Un dia muy frio de otoño, uno de esos de los que te hacen recordar, ya casi dos años habian pasado desde todo mi derrumbe, tocan a la puerta y Luna sale corriendo a abrir, y hace pasar a la visita, un muchacho joven de cabello negro y ojos grices un poco frios viene con ella y se arrodillan delante de mi, casi entro en panico.
-Que es lo que pasa?, por que estan asi, levantence.- Sigueron mirandome desde el suelo y fue el chico quien hablo.
-Mi nombre es Luke Grajan, tengo 19 años, vivo en el apartado norte de el pueblo, mi familia es gr...- No pude soportarlo, me daba mas verguenza a mi que a ellos.
-Ya basta, levantence y expliquenme bien que es lo que pasa, Luna que.. no me digas que es lo que creo.- Toda su cara estaba roja y confirme lo que era.
-Hay que ver como son los jovencitos, chico levantate, no tienes por que decirme todos tu antecedentes, con solo presentarte y expresar lo que quieres podriamos conversar mejor.
-Mis mas sinceras disculpas, sr Liam, es solo que mis padres me dijeron que asi deberia de ser pedir la mano de su hija.
-Disculpalo, es que sus padres son algo mayores y creo que por eso nos dijeron esta forma de hacerlo y yo de verdad queria tener tu permiso.
-Sabes que yo siempre te consiento, por que me opondria a tu felicidad?.- En esa mirada llena de esperanza casi rompo en llanto.
-Pero necesito conversar bien con el joven Luke, si no es mucha molestia me acompañaria a dar un paseo?.
Estuvimos caminando un rato y por mas intimidante que quice ser el chico ni se inmuto pero muy profundo en su frialdad se podia visualizar el nerviosismo, llegamos a un pequeño rio un poco lejos del pueblo, desempaque lo que traia, eran dos pequeñas cañas de pescar.
-Al parecer te gusta mucho Luna, ya no tienes que fingir ser tan duro, puedes ser sincero conmigo, te aseguro que si tienes buenas intenciones no me entrometere entre tu y Luna, a ella de verdad la aprecio como una hija.- Un muy grande suspiro por parte del joven y su cara totalmente roja.
-Lo siento, de verdad intente lo mas duro que pude parecer fuerte pero no lo soy tanto, mi padre siempre me dice que tengo que permanecer firme y no demostrar miedo delante de alguien que considere superior, Pero de verdad queria pedirle la mano de Luna y en cuanto ella cumpla sus 18 casarnos y construir una tienda de ropa para que ella venda sus creaciones.
-Al parecer dejare a Luna en buenas manos, les doy mi bendicion si eso es lo que quieren, pero asegurence de cuidarce el uno al otro y jamas olvidar el amor que se tienen.
Esto era como si estuviece entregando a una de mis hermanas, aunque era distinto ya que a Luna la sentia como a una hijo, al igual era reconfortante saber que ella no estaria sola si algo me llegace a pasar y con esto mi corazon pudo sentir un alivio muy grande al ver como estos jovenes se uqerian tanto, en menos de seis meses, la pequeña Luna se hiria y quedaria totalmente solo en esa casa, pero con un peso menos en mis hombros.