Kecia: Días De Epifanía

6.AGRIO COMO EL OLVIDO

No habían opciones, era de noche y el vaho salía de sus bocas con cada respiración, en los brazos de Bethan una Megan somnolienta intentaba decir algo, pero era imposible y unos pasos atrás Wayne estaba en los brazos de Ceom , dormía profundamente, si no fuese por el sonido de su respiración, podría decirse que estaba muerto.

Gadath e Irin junto a otros cambiaformas más, iluminaban el camino y Kecia iba detrás junto a Margot la princesa. 

Todos iban armados, vigilaban cuidadosamente, pues temían qué algunos seguidores de Sakara los embistieran. Al llegar notaron que el olor se hacía más fuerte y ambos despertaron rápidamente.

Wayne miro a Ceom y frunció el ceño.—Si no me bajas ahora mismo, te juro que pondré en práctica mis habilidades marciales más lo que he aprendido aquí— 

Ceom sonrió y lo bajo cuidadosamente.

Cuando Margot se acercó a Wayne y este observaba el lago  congelado que lo trajo a ese lugar, su respiración se agitó de repente igual que la de Megan. El aire les faltaba.

—Rapido! ¡Hay que romper el hielo!.— hablo Kecia.

Rápidamente Ceom y Bethan junto a otros cambiaformas, intentaron con espadas y hachas romperlo, pero estaba demasiado duro. 

—¡Más fuerte! — gritó Ceom angustiado al ver cómo sus amigos se ahogaban con cada falta de respiración. Margot sostenía a Wayne y Kecia sostenía a Megan.

Desesperados golpeaban el hielo con sus espadas hasta que sus manos sangraban de la presión con la que agarraban las espadas y golpeaban el hielo. De repente, una grieta dio cabida a otra y el sonido del hielo rompiéndose, se oyó. 

Del cielo una ráfaga de viento causada por el dragón blanco mientras aterrizaba los hizo actuar más rápido, levantaron a Megan y a Wayne y los colocaron encima de este, detrás con las manos llenas de sangre subieron Ceom y Bethan, seguido a este subieron Kecia y Maya. Volaron alto para poder alcanzar el impulso que necesitaban para llegar al otro lado, necesitaban mucha fuerza pues Megan y Wayne estaban inconscientes. El dragón crujía sus filosos dientes en lo que parecian gruñidos de terror mientras se alejaba balanceándose del hielo.

—¿Que le sucede?— pregunto asustada Maya, pero Kecia no respondió, tomo el impulso del vuelo del dragón como una oportunidad para fingir no haber oído.

El dragón le temia a las capas de hielo que cubrían aguas heladas, la nieve no le hacía nada pero el hielo de esta forma le lastimaba, era un secreto que solo Kecia conocía. 

En lo alto divisaban el lago y un pequeño miedo recorrió las entrañas de los presentes, pero no había tiempo para ello, sus amigos estaban colorados de la falta de respiración.

—¡es hora!— grito Ceom tomando a Wayne de una mano y Kecia lo tomo de la otra, lo mismo hicieron Bethan y Maya con Megan y saltaron en picada.

El agua fría parecía filosa en los poros de los seis mientras nadaban con rapidez, sentían que iban a morir, pero sabían que así no iba a ser.

Kecia observó una fina capa de hielo , está si fue rápida de romper, tan solo basto una daga pequeña impulsada por la fuerza de Bethan, apuñalando al hielo que se quebró rápidamente. Al salir del agua tomaron una gran bocanada de aire.

Llevaron ambos cuerpos a la orilla. Estaban secos por la magia que contenía aquella especie de portal, pero aún así había mucho frío.

Esperaron un momento mientras miraban los cuerpos tendidos en la fina nieve que cubría el césped del lago al que solía ir Kecia años atrás.

Y comenzaron a respirar poco a poco. 

—Cuando despierten no recordarán nada, debemos irnos.—Dijo Ceom con gesto de tristeza. Bethan los miro y se acercó a Megan y la tomo de su mano colocando un papel en estas.  

—No es nada que le recuerde el otro lado, solo es....

—Tranquilo Bethan, esta bien.—le dijo Kecia notando la triste voz de este.

—Adios, chicos.—Se despidió Ceom y luego miro a Maya.

—¿Sigues recordando?

Maya asintió. —perfectamente—

—Aún así...—Hablo Kecia con tristeza en su voz. —debes quedarte, es lo mejor.

Maya negó rápidamente.

—Saben que eso no me hace daño, soy inmune a eso, por favor no me dejen aquí. 

Pero Kecia continuo negándose, Maya miro a Ceom en un ruego pero este negó igualmente.

Los tres comenzaron a caminar hacia la colina de al lado del lago, para tomar impulso para regresar al otro lado.

Ceom se acercó a Maya pero está se alejó rápidamente.

—Espero, en verdad olvidarlos.— Su voz ya no se escuchaba triste, ahora se escuchaba llena de ira.

Maya camino rápidamente en dirección opuesta y ambos se alejaron el uno del otro.

***

 

—Hay una casa hecha de piedra, pisos y ventanas de madera, está en un bosque de pinos…escondida, es tan solitaria, pero irónicamente, es un lugar en donde no me siento solo….yo mismo la construí….— La voz de aquel chico resonaba cada vez más lejana.

Era peor que una resaca, y había tenido muchísimas. Cuando abrió sus ojos lo primero que vio fue la luz, en el techo, volvió a cerrarlos bruscamente y nuevamente los volvió a abrir, pero esta vez más lento y observó su alrededor, levanto su mano y observo que tenía suero inyectado, la sangre se le devolvió así que inmediatamente la volvió a bajar.



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En el texto hay: amor, fantasia épica, fantasia aventura

Editado: 04.04.2021

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