Georgina
No saben lo divertido que es ver discutir a dos grandulones como si fueran niños de preescolar. Lo mejor de todo es que ya pude comer, ahora si puedo entrenar.
-¿Y bien ángel cómo quieres empezar?-
-No me digas ángel-
-¿Por qué no angelito?- sin previo aviso empecé a atacarlo- tiempo fuera- hizo una señal.
Solo necesité dos patadas y unos golpecitos para noquearlo.
-¿Te sigo pareciendo un ángel?-
-Pudiste noquearme estoy impactado- habló su hermano y se levantó poco a poco.
-¿Ves? No necesito más clases de defensa personal-
-¿Dónde aprendiste eso?- preguntó Arturo.
-El papá de una de mis mejores amigas entrena militares y cuando su hija y yo crecimos empezamos a ir a fiestas por lo tanto nos enseñó a defendernos-
-Solo queda enseñarle a disparar pero eso lo harás tú, yo me largo, es viernes y el cuerpo lo sabe, adiós cuñada angelical-
-Chao-
-No hagas pendejadas-
-Tranquilo hermano-
Luego de que su hermano se fue volvimos a quedarnos solos.
-¿Cuál es mi habitación?-
-Vamos- me hizo una seña y subimos por una escalera.- esta es tu habitación- señaló una puerta gris- y esta es la mía por si necesitas algo- señaló la puerta de al lado.
-Gracias-
-Esta noche necesito que me acompañes a un lugar-
- ¿Qué clase de lugar? -
-Es una cena con unos socios-
- ¿Formal? -
-Si-
-Cuando hablas de socios supongo que son narcos-
-No todos mis socios son narcos, tengo empresas que, si van por el camino legal, pero la cena de hoy si es con narcos-
Oh fuck, creo que llevaré mi navaja debajo del vestido.
-Tienes dos horas para arreglarte, si necesitas algo llama a alguna de las empleadas- se fue antes de que pudiera decir algo.
Creo que le molestó mi comentario anterior.
El punto es que ya conseguí el vestido perfecto para esta noche es cómodo y puedo esconder bien mi navaja.
El vestido es un rosa crema oscuro de seda con la pierna abierta, escote en u, ajustado al cuerpo, lo complementé con unos tacones negros y joyería plateada, me alisé un poco el cabello y lo dejé hacia atrás para que los tirantes y el escote del vestido sean lo más llamativo.
- ¿Lista? – lo escuché del otro lado de la puerta.
-Ya salgo- me apliqué el labial y salí.
Su cara de sorpresa me puso a pensar.
-Te vez hermosa-
-Gracias- sentí que me ponía roja.
< ¿De verdad Gina?> me regañó mi subconsciente.
-Tú también te vez muy bien-
Muy bien es poco, el hombre esta para comérselo, tiene un traje negro súper hiper mega ajustado al cuerpo, Dios ayúdame, se le marca TODO.
<No lo sigas mirando como si te lo quisieras comer, porque a eso no vinimos>
-Vamos- me tomó de la mano.
Llegamos a su garaje y tiene como 20 autos.
-Sube- me abrió la puerta de un Audi R8 negro mate.
Nunca en mi vida me había subido en uno de estos, así que imaginen mi cara de niña que va por primera vez a Disneyland.
-Reglas para cuando estemos en la cena- empezó a hablar mientras conducía- número uno y la más importante te quedas a mi lado en todo momento no importa si tienes que ir al baño voy contigo-
La seriedad en su cara me hizo darme cuenta de que hablaba enserio.
-Número dos no vas a hablarle a ninguno de los que estén solo limítate a decir buenas noches-
Sinceramente estoy apunto de darle una respuesta y no una bonita.
-Número tres nada de andar viendo el teléfono, está prohibido usar el teléfono este tipo de reuniones-
¿Pero qué coño le pasa? Quiere que este como estúpida toda la puta noche.
El resto del camino a la dichosa cena fue silencioso lo único que sonaba era mi teléfono, pero no quería contestar.
- ¿Vas a contestar? – el fastidio en su voz era notorio.
-Si- y eso hice.
-Al fin contestas, Diego pregunta por ti para que nosotros...-
-No- la interrumpí- si mi papá pregunta por mi solo si lo hace le dices que estoy contigo y que estaré todo el fin contigo-
- ¿Pasó algo? -
-Todo está bien-
-Suenas rara pero bueno ya me contarás-
-Ya sabes que decir-
-Estás en un coma etílico- ambas reímos.
-Si-
- ¿Cuándo verás a Gabi? -
-El domingo-
-Iré contigo-
-Le hará bien verte-
-Seguro preguntará obscenidades-
-Típico de ella, siempre te ve cara de profesora de orientación-
-Claro que si-
-Disfruta la noche por las dos-
-Ok chao perra te amo-
-Y yo a ti- colgué.
Después de eso seguimos en nuestro silencio sepulcral.
-Llegamos- apagó el auto, se bajó y me abrió la puerta.
Entramos a un restaurante súper costoso, no sabía que los narcos se reunieran en lugares así.
Pensé que solo se reunían en prostíbulos, creo que mi concepto de los narcos está un poco errado.
Arturo
Admito que su comentario acerca de los narcos me molestó, pero se me pasó un poco cuando la ví en ese vestido tan sexy.
<Es menor de edad Arturo, deja de buceártela a lo desgraciado>
Me arrepentía de llevarla a esta cena, pero debía hacerlo, creo que le molestaron las reglas que puse, pero son por su seguridad.
La mayor parte del camino reinó el silencio por parte de ambos solo hubo unos minutos en los que habló con una chica que creo que es su hermana o amiga.
Llegamos al restaurante donde sería la reunión, la verdad es que Méndez se esforzó con esta reunión.
-Señor Indriago buenas noches- nos recibió uno de sus jefes de seguridad- el señor Méndez estará feliz de que haya venido, ¿La señorita es? –
-Mi novia- entrelacé nuestras manos.
-Muy bien, necesito revisarlos a ambos-
-Soy amigo íntimo de ese idiota déjame pasar-