Arturo
Cuando Georgina entró al hospital mandé a varios de mis hombres a investigar porque ella y su amiga iban a ese lugar, también los mandé cuidarla.
-Señor- habló mi jefe de seguridad luego de recibir un mensaje por su audífono.
- ¿Qué pasa Sánchez? –
-La perdieron-
- ¿Ellos qué? - me alteré.
-La perdieron señor-
Esto debe ser una maldita broma.
-Vamos a buscarla-
-Señor, pero ella...-
-En este momento no me interesa lo que ella dijo-
Bajamos del auto y empezamos a buscar, el terreno del hospital es enorme.
-Tú y yo buscaremos por la parte de atrás los demás que busquen por los alrededores y si la tienen que buscar en las montañas lo harán pero ella tiene que aparecer-
-Si señor-
Recorrimos casi toda la parte de atrás del hospital, pero nada.
-Tenga señor, Rojas tiene noticias- Sánchez me pasó su audífono.
-Rojas ¿Qué tienes? –
- Señor la encontramos, se iba a ir con su amiga-
- ¿Dónde están? -
-Esperamos órdenes señor –
-Retenlas ya vamos para allá-
-Si señor-
Nos fuimos al lugar que Rojas nos indicó, al llegar vi una imagen que la verdad no me esperaba, Georgina estaba llorando desconsoladamente.
Esto me parte el poco corazón que tengo.
<Más o menos ¿Qué carajos pasa contigo?>
-Georgina ¿Qué pasó? – pregunté
-Ella no quiere hablar de eso, así que déjanos ir- su amiga respondió.
Esta chica haría buena pareja con mi hermano Andrés, la conozco desde hace nada, pero creo que tiene la misma personalidad de mi hermano.
-Se va conmigo fin de la historia-
-Gina tú decides-dijo su amiga.
Ambos posamos nuestra vista en Georgina.
-Yo...quiero...estar...con...Bea-
-Vamos a mi casa es la única manera en que puedas estar con ella-
Se que suena un poco posesivo, pero no la quiero lejos de mí, quiero saber qué le pasa.
-OK-
-Síganme, le puedes dar las llaves de tu auto a uno de mis chicos para que te lo lleven a la casa-
Apenas llegamos a la casa ella y su amiga se metieron a su habitación, yo me fui a mi oficina, necesitaba un trago.
Le di un sorbo a mi whisky y escuché que tocaron la puerta.
-Pase-
-Señor- Sánchez me pasó una carpeta.
- ¿Esto es? - miré la carpeta con duda.
-Lo que descubrió el equipo-
Abrí la carpeta y la leí.
<Ahora todo tiene sentido>
-También el equipo habló con algunos trabajadores del hospital y aseguran que la señorita Georgina y su madre no tienen buena relación-
- ¿Dijeron por qué? -
-Según ellos la señorita quiere cumplir los últimos deseos de su hermana, pero su madre no lo permite, la señorita quiere sacarla del hospital y que su hermana deje de sufrir, ¿me permite opinar? -
-Adelante- hice una seña para que hablara.
-Me parece injusto lo que su madre le está haciendo, sé que querer cumplir sus últimos deseos es rendirse, pero esa pobre niña está sufriendo según el testimonio de una enfermera-
-Estoy de acuerdo contigo-
-Otra cosa señor, parece que les sugirieron un ensayo clínico en Brasil-
-Es una locura sugerir semejante cosa-
-Si-
- ¿Su amiga se fue? -
-Déjeme preguntar- habló por su audífono- si se acaba de ir-
Me levanté de la silla y caminé a la puerta.
-No quiero interrupciones y otra cosa lo de hoy no se pude volver a repetir-advertí.
-Si señor-
Salí, caminé hasta su habitación al llegar toqué la puerta.
- ¡QUIERO ESTAR SOLA! – intenté abrir la puerta, pero tenía seguro.
-Georgina quiero saber si estás bien-
Solo escuché sollozos por un largo rato hasta que escuché un grito desgarrador.
Adiós espacio.
Pateé la puerta con fuerza y esta se abrió, entré desesperado, la encontré sentada en el piso.
-Te dije que quiero estar sola- seguía llorando y tenía las manos en la cara.
-No te voy a dejar sola- le toqué el hombro, pero se alejó.
-No quiero tu lástima ni compasión Arturo-
-Quiero ayudarte-
-Desearía ser la que está muriendo y sufriendo en una cama-
-No digas eso baby-
<Este no es el momento idiota>
Ella me miró confundida; su cara estaba roja e hinchada.
-Levántate-
-No quiero ir a ningún lado- se cruzó de brazos.
Medidas extremas.
Sin previo aviso la tomé entre mis brazos y la saqué del cuarto.
-Arturo bájame-
La ignoré y la llevé a mi cuarto de juegos.
No esa clase de juegos que están pensando.
-No voy a acostarme contigo, bájame-
-En ningún momento insinué eso- la bajé apenas entramos.
Admiró todo el cuarto.
-Perdón por lo que dije antes- me miró avergonzada.
-Tranquila, ¿Qué quieres hacer? Podemos ver una película, jugar en alguna de las consolas, jugar billar o simplemente sentarnos-
- ¿Este es tu "lugar"? - hizo comillas.
-Si y no, vengo más aquí con mis hermanos o cuando estoy aburrido, mi lugar es el gym-
-Es muy lindo-
-Puedes venir cuando quieras-
-Lo tomaré en cuenta-
- ¿Entonces qué quieres hacer? -
-Bueno se suponía que iba a ver películas románticas y tristes súper clichés-
- ¿Me quedó o quieres estar sola? –
Se sentó en el sofá.
-Quédate- me hizo señas para que me sentara a su lado.
Busqué unas sábanas y me senté a su lado.
Vimos varias películas, nunca en mi vida había visto tantas películas tristes.
- ¿No crees que podríamos ver algo más feliz? -
-Si tienes helado de chocolate tal vez lo pueda pensar-
Me levanté y revisé el refri del cuarto, y encontré el helado.
-Ten-
-Gracias-
- ¿Qué vamos a ver? –