Aunque fuera duro para mí madre admitirlo, ella sentía la ausencia de mi padre luego de que se marchara aquella mañana. Además, tampoco sabíamos nada de Peter y la policía ya había emitido un boletín de búsqueda y uno pensaría que ya lo abrían atrapado, pero siendo un hombre de mundo y trabajando en asociación con delincuentes y mafiosos, no le era difícil desaparecer y borrar su huellas durante las últimas dos semanas. La noticia había sido impactante para mi madre, pero también un alivio al confirmar que no estaba errada cuando sus instintos le alertaron desde un principio que el tío Peter no era trigo limpio. Andrew insistió en qué debía quedarse en la casa con nosotras por si Peter aparecía por allí ya que ahora éramos dos mujeres solas en una gran casa. También cambiamos las cerraduras y limitamos el tiempo de exposición en la calle para minimizar los daños y posibles atentados, además, un patrullero montaba guardia 24/7 en el vecindario tratando de ser discretos.
-¿Y cuál será tu vestido?
Eleonor me pregunta ansiosa por ver mi atuendo para esta gran noche, dónde me presentaré como la bailarina principal en la representación de Gisselle. Yo sonrió pícaramente mientras lentamente abro el cierre para revelar el vestido que hemos escogido con mi madre ayer por la tarde. El vestido es un traje clásico de ballet, compuesto por un tutu blanco con múltiples capas que parecen ligeras y aireadas. El corpiño del vestido es ajustado y también blanco, con un acabado mate y ligeramente satinado que complementa el material transparente y vaporoso de la falda. No tiene adornos visibles ni patrones, manteniendo un estilo tradicional y elegante típico de las actuaciones de ballet clásico.
Al parecer, Eleonor quedó fascinada con el vestuario y sus ojos brillan de emoción, podría apostar a que me está imaginando dentro de él. Desde la planta baja nos llega el ligero griterío de alegría y entusiasmo de dos personas en particular, ya sabiendo que se tratan de mi hermano Erick, con quién hable días atrás y confirmamos que en realidad si somos hermanos, deje el vestido sobre la cama y me preparé sabiendo que Kassy vendría colgando de su brazo. Ambos estaban al tanto de la situación de mi familia y mi madre incluso le ofreció a Erick vivir con nosotras, pero él declinó la oferta; le habían dado una beca para ir a estudiar en Oxford, y por supuesto Kassy, siendo su novia iría con él. Mi madre decidió pagar la carrera de Kassy a modo de disculpas y tratando de subsanar las heridas del pasado de Erick.
-¡Seguro se verá hermosa! Ella siempre es muy linda.
El entusiasmo de Kassy por verme bailar solo podía competir con el de mi madre, y eso lo noté al escuchar sus palabras mientras bajaba las escaleras. Me gustaba la pareja que hacían Erick y Kassy, además, me fascinaba ver la felicidad que ella provocaba en él.
-Y ahí está nuestra anfitriona. ¿Cómo te sientes hermanita? Supongo que nerviosa.
Era increíble lo cómoda que me sentía al escuchar a Erick llamarme hermanita con total naturalidad; supongo que en el fondo ambos estuvimos esperando por este momento durante mucho tiempo, quizás incluso demasiado. En ese momento Andrew ingresó con una gran sonrisa, pero su ceño estaba fruncido y sabía que dentro de su cabeza estaban trabajando cientos de planes por si algo salía mal está noche. Mi hermano siguió mis ojos y cuando se encontró con mi novio chasqueo la lengua, él aún no se hacia a la idea de que Andrew fuera mi pareja y que además, perteneciera a la mafia.
-Ahí estás – le dije acusándolo con la mirada – ¿Dónde te metiste durante las últimas horas?
Andrew se encogió de hombros y se acercó para plantar un beso en mis labios frente a todos los presentes y como respuesta hubieron varios resoplos y comentarios, pero la mayoría fueron a modo de broma.
-Lo siento Brownie, estaba tratando de solucionar algunos problemas. Por cierto, tendrás un nuevo compañero de baile hoy.
-¿A sí? ¿Quién?
Pregunté un tanto sorprendida ya que no era propio de nuestra profesora cambiar los bailarines a último momento y menos si estos eran los principales. Andrew colocó su sonrisa lobuna y antes incluso de que abriera la boca, yo ya sabía lo que iba a decir.
-En este momento estás viendo a tu nuevo compañero de baile.
-¿Tú bailas ballet?
-Te sorprenderías de lo mucho que aún tienes por descubrir de mí, sobretodo de mis innumerables talentos.
Tras una larga discusión sobre las diferentes medidas de protección que se habían establecido entre los nuevos guardaespaldas de mi familia, (cortesía de Andrew), ya estábamos en el teatro de Boston. Mi familia estaba entre los espectadores en primera fila para admirar el evento y al fondo, camuflados entre la oscuridad y tratando de hacerse uno con la pared, estaban los guardaespaldas observando todo el entorno. En los vestuarios y la sección de maquillaje, las muchachas no paraban de hablar del cambio de último momento y por supuesto, cómo era de esperarse el tema más importante para ellas era discutir que tan guapo era mi nuevo compañero de baile. Más de una ilusa planeo la manera perfecta de obtener su número telefónico e incluso algunas más audaces soñaban con llegar a tener una cita con él; yo no pude evitar reírme y para mí mala suerte Charlotte Carrigan, mi némesis como así ella se había autoproclamado luego de decidir que yo era una amenaza para su carrera, estaba describiendo su gran plan para seducirlo y dormir con él esa misma noche.
-¿De qué te ríes Anderson? – Su ceja derecha hizo ese extraño movimiento de cuando estaba molesta – ¿A caso tú crees que puedes conquistar al ruso?
Antes de que pudiera responderle, Andrew entró por la puerta con una sonrisa elegante, camino hasta mi silla y depósito un beso en mi cabeza dejando a todas las presentes atónitas.
-De hecho, ella me conquisto hace mucho y en cambio a mí, me costó conquistar su corazón. Y por cierto, no soy ruso; soy ruso-italiano. Nos vemos en el escenario mi amor.
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Editado: 20.09.2024