus brazos, como una niña pidiendo un dulce.
—Debería de pedírselo al extraño extranjero.
—Gary Gambell estará ocupado en otros asuntos. Vamos Gad, ¿osas desobedecer a tu reina?
—Por supuesto que no.
—Entonces ve...tráeme los corazones más traidores que encuentres. Ohh y tráeme al esposo de la serpiente. No quiero que me arruinen mi velada, así que solo tráemelo a él por el momento.
—Y el de los ojos verdes?...pensé que era su favorito.
— Algo me dice que él pronto morirá. Yo te lo dije Gad, es un plan exquisito quitarle a los que más ama, eso la vuelve débil.
—A veces siento majestad....que se aprovecha de mi.
Sakara tomo una expresión fría y firme.
—Sabes, algo que amo de ti, es tu obediencia sin esperar nada a cambio. No dejes que eso que amo de ti desaparezca.
Gad asintió.
—Ire por lo que ordena, mí reina.
Mientras se iba , Sakara lo miro y con cierto toque de lastima por el hombre hablo en un susurro.
—Tonto.
***
—Despierta....¿Que haces? Es peligroso estar cerca de nuestro amigo.
Ceom hablo intentando susurrar para no molestar a Wayne.
—Solo lo estaba acompañando. Anoche mientras dormía, pensé que no puedo permitir que muera. Yo lo llevaré al otro lado, con algún doctor, diré que estaba desaparecido y que no recuerda nada...
—Tu ¿te quieres ir?
—volvere, pero debo llevarlo.
—De ninguna manera. Ese lago está muy cerca del castillo blanco, es peligroso.
—Es mi amigo y está muriendo. Aquí nadie puede ayudarle. Volveremos tan pronto mejore.
Ceom nego nuevamente.
—Estas enojada por lo que pasó con Kecia...pero no puedes.
—Aquello no interesa. En estos momentos pienso en mi amigo. No tienes ninguna obligación con nosotros porque no somos tus súbditos o algo al respecto...
—Mientras estén aquí, lo son. Y te ordenó que no te vayas.
—Oh no, no me des ordenes, ahora sí las haces...pero con Kecia todo cambia, no tienes mando junto a ella ...ella hará algo loco porque nadie puede ser capaz de convencerle. Ni siquiera tu , niño rey.
—Por que ahora todos me intentan insultar llamándome niño...es absurdo.
—Pues hablaré del tema con Megan a ver qué opina.—Hablo ignorando por completo lo que había dicho Ceom.
Maya se levantó y salio de la tienda ignorando todavía a Ceom.
Megan se encontraba con Bethan, cuando lo besaba sentía que se devolvía a la preparatoria. Deseaba haberlo conocido mucho antes, él la hacía una mejor persona.
—¿Lo has visto?
Pregunto mientras la abrazaba.
—¿De quien hablamos?
—Mi hermano, Sean. Cada mañana se acerca a mí tienda a preguntar si ya desayuné. Le he dicho que no debe por qué preguntarmelo todas las mañanas pero suele ignorarme y seguir yendo, pero hoy no fue, fui a buscarle, pero no estaba en su tienda.
—Debe estar con Kecia. Quizá ya noto que no es necesario preguntar eso a su hermano menor.
—Supongo...oh, mira es Maya.
Ambos la saludaron con una sonrisa. Pero Megan noto que algo andaba mal.
—Megan debo regresar con Wayne al otro lado. Volveremos tan pronto un doctor revise a Wayne.
—¿Entraste a su tienda?
Maya soltó un quejido de enojo.
—¡Por que nadie se preocupa por sus amigos! ¡Se está muriendo!
—No morirá, yo lo he visto en...yo lo ví en mi sueño enfermo pero luego lo ví en otro vivo. No morira, no lo he visto.
Maya suspiro desesperadamente.
—Por que todos se empeñan en mostrar lo importantes que son ... Tu y tus visiones de bruja y Kecia la mandona...nadie se preocupa por Wayne. Solo yo la mas insignificante de todas, intento hacer algo para ayudar al único que se preocupa por sus amigos y ¡a nadie le importa!
—Wow, tranquila , respira cuando hables.
—Escucha, yo me preocupo también, pero debes pensarlo bien, que tal porte algún patogeno peligroso que pueda ser prendedizo y lleves sin querer una pandemia al otro lado.
—Ir al otro lado debe ser cuidadoso, dicelo a mi hermano, el me lo contó, cuando iba al otro lado en busca de Kecia, debía cuidar no llevar algo que nos expusiera o que pusiese en peligro otros mundos.
Aquello no lo había pensado bien, pero estaba sumida en la desesperación. De repente sus ojos se tornaron borrosos y comenzó a llorar.